miércoles, 5 de junio de 2013

Respuesta del corazon de un verdadero pastor a un falso ministro en un ataque a sus ovejas: Dr. Adalberto Vallejo (sacado de su muro en Facebook)

Algo para meditar o criticar en esta tarde mustia…

Ante tanta hipocresía y tanto asalto a la moral desnuda, el que tiene el alma de poeta y de temor su espíritu se enfunda, no le queda más remedio que escribir, para quizás despertar alguna conciencia dormida. Siempre he creído y lo sostengo, que mas puede la pluma de un escritor que la espada de un soldado.

Ayer nos atacó un extremista que con su alma negra, enguantada en sus ritos, cenizas y complejos mesiánicos, se creyó testigo de cargo, fiscal, juez y verdugo. Si solo yo hubiera sido el blanco de su enanés mental, ahí hubiera quedado la injuria, porque estoy parado sobre la Roca de la Eternidad. Él, Aquel a quien más mi alma ama, me dio un escudo, el escudo de la Fe, para que me resbale por encima, toda necedad, toda insensatez, toda mezquindad humana. Pero el necio tocó unas ovejitas del rebaño que el Divino Pastor puso a mi cuidado… gran dislate, en puro castellano, error garrafal.

No te preocupes, hermano, no diré nada más, ni fue este mi foro para dilucidar querellas o responder insultos. Esto nada mas fue un desahogo, que soy humano como tú y también sufro.

Te regalo unos versos que escribí a destiempo, hace ya muchas lunas, siendo un joven. Aun lo soy aunque mi cuerpo exhiba, las huellas de los años, mil lágrimas vertidas, mil sueños malogrados y otros a los que por Su gracia le di vida. Poseo un doctorado de dolores, escondido en el morral de una sonrisa…
El que quisiera ser

Como quisiera ser ese hombre común
que todos lo comprenden.
Ese simple y sencillo, que pasa por la vida
sin llamar la atención.
Ese que se conforma con limosnas sencillas
y en nada se envanece.
Que dobla las esquinas sin la preocupación
del que a todos se debe.

Como quisiera ser el que soy en verdad,
no el que todos pretenden.
El pelo revoltoso, el que luce ese loco
en medio de la plebe.
Ese que se conforma, que se duerme a su hora
sin que se le moleste.
y que vive en su hoy, sin pensar en mañana
en su eterno presente.

Como quisiera andar en el gozo tranquilo
del que llaman demente.
Construyendo castillos y torres elevadas
en el aire caliente.
Ese que sigue niño en su rostro de viejo
sin la preocupación;
que la lucha es continua, que vence el que pelea
como he peleado yo.

Autor: Dr. A. Vallejo
1986@