sábado, 26 de septiembre de 2009

Adoracion: Unir el Cielo con la Tierra- Maestro Marcos Coronado CCV Equipo de Adoración

Dios nos quiere llevar a adorar las 24 horas los 7 días de la semana. Es por ello que es necesario formar y equipar equipos de alabanza y adoración en la Casa del Señor.

El orden de Dios de apuntar adoradores para ministrar continuamente en la Casa del Señor es una verdad celestial eterna trascendental


Dios creó y ungió a Lucifer, un ser lleno de perfección y hermosura, para ministrar en adoración continuamente ante la presencia del Señor, con vestiduras preciosas e instrumentos (Ezequiel 28:13-19). Posteriormente, Lucifer fue destituido de la gloria de Dios, a causa de su soberbia.

Pero, fue través de David (un hombre conforme al corazón de Dios) que Dios trajo una restauración a la adoración. El instituyó el orden de adoración celestial, unió el cielo con la tierra!

David apuntó cantores, músicos, danzantes basados en un patrón celestial, que le fué revelado por Dios, confirmado por los Profetas Natán y Gad.

Y David dió á Salomón su hijo la traza del pórtico, y de sus casas, y de sus oficinas, y de sus salas, y de sus recámaras, y de la casa del propiciatorio. Asimismo la traza de todas las cosas que tenía en su voluntad, para los atrios de la casa de Jehová, y para todas las cámaras en derredor, para los tesoros de la casa de Dios, y para los tesoros de las cosas santificadas: También para los órdenes de los sacerdotes y de los Levitas, y para toda la obra del ministerio de la casa de Jehová, y para todos los vasos del ministerio de la casa de Jehová. Y dió oro por peso para lo de oro, para todos los vasos de cada servicio: y plata por peso para todos los vasos, para todos los vasos de cada servicio. Oro por peso para los candeleros de oro, y para sus candilejas; por peso el oro para cada candelero y sus candilejas: y para los candeleros de plata, plata por peso para el candelero y sus candilejas, conforme al servicio de cada candelero. Asimismo dió oro por peso para las mesas de la proposición, para cada mesa: del mismo modo plata para las mesas de plata: También oro puro para los garfios y para las palanganas, y para los incensarios, y para los tazones de oro, para cada tazón por peso; y para los tazones de plata, por peso para cada tazón: Además, oro puro por peso para el altar del perfume, y para el á manera de carro de los querubines de oro, que con las alas extendidas cubrían el arca del pacto de Jehová.

Todas estas cosas, dijo David, se me han representado por la mano de Jehová que me hizo entender todas las obras del diseño. (1 Crónicas 28:11-19)

En el cielo continuamente, de acuerdo a un diseño establecido por Dios, se lleva a cabo la adoración, es por ello que es tan importante conocer todo estos principios, para poder traer lo que está en el cielo a la tierra, cada vez que estamos adorando.

Pero, fue través de David (un hombre conforme al corazón de Dios) que Dios trajo una restauración a la adoración. El instituyó el orden de adoración celestial, unió el cielo con la tierra!

Y oí una voz del cielo como ruido de muchas aguas, y como sonido de un gran trueno: y oí una voz de tañedores de arpas que tañían con sus arpas: Y cantaban como un cántico nuevo delante del trono, y delante de los cuatro animales, y de los ancianos: y ninguno podía aprender el cántico sino aquellos ciento cuarenta y cuatro mil, los cuales fueron comprados de entre los de la tierra. (Apocalipsis 14:2-3)

Y cuando aquellos animales daban gloria y honra y alabanza al que estaba sentado en el trono, al que vive para siempre jamás, Los veinticuatro ancianos se postraban delante del que estaba sentado en el trono, y adoraban al que vive para siempre jamás, y echaban sus coronas delante del trono, diciendo: Señor, digno eres de recibir gloria y honra y virtud: porque tú criaste todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron criadas (Apocalipsis 4:9-11)

Dios nos quiere llevar a adorar las 24 horas los 7 días de la semana. Es por ello que es necesario formar y equipar equipos de alabanza y adoración en la Casa del Señor, para llevar a cabo un ministración por turnos, tal y como se hacía en el tabernáculo de David.

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