A mi amiga Wilma:
Cuantas veces te contacte para consejos. Cuantas veces me los diste con sabiduria de lo alto. Fuiste una amiga, pero de los de verdad.
Te extraño desde ya. Ve a casa, donde te volvere a ver, ve a adorar, libre de todo dolor, sufrimiento y preocupacion.
Gracias por ser eso mismo, una gran amiga, aparte de una tremenda hermana en Cristo y una mujer de Dios poderosa. Vuela, vuela como un Aguila de Dios que fuiste en esta vida. Nos vemos en el cielo:
Filipenses 1:21
Pues para mí, el vivir es Cristo y el morir es ganancia.
Una heroína de la Fe partió con el Señor
Hace tan solo unas horas en Colombia, nuestra muy querida hija en el Ministerio, la Apóstol y Profeta Wilma Rueda, partió para estar en los brazos de su amado Jesús; su Señor y Rey, a Quien sirvió por más de 30 años en su activo, bendecido y fructífero Ministerio Internacional.
Su muerte, es su mayor y más profunda Victoria. Wilma murió preparada y ungida por Dios para este trascendental evento personal; ella estará ahora por siempre en la Presencia del Eterno, disfrutando de Su Amor Incomparable.
Wilma enfrentó su lucha contra la enfermedad por años con hidalguía, valor, fe y una apasionada Adoración hacia su amado Señor y Dios.
¡Extraordinario amor por su Salvador, y un maravilloso ejemplo de determinación apasionada por servir a su Redentor en todo tiempo y en todo tipo de circunstancia o de condición física!
En Wilma se cumplen a plenitud las palabras del Apóstol Pablo en el libro de Filipenses 1:21: "Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es ganancia".
Conocí a la Apóstol Wilma muchos años atrás, en mis múltiples viajes a Colombia y sentí un gran respeto por su humildad y ardua tarea de edificar al Cuerpo de Cristo y de servir de "puente ministerial" para muchos Ministros jóvenes que emergían bajo la sombra de su Ministerio.
Años después, ella me honró pidiéndome humildemente mi Cobertura y mi Paternidad Apostólica. Relación de Pacto que fortalecimos con los años y que ella siempre honró con su lealtad, amor y apoyo total a lo que Dios me indicaba hacer en las naciones. Mi esposa Lía y yo, mi Familia y todo nuestro Equipo en AMM y en el CMA fuimos honrados y amados por ella de manera especial.
Nunca la escuché quejarse en su batalla física de años, de la cual el Todopoderoso la levantó varias veces cuando estuvo al borde de la muerte. Su fe en Dios y su inquebrantable respeto a Su Palabra fueron para mí un ejemplo de vida extraordinario. Yo honro a Dios por la vida, Ministerio y pasión por Jesús de la Apóstol Wilma Rueda. Servir a Dios junto a personas como ella, son las cosas bellas de nuestro Llamado; invertirnos un poco, edificando personas como Wilma, son las cosas por las que ha valido la pena llevar el peso de nuestro Ministerio.
Una heroína de la fe
El Capítulo 11 de los Hebreos, conocido como "Los Héroes de la fe", cierra de la siguiente manera:
"¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas; que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros ...." .
Pienso que Dios nos deja a cada uno de nosotros, a lo largo de la historia y de nuestras vivencias personales, el espacio para añadir nombres a esa lista de hombres y mujeres que honraron a Cristo con su vida y con su fe. Hoy, yo añado el nombre de Wilma Rueda como una verdadera heroína de la fe, que ha dejado huellas imborrables en miles de hijos de Dios, y un Gran Legado Apostólico para la generación presente y para las venideras.
Paz y consuelo para sus familiares, para sus hijos ministeriales y para sus amigos. Más hoy, alabamos todos juntos al Único y Sabio Dios porque Wilma goza de la Gloria del Altísimo.
ESA ES SU MÁS GRANDE VICTORIA.
¡Amén y Amén...!