a. Batiendo las manos Es deseo de Dios que batamos las manos en señal de regocijo. Salmos 47:1. Esto puede suceder mientras estamos cantando; pero también puede ser una ofrenda aparte, dando un aplauso al Señor. Salmos 98:8; Isa. 55:12.
b. Levantando las manos. Una reacción natural de un corazón agradecido es levantar las manos delante del Señor. Lm. 3:41. Es interesante que la mano levantada también es señalada de haber hecho un juramento o pacto con Dios. Gén. 14:22; 1 Tim. 2:8; Sal. 34
c. Tocando instrumentos. Muchas personas sienten que el uso de instrumentos musicales en la iglesia no tiene base neotestamentaria. No tenemos ningun problema en esta área, pues entendemos lo que Dios quiere, cuando nos dice que va a edificar el tabernáculo de David. Pablo nos exhorta a usar salmos en nuestra adoración. Ef. 5:19; Col. 3:16.
La definición de la palabra salmo es un canto de alabanza acompañado por arpa o algun instrumento musical. En la definición de esta palabra tenemos una exhortación de usar instrumentos musicales.
En el tabernáculo de David muchos instrumentos fueron usados para adorar a Dios. Salmo 150. Las Escrituras claramente ponen un requisito muy estricto sobre el individuo que desea ministrar con un instrumento en la casa del Señor. El que toca tiene que hacerlo bien. Salmo 33:3; Dios no quiere que seamos ignorantes en ningun área de nuestra adoración. El ensayo riguroso para tocar un instrumento son de gran valor para la adoración en la Casa del Señor. Cuando musicos no adiestrados ni experimentados guían la adoración, solamente pueden llevar a la congregación a desorden y confusión. Por lo contrario, cuando hay habilidad juntamente con la unción de Dios, grandes cosas pueden suceder en la adoración a Dios.
Consideremos, pues, que no solamente es la habilidad, sino también la unción de Dios.