la doctrina moderna de la “seguridad eterna.” Los proponentes de esta doctrina, ESTA INFILTRANDOSE EN LAS IGLESIAS, la cual a menudo encapsulan en la frase hecha “una vez salvo, siempre salvo,” aseveran que una decisión por Cristo fija nuestro destino eterno sin importar cuál pueda ser nuestra conducta subsiguiente.
VEAMOS QUE DICE EZEQUIEL CUANDO UN JUSTO SE APARTA.
Jeremias 3:20 Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano.
3:21 Pero si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu alma.
AQUI PODEMOS NOTAR CLARAMENTE QUE AUN NUESTRA ALMA PELIGRA SI NOSOTROS NO CORREGIMOS AL HERMANO QUE PECA.
PARA OBTENER LA SALVACION ETERNA, TENEMOS QUE BUSCAR EL HACER LA PERFECTA VOLUNTAD DE DIOS,
EZEQUIEL TAMBIEN NOS HABLA MUY CLARO DE LA MORTANDAD DEL ALMA.
20 El alma que pecare, esa morirá; el hijo no llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del hijo;(C) la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío será sobre él.
ES NECESARIO APARTARNOS DE LA IMPIEDAD...
21 Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados que hizo, y guardare todos mis estatutos e hiciere según el derecho y la justicia, de cierto vivirá; no morirá.
22 Todas las transgresiones que cometió, no le serán recordadas; en su justicia que hizo vivirá.
23 ¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?
Y QUE PASA CON LOS QUE SOMOS JUSTIFICADOS? PODREMOS ENTONCES APARTARNOS PORQUE LA SALVACION LLEGO PARA QUEDARSE, SOLO PORQUE HICIMOS UNA ORACION DE FE Y CREIMOS EN JESUS?
EZEQUIEL PROSIGUE CON LA ENSENANZA...
24 Mas si el justo se apartare de su justicia y cometiere maldad, e hiciere conforme a todas las abominaciones que el impío hizo, ¿vivirá él? Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas en cuenta; por su rebelión con que prevaricó, y por el pecado que cometió, por ello morirá.
25 Y si dijereis: No es recto el camino del Señor; oíd ahora, casa de Israel: ¿No es recto mi camino? ¿no son vuestros caminos torcidos?
26 Apartándose el justo de su justicia, y haciendo iniquidad, él morirá por ello; por la iniquidad que hizo, morirá.
27 Y apartándose el impío de su impiedad que hizo, y haciendo según el derecho y la justicia, hará vivir su alma.
28 Porque miró y se apartó de todas sus transgresiones que había cometido, de cierto vivirá; no morirá.
29 Si aún dijere la casa de Israel: No es recto el camino del Señor; ¿no son rectos mis caminos, casa de Israel? Ciertamente, vuestros caminos no son rectos.
Recordemos que es necesraio que el hombre muera una sola vez y despues el juicio.
30 Por tanto, yo os juzgaré a cada uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor. Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no os será la iniquidad causa de ruina.
31 Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de Israel?
32 Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor; convertíos, pues, y viviréis.
“Por lo cual levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas” (vs. 12). Levántense esas manos en oración y esas rodillas temblorosas de miedo, dóblelas en oración y pónganse de pie. “Haced sendas derechas para vuestros pies para que lo cojo no se salga del camino”, se refiere a la debilidad personal de los pies espirituales del creyente que está en peligro de apartarse. Las manos son figuras del servicio; las rodillas son figuras de la actitud, así los pies son figuras del caminar diario del cristiano.
2. SANTIDAD EN EL CORAZÓN (Hebreos 12:14)
“Seguid” es un imperativo que significa correr rápidamente para alcanzar la meta. Ponerle toda energía que se pueda. La meta inmediata es la paz con todos, o sea, las relaciones personales rotas en las cuales hay que buscar la reconciliación.
“Y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor”. Para alcanzar la santidad es necesario estar en paz con todos y con Dios. Ver al Señor, indica los momentos de comunión con el Él, y que lo podemos sentir bendiciéndonos.
¿QUÉ ES SANTIDAD? En este versículo 14, “santidad” viene del griego “hagiasmos”, es una palabra de acción, que significa el resultado de una acción santificadora, o llegar a ser santo. Es una palabra propia de la literatura bíblica. Sólo el cristiano tiene la posibilidad de llegar a ser santo.
En el Nuevo Testamento, la palabra se utiliza consistentemente con referencia a un estado de gracia alcanzable por los creyentes. Dios es santo, pero el hombre caído puede llegar a ser santo. En Dios la santidad es original, y Él puede impartirla. La Santidad en el hombre es derivada de Dios. Depende de la gracia divina.
a. La santidad es una obra definida de la gracia, como lo indicará un estudio de los tiempos del verbo.
b. Es un estado personal realizable.
c. Es el fruto de una entrega total del creyente (Romanos 12:1-2).
d. Es la inmediata voluntad de Dios (I Tesalonicenses 4:3).
e. Es una obra de gracia de Dios por la cual los creyentes son capacitados para mantener la pureza moral (I Tesalonicenses 4:4,7).
f. Su fuente es Jesucristo y su sangre (Hebreos 13:12; I Corintios 1:30).
g. Su logro es el ministerio primordial del Espíritu Santo (I Tesalonicenses 4:8; 2 Tesalonicenses 2:13).
h. Esta santidad comienza en la regeneración dada:
1) El arrepentimiento es el principio para practicar la vida santa.
2) La regeneración y la santificación inicial van juntas, o sea, la purificación de la depravación adquirida.
3) La vida espiritual recibida en la regeneración es santa en sí.
4) La persona es consagrada y santificada en una forma imputada, en virtud de su relación con Dios como Padre y Cristo como salvador. La persona se consagra, y Dios lo santifica. De ahí que puede decirse que la persona es santa, ética, inicial y posesionalmente.
i. “Pero la santidad del creyente no puede ser completa, es decir, cabal hasta que haya sido excluido todo lo impuro, lo incompatible y lo que compite con la santidad. Perseguir esa santidad plena es el mandato del versículo 14; pero hay que hacerlo inmediatamente:
1) Dejar todo peso de pecado que nos rodea (12:1).
2) Fe perfecta en Jesús como el único consumador, así como autor de la fe (12:2).
3) Sumisión a la voluntad de Dios para nosotros, inclusive, su disciplina (12:5-11; Romanos 6:13; 12:1-2).
4) Corrección de nuestras actitudes, relaciones y manera de vivir (12:12-14; 2 Corintios 6:17 – 7:1).
5) Santidad en la iglesia (12:15-17). “Mirad bien” (vs. 15). Es un imperativo por el cual nos damos cuenta de que la acción de “mirar” coincide con la acción de seguir. Está en tiempo presente, y esto nos indica que la búsqueda, la obtención, su mantenimiento y su expresión en la vida de los creyentes es una obligación continua, como individuos y como iglesia.
Mientras buscamos nuestra propia santidad, debemos estar preocupados por la santidad personal y de los demás. Es la tarea primordial de los ancianos (I Pedro 5:2). Como iglesia tenemos la responsabilidad los unos hacia los otros; pero en nuestras iglesias, en los últimos años no se ve ese ministerio. ¿Qué ha pasado? Aquí vienen algunas respuestas: (a) Los pastores no lo enseñan. (2) Nuestros dirigentes la han descuidado. Bueno, podría haber muchas más opiniones; lo cierto es que tenemos que buscar personalmente la santidad, ¿Por qué? “Sin la cual nadie verá al Señor (vs. 14). La otra cosa es que tenemos que mirar bien para que ninguno deje de alcanzarla (vs. 15). Será de mucha bendición personal y de crecimiento para la iglesia, si tomamos como nuestra bandera de doctrina a la santidad.
La palabra hebrea que traducimos “Santo” generalmente se interpreta como “separado, apartado”; pero esta sólo es su segundo significado. Su significado primordial es ser espléndido, bello, puro y libre de contaminación. Dios es santo, puro, resplandeciente y glorioso. Por eso es que Dios es la luz. Jesús dijo: “Yo soy la luz del mundo”.
La idea central del cristianismo es la purificación del corazón de todo pecado y su renovación a la imagen de Dios. Al interpretar la palabra “hagiasmo”, verbo griego que significa santificar, Thayer incluye dos clases de purificación: a) Purificar por expiación, librar de la culpa del pecado. b) Purificar interiormente por la reforma del alma. Esto corresponde a las dos épocas que llamamos justificación (con el nuevo conocimiento) y entera santificación.
Con la justificación y la regeneración va la purificación por expiación de la culpa del pecado (I Corintios 6:11; Santiago 4:8a). Wiley se refirió a esto como la purificación de la depravación adquirida mediante el lavamiento de la regeneración (Tito 3:5). La contaminación resultante de nuestros pecados es quitada y nosotros hechos limpios (Juan 15:3). Esta es la razón por la cual se dice que la santificación principia en la regeneración.
Mientras que la entera santificación purifica el corazón de la raíz o presencia del pecado, logrando o efectuando una devoción completa (de un solo ánimo) a Dios (Juan 17:17, 19; Efesios 5:26; I Tesalonicenses 5:23; Santiago 4:8b). La entera santificación es un estado de perfección que se alcanza en el momento de la completa consagración a Dios. Esto debe manifestarse en la vida práctica, es decir, en las acciones diarias.
D. UN GRAN ULTIMÁTUM (Hebreos 12:18-29)
Esta es una gran advertencia y urgente.
1. ESTA VEZ NO ES UN MONTE SINAÍ
Él en el Monte Sinaí Moisés exclamó: “Estoy espantado temblando” (vs. 21). Porque aunque era temporal, la desobediencia era castigada con la muerte por lapidación.
2. ESTA VEZ ES CON EL MONTE DE SION (Hebreos 12:22-29)
El Sinaí fue sólo una noticia adelantada. Allí sólo fue dada la ley; mientras que aquí fue cumplida totalmente. Allí Dios fue el legislador, aquí es el administrador de la ley. Por esa razón, sin santidad nadie verá al Señor. Toda impiedad es inmediatamente rechazada.
Aquí todas las verdades desarrolladas en la epístola están reunidas. El lugar es la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial (vs. 22). Es como una orquesta donde está una compañía de muchos millares de ángeles y la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos (vs. 23).
CONCLUSIÓN
Estamos viviendo una época en que algunos se han atrevido a llamarle post-cristiana. Los valores cristianos están siendo desafiados. Muchas instituciones de prestigio se están derrumbando por falta de santidad en su personal.
En medio de todo esto es bueno que el cristiano recuerde que cuando las naciones quieran destronar al mismo Dios, Él se reirá de ellos (Salmo 2:4). Por eso nosotros debemos serle fiel hasta el último momento.
“Así que, recibiendo nosotros un reino inconmovible, tengamos gratitud, y mediante ella sirvamos a Dios, agradándole con temor y reverencia, porque nuestro Dios es fuego consumidor” (vss. 28-29). Busquemos pues la santidad.