Para muchos, lo que sigue sólo es una historia de astucia, de fornicación, de idolatría, de desobediencia y de muerte. De la ignorancia de un loco profeta y de la justa ira de Dios.
Sin embargo, y aunque el título suene a la prensa amarilla más acérrima, este suceso tiene un impresionante misterio de revelación y aplicación en pleno siglo XXI, para la Iglesia de Jesucristo.
El relato que analizaremos a continuación desenmascara una encubierta estrategia maligna que desencadenó, en un día, la muerte de miles de hijos de Israel. Se trata de un ardid perverso, por el cual miles de hombres del pueblo escogido sufrieron el pecado, la decadencia y la muerte.
Hoy, es vital para los verdaderos cristianos descubrir esa hábil y tramposa maquinación diabólica que puede, solapadamente, arrastrarnos - como a los israelitas - a cometer viles pecados. Estratagema perniciosa, vigente, actualizada, total y subrepticiamente desarrollada y enquistada en medio de nosotros.
Este pasaje bíblico es más conocido por el hecho de que una asna habló con voz de hombre a un materialista profeta, que por la principal esencia de su enseñanza. Mucho se dijo y se sigue diciendo, pero muy poco se sabe de la enorme influencia espiritual que ejerce en estos días, lo que llamo metafóricamente: "la sombra de Balaam, el antiguo asesino y falso maestro".
Esta "sombra de Balaam" es una influencia que opera entre y contra nosotros. Es una influencia tan espiritual como destructiva, que si no la combatimos nos puede empujar inexorablemente a la perdición eterna.
¿Quién era Balaam?
Balaam, provenía de Mesopotamia, cerca del río Eufrates y era estimado por los moabitas y madianitas por sus poderes sobrenaturales. Balaam es uno de esos extraños y complejos personajes bíblicos. No es el propósito de este escrito debatir si Balaam era un profeta verdadero que hablaba de parte de Jehová o un simple adivino que usó un don profético.
Todo comenzó en los días de Moisés, cuando Balac, el rey de Moab, atemorizado por la marcha triunfal de Israel encontró a Balaam y le dijo:
(Números 22: 6) - "Ven pues, ahora, te ruego, maldíceme este pueblo, porque es más fuerte que yo; quizá yo pueda herirlo y echarlo de la tierra; pues yo sé que el que tú bendigas será bendito, y el que tú maldigas será maldito".
Balaam, tentado por sus ambiciones, ansioso de traficar con su don profético, desoyó la voz de Dios e hizo caso a su propio corazón y fue con los príncipes de Moab, por lo que la ira de Jehová (Números 22:22) se encendió contra él.
(Deuteronomio 23:3 y 4) "... porque alquilaron contra ti a Balaam hijo de Beor, de Petor en Mesopotamia, para maldecirte."
Es necesario afirmar que Balaam ignoraba - entre otros cosas - acerca de la moralidad elevada de Dios. Quizá, pensó, que Dios debía maldecir a un pueblo pecador, como entonces era Israel, y aniquilarlo. No conocía los elevados propósitos del Señor, no sabía que Dios puede proveer Justicia para salvar a los pecadores que creen en Él y con todo eso seguir siendo justo. Entonces, por ganancias se dejó alquilar y la Biblia es clara con relación a este error:
(Judas 11) - " ¡Ay de ellos! Porque... se lanzaron por lucro en el error de Balaam".
Balaam, un falso maestro
Aunque Balaam fue llamado profeta, era un falso maestro. Veamos lo que el relato bíblico puntualiza:
(Apocalipsis 2:14) - "Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación".
Ahora, la pregunta es ¿Dónde se originó ese plan destructivo? En el infierno. Sí. ¿Pero en qué mente?. En la mente de Balaam. Este profeta alquilado que, si bien no pudo maldecir al pueblo escogido, se las ingenió para destruirlo, de otra manera y en otra magnitud. La Biblia nos muestra el resultado de su plan:
(Números 25:1-3 y 9) - "... y el pueblo empezó a fornicar con las hijas de Moab, las cuales invitaban al pueblo a los sacrificios de sus dioses; y el pueblo comió, y se inclinó a sus dioses. Así acudió el pueblo a Baal-peor, y el furor de Jehová se encendió contra Israel. Y murieron de aquella mortandadveinticuatro mil."
Esta doctrina es el ardid que finalmente Balaam enseñó a los enemigos, para destruir al pueblo de Dios. Como no pudo maldecirlo, buscó corromper a Israel, que no podía ser maldito. Balaam sabía que si los israelitas tomaban para sí las mujeres moabitas, perderían su posición de pueblo escogido y apartado.
Dios se refirió a la estrategia de Balaam cuando le ordenó a Moisés hostigar y destruir a los madianitas:
(Números 25:18) - "por cuanto ellos afligieron a vosotros con sus ardides con que os han engañado... ".
Balaam buscó sustentarse materialmente a través de enseñanzas destructivas. Amó su propio provecho. Este es el camino de Balaam. Es la senda que busca el profeta asalariado, que sólo quiere hacer negocios con su don. Es la postura que eligieron hoy los maestros apóstatas buscando dinero, popularidad o aplauso.
(2 Pedro 2:15) - "Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaamhijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad."
Balaam, el antiguo asesino
Balaam fue un asesino porque con sus enseñanzas mató a miles de hijos de Israel. Aconsejó a Balac, premeditadamente, que indujera a los israelitas a participar de fiestas paganas y a cometer fornicación, para que fueran eliminados por Dios. Esto se revela claramente en Números 31:16
"He aquí por consejo de Balaam ellas -(las mujeres moabitas)- fueron causa de que los hijos de Israel prevaricasen contra Jehová en lo tocante a Baal-peor, por lo que hubo mortandad en la congregación de Jehová."
A sabiendas sedujo y mató las almas inconstantes. Por eso digo, Balaam es asesino. Pensemos en esto: el diablo es homicida y sus hijos, también. ¿Hijos del diablo? Un poco fuerte, ¿no? Los hijos del diablo no son los inconversos. Los hijos del diablo son los religiosos incrédulos que no creen en las obras de Cristo.
Jesús les habló directamente a ellos:
(San Juan 8: 44) - "Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira".
La "sombra" de Balaam está entre nosotros
¿Dónde está esa sombra? ¿Cómo se manifiesta? La Biblia lo revela claramente en muchísimos pasajes. En cada uno de ellos, las Escrituras nos advierten en forma concreta, amplia y detallada acerca del proceder de los falsos maestros apóstatas de hoy que, como Balaam, transitan su camino, cometen su error y practican su doctrina. Muchas veces, frente a nuestras propias narices. Es decir, no afuera de la iglesia, sino adentro. Encubiertamente, subliminalmente, como quieras llamarlo, pero desde adentro:
(2 Pedro 2:1, 2, 3) "Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotrosfalsos maestros, que introducirán herejías destructoras... y muchos seguirán sus disoluciones... y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas ".
Una breve descripción puede ayudar a entender quiénes son los, podríamos decir, émulos de Balaam. Son aquellos hombres y mujeres, hoy herejes, que hicieron del Evangelio su medio de vida. (Herejía, es errar en materia de fe). Aquí no importan: la apariencia de piedad, la reputación y el tamaño de la congregación. Predican, enseñan para sacar propio provecho. Dicen servir a Cristo con el único afán de obtener ventajas personales, digamos: aplausos, reconocimiento, jerarquías, dinero, automóviles, aviones, propiedades, beneficios materiales en todas sus formas y medidas, etc.
Muchos operan en modernos templos abarrotados de personas, despliegan sus estrategias en famosas congregaciones. Otros, en antiguas, tradicionales y pequeñas congregaciones. Pueden aparecer en TV y radio. Pueden predicar fervientemente, exponer y defender sus enseñanzas, ostentar títulos teológicos, y hasta decir que aman a Dios, pero siguen las obras de su padre, el diablo.
Esta doctrina de Balaam impulsa y alimenta a muchos hombres y mujeres que hoy sostienen el fracasado sistema religioso "cristiano". Sistema humano, no divino. Muchos lo harán a sabiendas, otros, engañados a sí mismos. De todas manera, el resultado es el mismo. Judas dijo de ellos en su epístola, "son árboles otoñales muertos, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados; cuya boca inflada habla cosas infladas adulando a las personas para sacar provecho, estrellas errantes, para las cuales está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas". Son los que se apacientan a sí mismos.
Los falsos maestros siempre, con sus erradas doctrinas, conducen irremediablemente a la perdición. Alientan, lo que Santiago llama, el adulterio espiritual, la amistad con el mundo, esa enorme enemistad con Dios. Enseñan, entre otras cosas, a conformarse con este mundo, dicen que utilizando sólo la razón basta para comprender los misterios de Dios. Al igual que Balaam, seducen y matan las almas inconstantes.
Las evidencias de las enseñanzas falsas de Balaam
En los capítulos 23 y 24 del libro de Números, Balaam profetizó - contrariamente a lo que le pedía Balac - cuatro veces sobre la prosperidad de Israel y la destrucción de sus enemigos. Si bien profetizó sobre las justicias de Jehová (Miqueas 6:5) y recibió palabras de Dios (Números 24:2), Balaam estaba contaminado, adulterado y corrompido por costumbres paganas y apetitos materiales.
Balaam es un claro ejemplo de lo estéril que es el simple conocimiento de Dios cuando no está acompañado del deseo sincero de obedecerle. Balaam "decía" que sólo hablaría lo que Jehová le dijere, pero "quería hacer lo malo". Por ejemplo, quiso que Dios cambiara de idea y que le permitiera hacer su propia voluntad.
El pecado, la desobediencia, la corrupción, la transgresión a los mandamientos, el alejamiento de Dios, y la muerte de miles israelitas fueron las evidencias que las falsas enseñanzas de Balaam produjeron.
¿Hoy, puedo yo estar recibiendo falsas enseñanzas? ¿Cómo puedo saberlo? Por las evidencias. ¿Pero cuáles son las evidencias verdaderas?
Algunos piensan que las señales milagrosas son suficientes pruebas de autenticidad en el ministerio de alguien. Pero, recuerde, Balaam profetizó, pero su camino era perverso delante de Dios. Jesús nos enseñó que por los frutos los conoceríamos. ¿Cuáles son esos frutos? Las evidencias. ¿Son los milagros? No. Muchos dirán: Señor, en tu nombre echamos fuera demonios, profetizamos, hicimos muchos milagros en tu nombre, pero la respuesta será:
(San Mateo 7:23) "Nunca os conocí, apartaos de mí, hacedores de maldad".
Muchos usan esos vestidos de ovejas - de los cuales habló Jesús - pero por dentro son lobos rapaces. El apóstol Pablo nos dio una "pequeña guía" para observar algunas evidencias del verdadero maestro y siervo de Dios, en 1 Tesalonicenses 2: 3 al 20.
Sus enseñanzas no proceden de error, de impurezas o engaños. (v. 3)
Están aprobados por Dios, hablan para agradar a Dios y no a los hombres. (v. 4)
Nunca usan palabras lisonjeras y no encubren la avaricia. (v. 5)
No buscan la gloria de los hombres, usando los dones y ministerios recibidos de Dios. (v. 6)
Están dispuestos a entregar sus propias vidas por los hermanos. (v. 8)
Predican el Evangelio, trabajando de noche y día para no ser gravosos a los que creen. (v. 9)
Tienen para con los creyentes un comportamiento santo, justo e irreprensible. (v. 10)
Exhortan y consuelan a cada uno, como un padre al hijo. (v. 11)
En suma, la evidencia de los verdaderos ministros de Dios es la santificación que lleva a la vida, la vida eterna.
(Romanos 6:22) - "Mas ahora que habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios,tenéis por vuestro fruto la santificación, y como fin, la vida eterna".
Los falsos maestros pueden ser descubiertos cuando tú, basado en estos pasajes bíblicos, analices los frutos de quiénes dicen ser Ministros de Dios.
Nuestra defensa contra la sombra de Balaam
Dios nos enseña cómo debemos defendernos contra las falsas enseñanzas, contra lo que llamo, "la sombra de Balaam": Veamos lo que sucedió en el camino cuando Balaam fue a encontrarse con los príncipes de Moab:
(Números 22: 23 y 32) "Y el asna vio al ángel de Jehová, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó el asna del camino, e iba por el campo. Entonces azotó Balaam al asna para hacerla volver al camino. Y el ángel de Jehová le dijo ¿Por qué has azotado a tu asna estas tres veces? He aquí yo he salido para resistirte, porque tu camino es perverso delante de mí".
Claramente vemos que el Ángel de Jehová salió a resistir a Balaam, con una espada desenvainada en su mano. Sin embargo no lo mató allí, en el camino. Lo dejó ir y, también, profetizar. Pero, luego los israelitas se encargaron de él. Como resultado coherente a sus acciones inescrupulosas, las Sagradas Escrituras precisan que Balaam terminó muerto por la espada de los propios israelitas. Literalmente, lo ejecutaron a espada.
(Josué 13:22) - "También mataron a espada los hijos de Israel a Balaam el adivino, hijo de Beor, entre los demás que mataron."
Con relación al fin de Balaam debemos tomar en cuenta dos consideraciones importantes.
Por un lado, el Ángel de Jehová no lo mató en el camino sino que dejó esa tarea para los hijos de Israel. De la misma manera, Dios confió a sus siervos la misión de desarticular todas las argucias destructivas que amenazan a su pueblo escogido. Él lo hace sólo a través de nosotros. Y nosotros, sólo lo hacemos a través de su autoridad.
Por otro lado, nos damos cuenta de cómo la ambición desmedida de Balaam lo empujó a buscar posiciones cada vez más privilegiadas. Primero, fue una delegación de ancianos a buscarlo (Números 22:7), luego una de príncipes más honorables (Números 22:15), con quienes se fue y anduvo con ellos todo el tiempo que permaneció en suelo enemigo (Números 22:40) y, finalmente, estaba entre los reyes cuando se estableció en Madián. Fue allí, en esa cómoda y encumbrada posición dónde la espada lo alcanzó:
(Números 31:8) - "Mataron también, entre los muertos de ellos, a los reyes de Madián, Evi, Requem, Zur, Hur y Reba, cinco reyes de Madián, también a Balaam hijo de Beor mataron a espada."
Pero para nosotros ¿Qué es la espada?
(Efesios 6:17) "... la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios".
Jesucristo equipó a su pueblo para enfrentar con victoria a este siniestro ataque de falsas enseñanzas.
(Hebreos 4:12) "Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón".
Debemos estar atentos a la palabra inspirada por Dios, sólo así venceremos. La palabra de Dios es espíritu y esvida. En contraste a la muerte, que es el fruto de las falsas enseñanzas.
(2 Pedro 1:19, 20) "Tenemos también la palabra profética más segura a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones... ".
¿Y por qué la derrota generalizada en las congregaciones? Porque falta palabra viva. La palabra de Dios no es predicación muerta. Falta unción de Dios en los mensajes. Falta aplicar correctamente y en obediencia, la palabra de Dios. Falta recibir, creer, ponerla por obra y recién después predicarla.
(Santiago 1:22) - "Pero sed hacedores de la palabra, y no tan sólo oidores, engañándoos a vosotros mismos".
Sólo, con un corazón sincero y en un estado de permanente búsqueda verdadera podremos oír lo que Dios nos dice hoy. Eso se logra en una profunda comunión con Dios, para que con discernimiento verdadero - es decir del Espíritu Santo - descubramos cuáles son las falsas enseñanzas sembradas en las bases religiosas del sistema eclesiástico actual.
La sombra de Balaam, el antiguo asesino y falso maestro, desarrolla hoy una acción terriblemente eficaz -(entre nosotros y para el dios de este siglo)- por lo que resulta, cuando no es descubierta, neutralizada y erradicada, altamente destructiva para la Iglesia de Jesucristo, digo Iglesia verdadera y no la visible. Y aunque no lo creas, y no lo veas, este accionar - el de los falsos maestros - empaña, obstaculiza e impide el avance del glorioso y victorioso Evangelio de Jesucristo. Y por lógica consecuencia produce un daño fatal a miles de personas.
Para entenderlo mejor, podríamos tomar un ejemplo actual: Un "antivirus" es un programa que se instala en el sistema de las computadoras para protegerla de miles de virus, que a través de la llamada "Red", que es Internet, circulan destruyendo programas, sistemas y archivos. Entran sin pedir permiso y pueden destruir hasta el disco rígido. Si no tienes esta protección y si no la actualizás, los virus, ingresan sin que sepas a tu computadora y algunos - como el llamado virus Troyano - se instalan en tu sistema y en un momento determinado, da su "golpe mortal". Actúa y "mata" la PC. Así, parecido, sucede en la iglesia. Las falsas enseñanzas - tal los virus - ingresan a tu vida, a tu casa, a tu congregación, y si no tienes la defensa adecuada - el antivirus, que es la Palabra viva de Dios- te destruyen, a ti, a tu familia, a tu congregación y hasta tu Nación, también.
La sombra de Balaam, el antiguo asesino y falso maestro, está en acción, abramos nuestros ojos, no sea que - como a los israelitas - estando en manos de estrategias Balaamitas, nos sobrevenga, en un día, la muerte.
(1 Corintios 10:11) "Estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos".