“Orad sin cesar.” 1 Tesalonicenses 5: 17
Caminantes, El lugar secreto es el lugar del poder, por ende, “escóndete” con Dios a buscar Su rostro. Tenemos que orar, pero cuando lo hagas, no "exhibas" tu espiritualidad ni tus grandes capacidades de oratoria. Nunca olvides de quien es la gloria.
El Pastor le preguntó a su esposa: "Cariño, ¿cuántos predicadores verdaderamente grande crees que hay en la tierra?" Ella respondió: "¡Uno menos de lo que piensas!"
Mantén la oración simple o sencilla. Una de las grandes oraciones que tu puedes orar es "¡Ayúdame!" Y tu Padre quiere ayudarte en todas las esferas de la vida. Él te reta y te invita: Jeremías 33: 3 "Clama a mí, y yo te responderé y te revelaré cosas grandes e inaccesibles, que tú no conoces."
Algunas personas dicen, "no sé cómo orar." Si tú puedes hablar, tú puedes orar. Algunos tienen una oreja del tamaño de la de un elefante, de tanto colgarse el celular hablando por horas de cosas triviales y baladíes, del chisme del momento o quizás, hasta de cosas importantes. Orar es hablar con Dios, pues todos podemos aprender y practicar el sublime arte de la oración.
Sólo quéjate en reversa y eso es alabanza. Quéjate en reversa y eso será acción de gracias.
Siéntete libre de dejar a un lado el buen castellano o el inglés de King James. Las grandes palabras no tienen el poder para acelerar la respuesta de Dios. La cantidad de palabras que usas no determinará la cantidad de respuesta que vas a recibir. Dios responde a un corazón contrito y humillado, que lleno de fe le busca.
Reconoce a Dios como tu Padre Celestial. Di conmigo: Tengo un Padre Celestial. Él me adoptó. Él ha invertido mucho en mí. Él me compró cuando yo era un esclavo de Satanás. Él hizo un viaje muy largo para venir aquí para sellar el trato. Él siempre ha resuelto la cuestión de que Él me ama. Él no tiene que probarme nada. Ya lo hizo cuando murió por mí en la Cruz del Calvario.
Caminante, en este tiempo peligroso de tanta confusión, violencia, falsas enseñanzas y aun persecución contra los santos, simplemente no podemos permitirnos vivir un día sin orar. A propósito; ¿ya oraste hoy? Solo pensaba en voz alta…
Siempre tuyo en el servicio del Rey,
Dr. A. Vallejo
CCPDP 1001 W. Carroll St., Kissimmee, Fl. 34741