viernes, 11 de septiembre de 2009

Siete areas en las que necesitamos crecer: Apostol Angel Rosado-Orlando, Florida

1. Desanimo
2. Comparaciones
3. Decepción
4. Presión
5. Desacuerdo
6. Chisme, calumnia y malentendidos
7. Heridas y problemas personalesI. Desanimo:Esto nos afecta a todos en diferentes grados
.Los mayores tiempos de desanimo muchas veces son aquellos que siguen inmediatamente después de algún momento de victoria o de éxito espiritual, porque todo nuestros recursos interiores están agotados y nosotros somos, por consiguiente, vulnerables.
El desanimo introduce un sentido de falso valores, y por tanto, dejamos de ver las cosas como las ve Dios.
• El desánimo hace que huyamos de nuestras responsabilidades reales.
• Nos lleva a la autocompasión.
• La lastima propia es una de las fuerzas más destructivas de la naturaleza humana.
• Se vuelve contra nosotros mismo.
• Nos envuelve en una nube de oscuridad que nos impide a ver la realidad.
La autocompasión nos paraliza en cuanto a las responsabilidades que tenemos con otros y nos inmoviliza espiritual y hasta físicamente.El desanimo hace que nos ampliemos fuera de toda la perspectiva divina.Cuando estemos desanimados necesitamos animarnos en el Señor.Necesitamos poner los ojos en Dios y empezar a ver las cosas como El las ve.
II. Comparaciones:
No servimos al Señor en un vacio.Somos parte del cuerpo de Cristo en conjunto, y a veces existe un muy estrecho parentesco entre nosotros y otros que sirven al Señor con sus propios dones y en su propia manera.Esto debería ser causa de gran regocijo; que Dios, en Su infinita sabiduría, haya escogido una gran variedad de personas y les haya capacitado en varios ministerios para servir al Reino.
Sin embargo, muchas veces causa dolor por sentimientos de insuficiencia y deficiencia en nuestro propio corazón.
• En vez de sentirnos gozosos de su fructificación, nos sentimos amenazados.
• Por tanto en vez de hablar positivo de los demás, llegamos a criticarlos.
• Siempre buscando un pretexto que nos permite derribar en vez de edificar.
“Hierro con hierro se aguza; y así el hombre aguza el rostro de su amigo.” Proverbios 27:11
Para que esto ocurra como es debido, necesitamos tres cosas:
1. Reconocer nuestro propio llamado lo antes posible y cumplirlo. (Es algo muy peligroso vivir en el llamado de otro hombre)
2. Relajarnos en el poder de Dios y siempre intentar estar consciente de que a menos que Dios lo haga en nosotros y a través de nosotros, nadie más lo hará.
3. Regocijarnos en la fructificación de otros enfocando en lo positivo.III. Decepción:
Este problema surge muchas veces de las aspiraciones y esperanzas fracasadas de nuestro propio corazón.
• Un sentido de fracaso puede resultar en algo desastroso al ministerio de una persona.
• Deberíamos dejar que las decepciones sean un, “terreno de prueba” para la fe.
Necesitamos apartarnos de la intensidad de la decepción en nuestro espíritu y dejar que el calor se vaya de ella, para que pueda llegar a ser un fuego refinador para nuestra fe.Es bueno para nuestras almas no siempre conseguir lo que queremos cuando lo queremos.“Por tanto, no desmayemos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va descastando, el interior no obstante se renueva de día en día.
Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez mas excelente y eterno peso de gloria; no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.” II.Cor.4”16-18
IV. Presión:
Tenemos que hacer frente al hecho de que todo ministerio real va a llevar consigo una medida de responsabilidad.
• La responsabilidad lleva consigo presión.
• Si hacemos frente a la presión de manera equivocada, nos aplastara.
La presión de necesidad o de una iniciativa de fe particular puede resultar un tremendo estimulo a una carga pesada.La presión correcta nos mueve a la acción y puede ser muy productiva cuando la asumimos en el poder de Dios.
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas.” Santiago 1:2
• Si hemos de ser fructífero, necesitamos desarrollar el don de conocer la presión correcta y equivocada.
• Tenemos que tener la habilidad de aceptar lo que es correcto y deshacer lo que es incorrecto.
• La presión desarrolla la perseverancia, que es una necesidad absoluta en el ministerio.
• La presión desarrolla en nosotros una mayor capacidad en la obra de Dios
• La presión también muestra nuestras debilidades y nuestras capacidades.
• El problema viene cuando llevamos la presión equivocada.
Esto sucede cuando asumimos una posición o aceptamos un reto a que no fuimos llamados ni preparados.Satanás se encargara de que nuestros ojos decidan, y en vez de estar en paz para aceptar y obrar dentro de la voluntad de Dios para nuestra vida, nos sujetamos a las demandas que el Padre nunca propuso para nuestras vidas.Nuestros dones y capacidades son pulidos bajo presión.Conocemos lo perezosos que somos y el largo tiempo que tardaríamos en lograr algo para Dios.Por tanto El es el que mejor sabe lo que nos conviene.
V. Desacuerdo:“¿Como pueden dos andar juntos, a menos que estén de acuerdo?En un ministerio se necesita tener un acuerdo básico de ideas y modos de enfoque espirituales.Sin embargo, la lealtad no significa que estés de acuerdo con el todo.No es el liderato espiritual que exige esta clase de conformidad, sino el dictado espiritual.Parte de cada uno de nosotros quiere que todos los demás estén de acuerdo con nosotros en todo tiempo, pero esto es raramente el caso.Como individuos no somos poseedores de toda la verdad todas las veces.El conflicto creativo es un elemento muy productivo en el desarrollo de nuestro ministerio.Por la presión que tenemos de muchas gentes a veces somos desviados de los pensamientos nuestros y esto afecta nuestro ministerio.Deberíamos ser más maduros y no entrar en conflictos sino buscar dirección de Dios.Por supuesto, existen límites mas allá de los cuales las diferencias ya no son creativas, porque conlleva a la guerra entre los grupos de personas en vez de una discusión útil.
VI. Chisme, Calumnia y Malentendidos:
La lengua chismosa puede infligir heridas terribles en otra persona.Algunos que hablan rápido y ligeramente con su lengua, nunca se paran a considerar el daño que es causado, tristemente muchas veces más allá de la reparación.
“Las palabras del chismoso son como bocados suaves, y penetran hasta las extrañas.” Proverbios 18:8
“El hombre perverso levanta contienda, y el chismoso aparta a los mejores amigos.” Proverbios 16:28
“La lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua esta puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.” Santiago 3:6
Necesitamos aprender ciertas lecciones muy de prisa:
1. No existe liga de autodefensa en el Reino de Los Cielos.• No vale para nada hacerse el gallito o intentar alguna clase de defensa equivocada.
• Si nuestra defensa inmediata es dar golpes nos puede morder.2. Necesitamos saber cuándo dejar en paz y cuando debemos de confrontar las cosas.• Existen momentos que es correcto confrontar las cosas y otros momentos que no.
• Necesitamos el don de discernimiento en el Espíritu Santo para conocer la diferencia.
• Existen momentos cuando lo que existe es desinformación, y solo se necesita una pequeña dosis de la verdad para corregirlo.3. Necesitamos saber dejar que la palabra hiriente desafié nuestra propia vida y acción.• Muchas veces la critica tiene un grano de verdad en ella de lo cual podemos aprender algo.El chisme rara vez perturba un corazón que está lleno de la Paz de Dios.Si sabes tú posición y tienes una relación abierta con el Padre y te dice que todo está bien, entonces no tienes nada que temer.
“La paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardara vuestro corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.” Filipenses 4:7
VII. Heridas y problemas personales:
Las heridas pueden llevar un terrible aplastamiento del espíritu.
“El ánimo del hombre soportara su enfermedad; mas ¿Quién soportara al ánimo angustiado? 1 Pedro 18:4
• Es en momentos así que el Señor quiere que se lo traigamos todo a Él.
• No existe ninguna otra respuesta a esta necesidad tan profunda de nuestro espíritu.
• El padre conoce nuestro espíritu porque El lo creo.
• Sabe manejarlo, sabe sanarlo, sabe cotejarlo para que regrese a la vida de nuevo.
• Sabe derramar Su bálsamo en nuestro corazón sin permitirnos complacernos de la pena de nosotros mismos.
• Su mano es amorosa, pero fuerte.
“Echado toda nuestra ansiedad sobre El, porque El tiene cuidado de vosotros.” 1Ped. 5:7