jueves, 28 de diciembre de 2017

Diez Mentiras que la Iglesia les dice a las Mujeres: J. Lee Grady



Nosotros vivimos en el siglo XXII, pero si vamos a ser honestos tenemos que admitir que de cierta manera la iglesia todavía está en la Edad Media, especialmente cuando miramos la forma en que tratamos a las mujeres.
Incluso aunque las Escrituras nunca retratan a las mujeres como secundarias a los hombres, nuestro sistema religioso dominado por hombres aun promueve una visión deformada de inferioridad femenina. Las mujeres están cansadas de esto y como un hombre, también lo estoy, porque estas actitudes denigrantes no reflejan el corazón de Dios.
Jesús desafió el prejuicio de género en su núcleo, cuando Él dirigió mucho de su ministerio hacia las mujeres. En la cultura del Cercano Oriente que consideraba a las mujeres una mera propiedad, Él sanó a las mujeres, las discipuló y las comisionó al ministerio. Pero aún hoy gastamos mucha de nuestra energía negándoles oportunidades y usando la Biblia para defender nuestras prohibiciones.
He identificado 10 visiones erróneas acerca de las mujeres que por mucho tiempo han estado circulando en la Iglesia, siendo predicadas desde los púlpitos y escritas en las notas de estudio de populares traducciones bíblicas. Creo que debemos refutar estas mentiras si queremos ver a la iglesia completamente libre para completar la Gran Comisión.

Mentira #1 El Plan Supremo de Dios es que las Mujeres sirvan a sus Esposos.

¡Que Triste que muchos hombres cristianos vean a las mujeres desde esta perspectiva egoísta! Esta visión es frecuentemente promovida al malinterpretar el relato de la creación de Eva en Génesis 2:18-25, en el cual a Adán se le provee una “ayuda idónea”. La palabra hebrea usada aquí es frecuentemente traducida como “compañera” denotando intimidad y compañerismo. Pero a través de los siglos ha sido usada para sugerir que Eva fue algún tipo de accesorio doméstico.
Nosotros, los hombres, hemos asumido que Dios le dio Eva a Adán para satisfacer sus necesidades sexuales así como también servir como su cocinera, lavandera y sirvienta. Pero el relato del Génesis no dice eso.
 Después de la creación de Eva, Dios no le dijo a ella: “Tu eres la sirvienta de Adán, te ordeno que le sirvas bien”. Ella no fue creada para la servidumbre, ella fue diseñada para ser la co-trabajadora con Adán para que así gobiernen juntos sobre la creación como Dios les comisionó que hagan (Gen. 1:28)

Mentira #2 Las Mujeres no pueden estar completas o ser espiritualmente efectivas sin un esposo.

Desde el momento en que ella fue liberada de un campo de concentración alemán en 1944 hasta su muerte en 1983, Corrie Ten Boom le enseño al mundo acerca de un Salvador que puede personar al nazi más cruel. Aún así ella nunca se casó. ¿Acaso el hecho de que ella nunca tuvo un espos la hace menos “completa”? Algunos cristianos dirían que sí.
 Hemos gastado tanta energía defendiendo el concepto de la familia bíblica que somos culpables de idolatrizarlo. Hemos predicado que las responsabilidades primarias es la de encontrar un esposo cristiano, tener un montón de bebes y quedarse en el hogar a educarlos para Cristo.
 Pero el estatus matrimonial no es una calificación para el ministerio. La Biblia ni siquiera declara si ciertos seguidores claves de Jesús, como los doce discípulos, estaban casados o no.
 El llamado más elevado de todos los creyentes -casados o no- es el de desarrollar una relación con Jesús. Cualquier otra relación terrenal es secundaria, y Cristo mismo nos advirtió que nunca debemos permitir que las personas que amamos se conviertan en ídolos que nos distraigan de Él.

Mentira #3 La Mujeres no deberían trabajar fuera de la casa.

 Muchas iglesias evangélica han predicado que las mujeres que trabajan fuera del hogar están rompiendo el mandato escritural, pero esta conclusión puede ser alcanzada únicamente al distorsionar el registro bíblico. La mujer descrita en Proverbios 31 es frecuentemente usada para apoyar la visión tradicional de la mujer que pasa todo el día cocinando mientras su esposo está en el trabajo. ero una lectura cuidadosa revela que la mujer de Proverbios 31, en el contexto del Cercano Oriente, cumplía la función de una agente inmobiliaria y manejaba una empresa textil.
 Tito 2:5 le instruye a las mujeres a ser “cuidadosas del hogar” (NVI). Pero la mayoría de las eruditos están de acuerdo con que este pasaje simplemente les exhorta a las mujeres casadas a no olvidarse de sus hijos.
 Es verdad que, debido a la ambición o al materialismo, algunas mujeres cristianas descuidan a sus hijos incluso aunque el Espíritu Santo las insta a poner sus objetivos profesionales en segundo plano. Pero antes que ubicar una carga legalista sobre la mujeres al decirles que tener una carrera es impío, deberíamos decirles a los hombres y las mujeres que sometan sus planes profesionales a la dirección del Espíritu Santo.

Mentira #4 Las mujeres deben someterse obedientemente a sus esposo en todas las situaciones.

 Una mujer cristiana que había sido regularmente golpeada por su esposo finalmente juntó el coraje para buscar consejo de su pastor. Después de que ella le contó acerca de los ataques de ira de su esposo, el pastor respondió: “Si tu marido te mata, será para la gloria de Dios”.
 El pastor llegó a esta irresponsable conclusión debido a su distorsionada visión de liderazgo masculino (male headship). Nosotros a menudo retratamos el matrimonio como una jerarquía, co los maridos sobre el trino y las esposas en el estrado y usamos la Escritura para justificar esta visión “Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor.” (Efesios 5:22)
Nosotros asumimos que este versículo que las mujeres no tienen voz en los asuntos familiares o que su opinión es secundaria. En casos extremos, a las mujeres se les ha dicho que deben someterse al abuso para poder honrar el liderazgo masculino. Pero esto no es una visión cristiana.
Pablo también les dijo a los efesios “sométanse unos a otros” (5:21). Yo he escuchado enseñanzas de pastores varones sobre el tema del liderazgo masculino, pero nunca he oído a un pastor alentar a los hombres a someterse a sus esposas. Pero en un matrimonio amoroso, un hombre y una mujer deben rendirse unos al otros al tomar decisiones.
En mis 16 años de matrimonio, mi esposa y yo hemos tenido muchos desacuerdos. Pero cuando hemos alcanzado un punto muerto, yo no anuncio “Yo soy la cabeza de esta casa, así que se hace lo que yo digo”. Más bien, Deborah y Yo o acordamos orar por este asunto o escogemos rendirnos al otro.
El punto nuca es quien está a cargo. Yo veo a mi esposa como un igual. Yo no estoy sobre ella. Funcionamos como uno.

Mentira #5 Un hombre necesita cubrir a una mujer en sus actividades ministeriales 

Esta idea viene de una interpretación distorsionada de las palabras del Apóstol Pablo en 1 Corintios 11:3 “la cabeza de la mujer es el hombre”. La gente ha usado estas palabras para apoyar la idea de que las mujeres están subordinadas a los hombres o que ellas no pueden aproximarse a Dios sin una figura masculina en sus vidas
 Las enseñanzas de Pablo en 1 Corintions 11 acerca de cubrirse la cabeza es un pasaje difícil, y los eruditos bíblicos no se ponen de acuerdo sobre su significado. Sin embargo, la mayoría enseña que Pablo se esta dirigiendo a asuntos culturales específicos en el Corinto del primer siglo, y que es un llamado al decoro y el orden en una sociedad donde la inmoralidad y el paganismo habían difuminado las distinciones de género.
 Pablo no está ubicando a los hombres en una posición de gobierno general sobre las mujeres. Debido a que “no hay hombre ni mujer en Cristo” (ver Gálatas 3:28), las mujeres pueden orar, adorar, estudiar la Biblia o ministrar sin un hombre presente. ¡Que tonto es pensar que un hombre, solo debido a su género, puede añadirle credibilidad a las oraciones o el ministerio! Creer esto es confiar en la carne.

Mentira #6 Una Mujer debe ver a su esposo como el “sacerdote del hogar”

 Busca en tu concondancia. La Escritura nunca describe a los hombres como “sacerdotes del hogar”. Este concepto hecho por el hombre se ha popularizado en las iglesias evangélicas en el último siglo. Nosotros tenemos un solo sacerdote, cuya sangre expió nuestros pecados. Es una burla al evangelio sugerir que cualquier ser humano necesita de un sacerdote adicional aparte del Hijo de Dios
La Biblia dice que todos los creyentes son sacerdotes (ver 1 Pedro 2:9 y Apocalipsis 1:6); no hay restricción de género. Los esposos cumplen la función de sacerdotes cuando ellos oran por sus familias o cuando ministran la palabra de Dios para ellos, y las esposas también pueden cumplir este rol.
Mi experiencia en el matrimonio ha sido que Dios habla tanto conmigo como con mi esposa. Él no me dice “Dado que tu eres la cabeza de la casa, te contaré mis planes para tu familia y tu puedes decirles a los otros lo que yo te digo”. A menudo Dios ha revelado sus planes a mi esposa antes que yo escuche nada.
Los hombres cristianos necesitan dejar de ponerse a la defensiva y reconocer que dios nos ha llamado a trabajar en armonía con nuestras esposas. Necesitamos escuchar sus consejos, considerar sus opiniones, orar juntos por la mente del Señor antes que clavarnos en el suelo y gritar “Yo soy el líder de esta familia y se hará lo que yo digo”

Mentira #7 Las mujeres no están capacitadas para asumir roles de liderazgo

El error más común que hacemos en la interpretación bíblica ocurre cuando tomamos un versículo aislado y construimos una doctrina alrededor de él, incluso si el versículo contradice otros pasajes. Esto es lo que frecuentemente hacemos con 1 Timoteo 2:12 “No permito que la mujer enseñe al hombre y ejerza autoridad sobre él; debe mantenerse en silencio”
La mayoría de los teólogos creen que este pasaje se estaba dirigiendo a una situación aislada en Éfeso. Ellos llegan a esa conclusión después de estudiar las numerosas referencias en la Biblia de mujeres con liderazgo espiritual. El Antiguo Testamento registra que Deborah fue una jueza sobre Israel, y que Dios bendijo su liderazgo en batalla (ver Jueces 4 y 5). Otras mujeres que ejercieron autoridad sobre hombres incluyeron a María y Hulda.
Jesús emitió su primera comisión evangelística a mujeres (ver Mateo 28:1-10), y ambos hombres y mujeres recibieron poder para predicar en el día del Pentecostés (Hechos 2:1-4). Priscila, Cloe y Febe fueron líderes en la iglesia primitiva y una mujer, Junia, es llamada una apóstol por Pablo (Rom. 16:7).
 La promesa del profeta Joel fue que “los hijos y las hijas” profetizarían después de que el Espíritu Santo fuera dado a la Iglesia (Joel 2:28). Aún así hemos tomado uno solo versículo malinterpretado de los escritos de Pablo y usado para negar cientos de otros pasajes que apoyan la plena libertad de as mujeres en el ministerio.

Mentira #8 Las mujeres no deben enseñar o predicar a los hombres dentro de la iglesia.

 Dado que 1 Timoteo 2:12 obviamente contradice el apoyo bíblico general de las mujeres en autoridad, ¿Como tenemos que entenderlo? ¿Que es lo que Pablo realmente está diciendo en este pasaje?
 En su libro “I Suffer not a Woman” (No les permito a ninguna mujer) Richard y Catherine Clark Kroeger explican que ciertas prácticas religiosas que involucraba a sacerdotisas de Diana habían invadido a la iglesia del primer siglo. Estas sacerdotisas promovían ideas blasfemas acerca del sexo y la espiritualidad, y ellas realizaban rituales en los cuales pronunciaban maldiciones sobre los hombres y declaraban la superioridad de las mujeres.
 Lo que Pablo estaba más probablemente diciendo a los efesios era esto: “Yo no permito que unas mujeres enseñen estas herejías sectarias, ni les permito usurpar autoridad de los hombres para realizar rituales paganos”. Él no estaba diciendo, como algunos cristianos han asumido, “Yo no les permito a mujeres cristianas pías enseñar la Biblia”. ¡En su día, Pablo hubiera estado emocionado de tener más mujeres hábiles que pudieran enseñar la verdad!

Mentira #9 Las mujeres son más fácilmente engañadas que los hombres.

 Esta idea ha sido enseñada al torcer el significado de 1 Timoteo 2:14 que dice “Además, no fue Adán el engañado, sino la mujer; y ella, una vez engañada, incurrió en pecado.” Algunos han sugeridos que debido a que Eva fue engañadas por el diablo, las mujeres tienen una propensión más fuerte hacia el engaño. Otros han ido tan lejos como para insistir que se debe culpar a las mujeres por todo el mal en el mundo y por lo tanto ellas están bajo una maldición más grande que los hombres.
Ningún erudito bíblico respetable en el iglesia actualmente promovería una opinión tal. La Biblia claramente declara que ambos, Adán y Eva, son tenidos por culpables por Dios por su desobediencia, y ambos fueron castigados. En 1 Timoteo, Pablo cita el relato de la creación no para poner más culpa sobre Eva, sino para refutar esta bizarra enseñanza que estaba circulando en Asia Menor.
En el primer siglo, los herejes gnósticos estaban mezclando el cristianismo con el paganismo. Una de sus enseñanzas declaraba que Eva realmente había liberado el mundo cuando ella había desobedecido  Dios y que había obtenido un conocimiento secreto del diablo.
Pablo no estaba enseñando que las mujeres son más proclives al engaño. Él estaba explicando que lo que Eva hizo no estaba bien, y que la visión cristiana de la creación fue que Adán y Eva pecaron al escuchar a la serpiente.
Las mujeres son ciertamente capaces de esparcir el engaño porque ellas tienen una naturaleza caída al igual que los hombres, pero no hay evidencia de que ellas tengan una ingenuidad mayor. Esta opinión tiene sus raíces en prejuicios denigrantes y en el prejuicio.
Mentira #10 Las mujeres que exhiben fuertes cualidades de liderazgo tienen un “espíritu de Jezabel”.
Una vez estaba escuchando a la profesora bíblica Cindy Jacob hablar en una conferencia de oración en Colorado. Cuando ella se aproximó al púlpito dos hombres que estaban sentados adelante mio se volvieron uno al otro y comenzaron a orar suavemente.
 “Señor, nosotros atamos el poder del diablo de embrujar a esta audiencia”, dijo uno de los hombres, “Nosotros atamos el poder de Jezabel en el nombre de Jesús”. Estos hombres creían que el público sería automáticamente engañado por un espíritu mientras Jacob les enseñaba, simplemente porque ella era una mujer.
 ¿Que absurdo! ¿Acaso fue Barac engañado cuando recibió ordenes de Debera? (Ver Jueces 4:14). ¿Acaso el bebe Jesús vino a estar bajo una influencia dañina cuando Ana profetizó sobre él? (Ver Lucas 2:36-38) ¿Fue Apolos espiritualmente neutralizado cuando se sometió a la enseñanza de Priscila? (Ver Hechos 18:26) ¡Por supuesto que no!
  Asociar a mujeres cristianas con Jezabel, una déspota malvada del Antiguo Testamento, es injusto y ofensivo, pero aún así hay hombres en la iglesia que a menuda etiquetan a fuertes y ungidas mujeres como Jezabel porque ellos sienten amenazados por ellas.
 Detengamos los insultos. SI una mujer está usando la manipulación para usurpar la autoridad o si ella esta esparciendo herejías, entonces ella ciertamente se merece la etiqueta de Jezabel, al igual que los hombres que hacen esas cosas. Pero las mujeres que caminan en integridad espiritual y predican la palabra de Dios con poder merecen nuestro respeto.

Fuente: Esta es una traducción del artículo “Ten Lies the Church tells Women” de J. Lee Grady.

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