No me mal interpretan. Creo firmemente en la oración. Creo que debamos orar sin cesar, y hacerlo con fe y fervientemente. También creo en nuestro Dios Todopo...deroso que todavía hace milagros. Pero Dios, en Su sabiduría, diseñó al hombre con libre albedrío, y nos dio ciertas responsabilidades que cumplir.
Permítame darle un ejemplo de entre muchos posibles escenarios:
Hay personas quienes vienen cada domingo a pedir oración que Dios les sane de la diabetes u otra condición. Pero no cesan de abusar sus cuerpos con cantidades exageradas de azúcar y comida no saludable. Conozco de algunos quienes Dios les sanó, y pasaron unos meses bien de salud. Pero no cambiaron sus hábitos alimenticios los cuales volvieron a provocar daño a sus cuerpos y resultaron con el mismo problema. Tenemos que aprender a ser buenos mayordomos de nuestros cuerpos que son templo del Espíritu Santo según 1ª Corintios 3:16.
La mayordomía es un principio del Reino de Dios y se aplica a todo – se trata de mucho más que el diezmo. Se trata de cuidar lo que Dios nos ha dado así como Adán fue dado la responsabilidad de gobernar sobre el huerto de Edén. Dios normalmente no le permite poseer algo si no está preparado a ocuparla y ser un buen mayordomo de ello. Esa fue la razón que Israel duró tanto tiempo poseyendo la Tierra Prometida.
Conozco de otros quienes piden oración por sus matrimonios, pero ellos mismos nunca invierten tiempo en sus parejas, siguen viviendo como si fueran solteros. El amor es una decisión y un compromiso. Si uno ama y valora a su matrimonio entonces invertirá en ello. Cuando uno invierte en algo comience a crecer y a florecer. ¿En qué está invirtiendo usted?
La oración y el poder de Dios no nos fueron dados para usar como licencia a continuar en malos hábitos ni en comportamientos dañinos. La gracia de Dios tampoco nos es extendida para usar como licencia a continuar en el pecado.
«¿Qué concluiremos? ¿Vamos a persistir en el pecado, para que la gracia abunde? ¡De ninguna manera! Nosotros, que hemos muerto al pecado, ¿cómo podemos seguir viviendo en él?» Romanos 6:1-2 (NIV)
Dios ha dado a nuestra generación más conocimiento y revelación acerca de cómo mantener una vida saludable que a cualquiera otra generación. Hay montones de libros e innumerables recursos digitales para aquellos que desean aprender cómo vivir mejor. Pero tenemos que determinar aprender, responsabilizarnos por nuestras propias vidas, ejercer disciplina y dominio propio. Cuando hacemos lo que podemos con lo que Dios ya nos ha dado, la gracia y el favor de Dios logra mucho más y resulta con fruto más duradero.
Mi lema personal siempre ha sido, «Orar como si todo depende de Dios, y trabajar como si todo depende de mí.» Es una buena combinación. Una que Dios honra.
Santiago nos escribió acerca de la necesidad de hacer un esfuerzo en combinación con nuestras oraciones y fe...
«« 15 Supongamos que un hermano o una hermana no tienen con qué vestirse y carecen del alimento diario, 16 y uno de ustedes les dice: «Que les vaya bien; abríguense y coman hasta saciarse», pero no les da lo necesario para el cuerpo. ¿De qué servirá eso? 17 Así también la fe por sí sola, si no tiene obras, está muerta. 18 Sin embargo, alguien dirá: «Tú tienes fe, y yo tengo obras.» Pues bien, muéstrame tu fe sin las obras, y yo te mostraré la fe por mis obras. 19 ¿Tú crees que hay un solo Dios? ¡Magnífico! También los demonios lo creen, y tiemblan.»» Santiago 2:15-19 NVI
Si usted no está contento con la condición de su vida, decida hoy hacer algo para cambiarla. Ore al Señor con fe en Su Palabra y en Su amor. Obedece los principios de la Palabra de Dios, y haga lo que pueda con lo que tiene – aunque sea pasos pequeños. ¡Encontrará que en poco tiempo su condición habrá cambiado por el bien!
Si esta reflexión le ha sido de edificación, ¿por qué no lo comparta con otros?
¡Bendiciones!
Cliff Bell