Cuando leemos las historias de los profetas en las Escrituras nos encontramos con diversos carácteres, diferentes formas de comunicar los pensamientos de Dios y con una pasión en común de mantener la fe viva de un pueblo que cavilaba cada vez que se levantaba un gobernante sin el Espíritu de Dios. Con esa actitud poseían la capacidad de provocar con sus palabras trastornos en Israel e incluso la iglesia primitiva; gente santa pero que de todos modos asumían actitudes a veces sorprendentes para “un hombre o mujer de Dios”, Un Jeremías que reclamaba a Dios por su llamado, un Elías “sujeto a pasiones”, un Balaam profeta de Jehová en medio de la tierra de Moab, un Ágabo con una visión limitada respecto del ministerio de Pablo, etc. Pero hubo una profetiza que me llama la atención, una mujer de carácter y determinación pero que no fue ajena al mal de la MURMURACIÓN, hermana de Moisés y Aarón, líder de adoración que guió a todo Israel a celebrar por haberse manifestado el poder de Dios en el Mar Rojo (Éxodo 15).
La murmuración es una gangrena que pudre el alma, es capaz de contaminar con una sola palabra toda una fuente de aguas, no necesita de un sistema de amplificación ya que se mueve incluso en el susurro “cual silvo apacible”, hasta la persona aparentemente más callada, quieta ha sido victima o victimario provocando dolor en medio de la Iglesia de Cristo.
Sí, María la profetiza, ella también murmuró; era ungida por Dios para despertar el corazón de un pueblo con esperanza por la tierra prometida que pronto sería el hogar de mas de un millón de israelitas. Sí, contaba con cierta autoridad, ella tomaba su pandereta y podía motivar a cientos de miles a danzar al Señor, pero un día dejó su pandereta de lado siguió el engaño de la serpiente y fue su ruina; aunque Dios solo menciona como líderes principales a Aarón y Moisés, es ímplicito el llamado a las familias de estos para la ministración de las necesidades espirituales del Pueblo y entre ellos estaban sus demás parientes, hijos, cónyuges.
Número 12: 1María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita.
Muchos buenos hombres y mujeres de Dios hablan contra su(s) lider(es) por las desiciones que toman, sean de índole personal, familiar, incluso ministerial, y de pronto toman una actitud de confrontación directa. La Escritura sólo se refiere a que hablaron “contra Moisés”, lo que no sólo implica un diálogo de estos con él, supone previamente una conversación familiar entre María y Aarón, quizás estaban sus cónyuges e hijos presentes, algún otro levita, luego pudo haber intevenido Moisés:
2Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová.
El problema no radicaba en que Moisés se hubiese casado con mujer cusita, una sutil ambición maligna llenó sus corazones, sabía que Dios podía hablar por medio de ellos, pero existía un orden establecido y aunque estuvieran bajo la únción de Dios debían respetar el diseño de gobierno que El mismo estableció. Murmurar es Rebelión contra el Gobierno de Dios.
3Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra. 4Luego dijo Jehová a Moisés, a Aarón y a María: Salid vosotros tres al tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres. 5Entonces Jehová descendió en la columna de la nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamó a Aarón y a María; y salieron ambos. 6Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él.
Dios es maravilloso en usar a sus hijos, reconoce las potencialidades de aquellos que hacen su voluntad para ministrar en medio de la Iglesia, sea local o interdenominacional, se reconoce la posibilidad para que todos profeticen (1 Cor. 14:1), que edifiquen el cuerpo de Cristo con palabras de aliento, exhortación, desafío al cumplimiento de metas y enceder el corazón de muchos hacia una adoración extrema. Muchos siguen el mandato del rey de Moab a Balaam “Maldíceme este pueblo”, y no refrenan su boca, comienza entonces la murmuración profética a correr cual río contaminado, tal es el ímpetu que sólo se justificaría en la capacidad del victimario murmurador con carácter “PROFÉTICO” pero influído por el “falso profeta” basado en el espíritu del anticristo.
La murmuración es una gangrena que pudre el alma, es capaz de contaminar con una sola palabra toda una fuente de aguas, no necesita de un sistema de amplificación ya que se mueve incluso en el susurro “cual silvo apacible”, hasta la persona aparentemente más callada, quieta ha sido victima o victimario provocando dolor en medio de la Iglesia de Cristo.
Sí, María la profetiza, ella también murmuró; era ungida por Dios para despertar el corazón de un pueblo con esperanza por la tierra prometida que pronto sería el hogar de mas de un millón de israelitas. Sí, contaba con cierta autoridad, ella tomaba su pandereta y podía motivar a cientos de miles a danzar al Señor, pero un día dejó su pandereta de lado siguió el engaño de la serpiente y fue su ruina; aunque Dios solo menciona como líderes principales a Aarón y Moisés, es ímplicito el llamado a las familias de estos para la ministración de las necesidades espirituales del Pueblo y entre ellos estaban sus demás parientes, hijos, cónyuges.
Número 12: 1María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita.
Muchos buenos hombres y mujeres de Dios hablan contra su(s) lider(es) por las desiciones que toman, sean de índole personal, familiar, incluso ministerial, y de pronto toman una actitud de confrontación directa. La Escritura sólo se refiere a que hablaron “contra Moisés”, lo que no sólo implica un diálogo de estos con él, supone previamente una conversación familiar entre María y Aarón, quizás estaban sus cónyuges e hijos presentes, algún otro levita, luego pudo haber intevenido Moisés:
2Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová.
El problema no radicaba en que Moisés se hubiese casado con mujer cusita, una sutil ambición maligna llenó sus corazones, sabía que Dios podía hablar por medio de ellos, pero existía un orden establecido y aunque estuvieran bajo la únción de Dios debían respetar el diseño de gobierno que El mismo estableció. Murmurar es Rebelión contra el Gobierno de Dios.
3Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra. 4Luego dijo Jehová a Moisés, a Aarón y a María: Salid vosotros tres al tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres. 5Entonces Jehová descendió en la columna de la nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamó a Aarón y a María; y salieron ambos. 6Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él.
Dios es maravilloso en usar a sus hijos, reconoce las potencialidades de aquellos que hacen su voluntad para ministrar en medio de la Iglesia, sea local o interdenominacional, se reconoce la posibilidad para que todos profeticen (1 Cor. 14:1), que edifiquen el cuerpo de Cristo con palabras de aliento, exhortación, desafío al cumplimiento de metas y enceder el corazón de muchos hacia una adoración extrema. Muchos siguen el mandato del rey de Moab a Balaam “Maldíceme este pueblo”, y no refrenan su boca, comienza entonces la murmuración profética a correr cual río contaminado, tal es el ímpetu que sólo se justificaría en la capacidad del victimario murmurador con carácter “PROFÉTICO” pero influído por el “falso profeta” basado en el espíritu del anticristo.
7No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. 8Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?
Hoy no suena extraño hablar del “mover profético”, es evidente que Dios está vivificando su Palabra por medio de sus siervos, sin embargo llega un momento que quién se mueve en lo profético es confrontado con su integridad, es tentado con la vanidad, ambición, envidia y orgullo, ocultan lo anterior en un disfraz sutil de “caudillismo” profético tildando de “apóstatas” a quienes construyen megatemplos, siguen determinada visión, usan pantalón, etc. y no disciernen que Dios se mueve con aquellos llevando a la iglesia de Cristo hacia una etapa jamás antes vista de crecimiento completo, fructífero e integral.
Hoy no suena extraño hablar del “mover profético”, es evidente que Dios está vivificando su Palabra por medio de sus siervos, sin embargo llega un momento que quién se mueve en lo profético es confrontado con su integridad, es tentado con la vanidad, ambición, envidia y orgullo, ocultan lo anterior en un disfraz sutil de “caudillismo” profético tildando de “apóstatas” a quienes construyen megatemplos, siguen determinada visión, usan pantalón, etc. y no disciernen que Dios se mueve con aquellos llevando a la iglesia de Cristo hacia una etapa jamás antes vista de crecimiento completo, fructífero e integral.
9 Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; y se fue. 10Y la nube se apartó del tabernáculo,
La murmuración está deteniendo el avivamiento para el resto de las iglesias cristianas, pueblo que murmura está condenado a vivir bajo la ira de Dios y sin Unción.
y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa.
El que murmura valiéndose de la unción, desde un púlpito, internet o por teléfono, etc., no es sino DIGNO DE pudrición y olor a muerte, la lepra contamina, se contagia y trae muerte, poco a poco la vida de aquel comenzará a tornarse más azarosa, frustrante, su boca se llenará de amargura y su lenguaje cambiará de apacible y refrescante a un torbellino en pleno desierto de Atacama.
11 Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado. 12 No quede ella ahora como el que nace muerto, que al salir del vientre de su madre, tiene ya medio consumida su carne. 13 Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora. 14 Respondió Jehová a Moisés: Pues si su padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría por siete días? Sea echada fuera del campamento por siete días, y después volverá a la congregación. 15 Así María fue echada del campamento siete días; y el pueblo no pasó adelante hasta que se reunió María con ellos. 16 Después el pueblo partió de Hazerot, y acamparon en el desierto de Parán.
Dios juzgará toda palabra ociosa de nuestras bocas, y cuando se habla ociosamente contra otros trae sus consecuencias, aún es tiempo para pedir perdón si hablaste contra alguien, arrepintámonos, no sea que la ira de Dios sea tu alimento de día, y tu sueño de noche ¿Cómo te sentirías si el Señor escupiera tu rostro a la usanza israelita por murmurar?
La murmuración está deteniendo el avivamiento para el resto de las iglesias cristianas, pueblo que murmura está condenado a vivir bajo la ira de Dios y sin Unción.
y he aquí que María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa.
El que murmura valiéndose de la unción, desde un púlpito, internet o por teléfono, etc., no es sino DIGNO DE pudrición y olor a muerte, la lepra contamina, se contagia y trae muerte, poco a poco la vida de aquel comenzará a tornarse más azarosa, frustrante, su boca se llenará de amargura y su lenguaje cambiará de apacible y refrescante a un torbellino en pleno desierto de Atacama.
11 Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado. 12 No quede ella ahora como el que nace muerto, que al salir del vientre de su madre, tiene ya medio consumida su carne. 13 Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora. 14 Respondió Jehová a Moisés: Pues si su padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría por siete días? Sea echada fuera del campamento por siete días, y después volverá a la congregación. 15 Así María fue echada del campamento siete días; y el pueblo no pasó adelante hasta que se reunió María con ellos. 16 Después el pueblo partió de Hazerot, y acamparon en el desierto de Parán.
Dios juzgará toda palabra ociosa de nuestras bocas, y cuando se habla ociosamente contra otros trae sus consecuencias, aún es tiempo para pedir perdón si hablaste contra alguien, arrepintámonos, no sea que la ira de Dios sea tu alimento de día, y tu sueño de noche ¿Cómo te sentirías si el Señor escupiera tu rostro a la usanza israelita por murmurar?