Eclesiología viene del griego ekklesia (ἐκκλησία), que se convirtió a su vez en el latín ecclesia, y que simplemente significa una reunión de gente. ... La Septuaginta utiliza ekklesia para traducir en griego la palabra hebrea qâhâl (קהל), que significa congregación, asamblea, compañía o cualquier otro cuerpo organizado.
Ekklesia (o ecclesia) es la palabra griega traducida en el Nuevo Testamento como "iglesia". Proviene de ek, que significa "salir de hacia a" y kaleo, que significa "llamar", y tiene que ver con un grupo de personas llamadas de un lugar a otro. Es una asamblea o una congregación. La ekklesia en el Nuevo Testamento es un grupo de personas que han sido llamadas fuera del mundo hacia Dios. Esa es la iglesia.
Aquí se pueden hacer algunos puntos importantes sobre la iglesia y su propósito. Primero, la iglesia es un grupo de personas, no un edificio. La iglesia universal está formada por todos los creyentes en Jesús. Las iglesias locales son reuniones más pequeñas de la iglesia mundial. Y muchas iglesias locales se encuentran en un edificio que también llamamos una "iglesia". Pero es la gente, no el edificio, la que en última instancia es la iglesia.
En segundo lugar, la iglesia es "llamada". 2 Pedro 2: 9–11 dice: "Todo esto demuestra que el Señor sabe librar de la prueba a los que viven como Dios quiere, y reservar a los impíos para castigarlos en el día del juicio. Esto les espera sobre todo a los que siguen los corrompidos deseos de la naturaleza humana y desprecian la autoridad del Señor. ¡Atrevidos y arrogantes que son! No tienen reparo en insultar a los seres celestiales, mientras que los ángeles, a pesar de superarlos en fuerza y en poder, no pronuncian contra tales seres ninguna acusación insultante en la presencia del Señor." Jesús dijo que debemos ser como sal y luz en el mundo (Mateo 5: 13-16). Aunque vivimos en el mundo y somos parte de él, la iglesia debe ser distinta. Debemos estar separados de los caminos del mundo y señalar la verdad de Dios. Debemos amar a las personas como Dios lo hace, compartir Su invitación a la salvación con ellos y orar para que ellos también escuchen Su llamado y se unan a Su iglesia.
