Encontre esto en el perfil de Oscar. Esto si es Vision Apostolica amen:
Apóstoles y Profetas: Mi apreciación es que hoy en día se está aprendiendo y experimentando con el apostolado. Solo cuando se produzca una sana restauración del evangelio de la gracia de Dios, de la que el apóstol Pablo predicó, veremos en nuestros días los verdaderos apóstoles en la iglesia. Y hasta que eso suceda, habrá muchas controversias entre la santidad y la mundanalidad. Lo que es y lo que no es.
Los hombres que hoy se autodenominan apóstoles, no pueden resolver esta dicotomía, solo la Palabra de (Hebreos: 4, 12) puede producir un ministerio apostólico sin libertinaje y en santidad.
Creo fielmente que Dios restaurará esta revelación, y que veremos verdaderos apóstoles y profetas que se levanten en la sana doctrina, la que santificará y unirá a la iglesia para que sea gloriosa, la novia de Cristo preparada para su venida.
Un estudio de (Efesios: 4) nos dice que para que un auténtico ministerio apostólico y profético sean restaurados, primero debe ser restaurada la palabra profética. Hoy abundan muchas profecías falsas, muchas promesas y pocas demandas, mucho trono y poca cruz. Ha habido mucho alboroto e interés en estos últimos años con respecto al apostolado y profético. Muchos andan por allí autoproclamándose apóstoles y profetas, y en realidad solo están ejerciendo ciertos dones que los tienen, pero eso no los convierte en lo que quieren ser. Hay mucha humareda, pero poco fuego.
Creo que el Señor vendrá a buscar una iglesia gloriosa, preparada por los ministerios apostólicos y proféticos (1º Corintios: 12: 27 – 31) pero no nos olvidemos que en (Daniel: 5: 27) Dios pesó a la iglesia y sus ministerios y los encontró en falta.
Según la Palabra el ministerio, cualquiera que sea, debe ser equilibrado y el objetivo final debe ser darle la gloria a Dios quien es el dueño de los ministerios. La gloria es para él y no para nosotros.
Lo profético y lo apostólico no tiene que ver con un hombre, tampoco con un grupo de hombres buenos, sino con un mensaje. Por lo tanto lo que el Señor quiere hacer en estos últimos tiempos no vendrá a través del profeta ni del apóstol, sino a través de la estructura de la iglesia como un cuerpo. No debemos mirar al hombre. La historia nos dice que ya hemos matado a muchos hombres buenos por convertirlos en súper estrellas. Hay una promesa de un derramamiento profético y apostólico, procuremos el verdadero mover.
Dios nos pide que seamos una ofrenda, y que nos demos en el momento justo. Este es un principio que nos hace completamente libres cuando lo anhelamos en lo más íntimo de nuestro ser. Debemos obedecer en el momento del llamado. Justo allí, cuando él lo dice.
A veces cuando nos demoramos o nos resistimos a la verdadera voluntad de Dios, en lugar de ofrecerle un cordero (ofrenda) en el momento que lo pidió, le ofrecemos lo peor del rebaño, un cordero casi muerto y así nos arriesgamos a ministrar, medios muertos porque el que no tiene la vida no tiene nada, el que no está bajo la voluntad de Dios no puede dar nada. Es lo peor del rebaño y esa ofrenda rechaza Dios.
Les invito a ser auténticos ministros (Apóstoles, Profetas, Evangelistas, Pastores y Maestros), cualquiera de ellos, al que Dios los ha llamado, pero sin imitaciones, lo real, lo puro, la esencia del ministerio. Cuando caemos en hacer lo que otros hacen y repetir lo que otros dicen, no estamos escuchando ni mirando a Dios, más bien estamos escuchando y mirando a los hombres e imitando muchas cosas que ellos hacen, posiblemente buenas, pero fue para ellos, Dios es Fuente inagotable y abundante para darnos a nosotros también nuestra porción.
No nos olvidemos que la profecía que jamás ha fallado ni fallará, es la que tenemos escrita en la Biblia. Ella es medicina y escudriña todo. No nos engañemos, DIOS NO PUEDE SER BURLADO!!!
Apóstoles y Profetas: Mi apreciación es que hoy en día se está aprendiendo y experimentando con el apostolado. Solo cuando se produzca una sana restauración del evangelio de la gracia de Dios, de la que el apóstol Pablo predicó, veremos en nuestros días los verdaderos apóstoles en la iglesia. Y hasta que eso suceda, habrá muchas controversias entre la santidad y la mundanalidad. Lo que es y lo que no es.
Los hombres que hoy se autodenominan apóstoles, no pueden resolver esta dicotomía, solo la Palabra de (Hebreos: 4, 12) puede producir un ministerio apostólico sin libertinaje y en santidad.
Creo fielmente que Dios restaurará esta revelación, y que veremos verdaderos apóstoles y profetas que se levanten en la sana doctrina, la que santificará y unirá a la iglesia para que sea gloriosa, la novia de Cristo preparada para su venida.
Un estudio de (Efesios: 4) nos dice que para que un auténtico ministerio apostólico y profético sean restaurados, primero debe ser restaurada la palabra profética. Hoy abundan muchas profecías falsas, muchas promesas y pocas demandas, mucho trono y poca cruz. Ha habido mucho alboroto e interés en estos últimos años con respecto al apostolado y profético. Muchos andan por allí autoproclamándose apóstoles y profetas, y en realidad solo están ejerciendo ciertos dones que los tienen, pero eso no los convierte en lo que quieren ser. Hay mucha humareda, pero poco fuego.
Creo que el Señor vendrá a buscar una iglesia gloriosa, preparada por los ministerios apostólicos y proféticos (1º Corintios: 12: 27 – 31) pero no nos olvidemos que en (Daniel: 5: 27) Dios pesó a la iglesia y sus ministerios y los encontró en falta.
Según la Palabra el ministerio, cualquiera que sea, debe ser equilibrado y el objetivo final debe ser darle la gloria a Dios quien es el dueño de los ministerios. La gloria es para él y no para nosotros.
Lo profético y lo apostólico no tiene que ver con un hombre, tampoco con un grupo de hombres buenos, sino con un mensaje. Por lo tanto lo que el Señor quiere hacer en estos últimos tiempos no vendrá a través del profeta ni del apóstol, sino a través de la estructura de la iglesia como un cuerpo. No debemos mirar al hombre. La historia nos dice que ya hemos matado a muchos hombres buenos por convertirlos en súper estrellas. Hay una promesa de un derramamiento profético y apostólico, procuremos el verdadero mover.
Dios nos pide que seamos una ofrenda, y que nos demos en el momento justo. Este es un principio que nos hace completamente libres cuando lo anhelamos en lo más íntimo de nuestro ser. Debemos obedecer en el momento del llamado. Justo allí, cuando él lo dice.
A veces cuando nos demoramos o nos resistimos a la verdadera voluntad de Dios, en lugar de ofrecerle un cordero (ofrenda) en el momento que lo pidió, le ofrecemos lo peor del rebaño, un cordero casi muerto y así nos arriesgamos a ministrar, medios muertos porque el que no tiene la vida no tiene nada, el que no está bajo la voluntad de Dios no puede dar nada. Es lo peor del rebaño y esa ofrenda rechaza Dios.
Les invito a ser auténticos ministros (Apóstoles, Profetas, Evangelistas, Pastores y Maestros), cualquiera de ellos, al que Dios los ha llamado, pero sin imitaciones, lo real, lo puro, la esencia del ministerio. Cuando caemos en hacer lo que otros hacen y repetir lo que otros dicen, no estamos escuchando ni mirando a Dios, más bien estamos escuchando y mirando a los hombres e imitando muchas cosas que ellos hacen, posiblemente buenas, pero fue para ellos, Dios es Fuente inagotable y abundante para darnos a nosotros también nuestra porción.
No nos olvidemos que la profecía que jamás ha fallado ni fallará, es la que tenemos escrita en la Biblia. Ella es medicina y escudriña todo. No nos engañemos, DIOS NO PUEDE SER BURLADO!!!