lunes, 26 de octubre de 2009

Etapas en el ministerio Apostolico

Los Hechos de los Apóstoles registran el despegue de la naciente Iglesia de Cristo, llena del Espíritu Santo en Pentecostés (Hechos 2: 1-4), separándose del judaísmo, del cual algunos la consideraban como una secta mas.

El inicio del accionar de los ministerios en la edificación del Cuerpo de Cristo y la potente predicación del Evangelio del Reino a los gentiles bajo la Conducción del Espíritu Santo, se reseña en los Hechos de los Apóstoles, quienes fueron los principales protagonistas.


Para tener un mejor ángulo del desarrollo de la iglesia, antes de las Cartas y el Apocalipsis deben estudiarse los Hechos de los Apóstoles.

Los ministros tienen un proceso de formación, en etapas, Como en el Ministerio Apostólico de Pablo, antes de verterse en toda su plenitud a la iglesia, que se constituyó entonces en una iglesia movida apostólicamente.
No quiere decir esto que necesariamente cada congregación deba tener residente su propio Apóstol.

Estudiando la vida del Apóstol Pablo, notamos varios eventos en su vida, que marcaron como etapas en su desarrollo ministerial, pudiendo tomarse como un ejemplo:

1. El engendramiento: El primer paso en el Ministerio Apostólico consiste en ser engendrado por otro hombre que vaya adelante. No es Dios el que engendra en el Ministerio, El ya engendró a su Unigénito Hijo, el Apóstol de nuestra fe (Hebreos 3: 1). Era el único que debía engendrar directamente Él.
Los ministerios vienen de Dios (Efesios 4:8) y la tarea de engendrarlos la ha encomendado a hombres escogidos. De allí que es necesario que los ministros sean engendrados y dados a luz.

2. El manto paternal: En los mantos de los ministros hay un misterioso valor espiritual. Elías es el único profeta que mandaba manto desde las alturas; lo envió a Eliseo 2 veces la primera terrena (1ª Reyes 19: 19) para un movimiento ministerial terrenal y la segunda cuando fue llevado (2ª Reyes 2:13), para que se moviera en lo espiritual.
Eliseo fue engendrado en el Ministerio Profético por Elías a quien le decía padre (2ª Reyes 2:12) y como verdadero hijo, siguiendo bien el ejemplo, también a Eliseo le reconocían después como padre (2ª Reyes 6:1; 13: 14).

3. La vestidura (cobertura) de los ministerios apostólicos es importante, notemos varios ejemplos:
a. Pablo mandó que le trajesen su capa olvidada (2ª Timoteo 4: 13).
b. Los soldados: echaron suertes sobre las vestiduras de Jesús (Mateo. 27: 35). En la tumba de Jesús se quedaron las vestiduras ordenadas (Juan 20: 6,7).
La paternidad Apostólica:

Los Ministerios Apostólicos engendran y a la vez dan a luz. Hombres enseñados por hombres, en un proceso de transferencia e impartición del don. Pablo era un padre (1ª Corintios 4: 15) y engendró verdaderos hijos Ministros, como a Timoteo (1ª Timoteo 1: 2), Tito (Tito 1: 4) y Onésimo (Filemón 10).
a. Pablo guiado de la mano: Luego del engendramiento se necesita guianza. En el caso de Pablo cuando estaba camino a Damasco. Jesús lo derriba y deja ciego. Pablo pregunta: ¿Qué quieres que haga? (Hechos 22:10).
Notemos que Dios le cegó para que sus ojos naturales, no vieran lo que veían antes de la contemplación de la luz divina. Aquí vemos que es permitido por Dios un tiempo de ceguera, pero tomado de la mano de otro que si ve, lo conduce a la casa correcta, la indicada por Dios (Hechos 9: 8).
b. La ceguera y la conducción de otros hombres: Dios quiere dar nueva visión. Pero hay que dejar que anulen los actuales. Pablo sería enviado a abrir los ojos a otros (Hechos 26:18) y debían abrirle primero los de él. Pero con el ímpetu humano y sin la visión celeste echaría a perder la obra. Debía de ser tomado de la mano y conducido en la ceguera y con escamas en los ojos, sellados. Así, en la debilidad iba a aceptar la mano que Dios puso para conducirlo. No hay que ser orgulloso. Jesús, el Hijo de Dios, se sujetó a Juan el Bautista, para que se cumpliera toda justicia (Mateo 3: 15).
c. Hay que tener fe y aprender humildad: Jesús le ordenó a Pablo: “levántate y entra en la ciudad, allí se te dirá lo que debes hacer” (Hechos 9: 6). Vemos una orden inmediata y lo que debe esperar, porque Dios no da el paquete completo a la misma vez, debía tener fe y dejar que le condujeran, pues hasta estar en la ciudad recibiría el resto de las órdenes del Señor. Otro hombre era el que sabía lo que Dios iba a hacer con él, Ananías (Hechos 9: 10-15), para que Pablo aprendiera humildad.
d. Pablo se levantó: Pablo hizo el esfuerzo, se levantó aunque no miraba nada. Entonces Dios le quita el hambre y le pone tres días sin ver ni comer, en oración (Hechos 9: 9). Aquí le muestra otra dimensión, la que se ve con los ojos espirituales.
La transferencia del don.

Al engendramiento y la guianza debe seguir la transferencia del don ministerial. En el caso de Pablo, ciego, oraba y vio a un hombre llamado Ananías (Hechos 9: 11,12). Ya tenía visión espiritual. Ananías usado por Dios, le devolvería la vista exterior.
Algunos no ven porque no oran. Primero se le abrieron los ojos espirituales, luego recupera los externos.

En la visión Pablo vio a Ananías que venía para devolverle la vista (Hechos 9: 12), traía la palabra profética para él. Dios no le dijo lo que Ananías sabía. Así, hay otros hombres que saben por revelación los secretos ministeriales.

Dios tiene planes escritos para nosotros (Salmos 40: 7), y por medio de los “Ananías” nos son revelados. Notemos aquí que Dios le confirmó en visión a Pablo que llegaba Ananías. De esa manera, debemos buscar las confirmaciones de Dios, no hay que sujetarse a alguien solo por así, el señor lo tiene que revelar en oración.
a. La profecía y la imposición de manos: El don espiritual es conferido por medio de la profecía con la imposición de manos del presbiterio o del Apóstol (1ª Timoteo 4: 14; 2ª Timoteo 1: 6). Sobre Pablo el indicado por Dios para hacerlo, era Ananías. Sobre los Ministros, debe haber declaraciones proféticas que traigan sobre ellos el plan de Dios completado luego con la imposición de las manos de los ministros.
b. El direccionamiento por la Palabra Profética (Hechos 9: 15, 16): Pablo entonces es ubicado y direccionado: ahora es un instrumento, para llevar el nombre de Jesús; a los gentiles, los reyes y los hijos de Israel. Entonces, Ananías le impuso manos y Pablo fue lleno del Espíritu Santo. Antes sin llenura y ciego quería hacer la obra de Dios. Seguía aprendiendo humildad porque debía primero recibir ayuda de otros.
Entra al colegio apostólico

Sin ésta etapa, la formación ministerial apostólica estaría incompleta, antes de verterse de lleno a la edificación de la iglesia. Recapitulando el Apóstol Pablo, se aprecia que tres hombres influyeron en su inicio: Esteban, primero; luego, el que le dio la mano y lo condujo en su ceguera; inmediatamente después, Ananías, que le impuso manos y le llevó palabra profética. Y necesitó todavía un cuarto hombre: Bernabé, que tuvo que testificar de Pablo para que le creyeran y le aceptaran (Hechos 9: 27) en el colegio apostólico de Jerusalem. Otro hombre, Bernabé, sabía su testimonio y era de reconocida autoridad entre los apóstoles.
a. La importancia de la escuela ministerial: Es importante que todos los ministros sean discipulados, que tengan una escuela de formación, no necesariamente de educación formal. Pablo pudo direccionar a Pedro (Galatas 2: 11-14), porque antes otros hombres intervinieron y lo direccionaron a él. Pablo tuvo escuela. David tuvo escuela, en la corte de Saúl (1 Samuel Caps. 18 al 28). Saúl en cambio no tuvo escuela, no supo ser rey y pereció.
b. El sufrimiento y la gloria: Asociado a los desarrollos ministeriales, también se encuentra momentos de sufrimiento, intercalados con momentos de gloria para que se puedan soportar. En el Ministerio de Jesús se ven varios, por ejemplo:
1. Transfigurado, luego crucificado.
2. Soportó la cruz por el gozo puesto frente a el.
La desobediencia puede obstaculizar el cumplimiento de la profecía

Si Jesús no se sujeta a Juan el Bautista (Mateo 3: 14, 15), se hubiera descompuesto la profecía y plan de Dios sobre El. Cuando obedeció cumpliendo toda justicia, el Padre fue complacido (Lucas 3:22), entonces baja el Espíritu Santo y se abre el plan. Juan venía de parte de Dios para abrirle el camino (Lucas 1:76,77).

CONCLUSIONES

• Los ministros deben ser engendrados por otro ministerio mayor, como un padre que le cubre, les instruye, corrige y discípula.

• Se requiere que los ministros se dejen guiar por otros ministros durante su crecimiento ministerial, pero deben tener fe y aprender humildad.

• Los dones ministeriales se transfieren en el discipulado ministerial y se confieren por la palabra profética y la imposición de las manos.

• Es conveniente que los ministros no se desarrollen y ejerzan sus ministerios aislados, sino que formen parte de colegios con los otros ministerios y compartan mutuamente los beneficios de los conocimientos y unciones que Dios ha puesto en cada uno.