En mi post ayer, termine con la promesa de hablar sobre Carlos Finney. La razón por querer hablar de el viene a raíz de que es parte del pietismo, y también es criticado en The White Horse Inn y en Issues Etc de una manera desmesurada y verisímil. Pero me impacto que en la revista Apuntes Pastorales, Vol. XXIV-3, pgs. 52-53, se publico su reseña biográfica. Si una revista como esa publica la biografía de un personaje como el, debe de ser de importancia.
Primero, veamos quien es Carlos Finney. Nacido en 1792 y murió en 1875, Finney se le considera el “padre del avivamiento moderno”. Comenzó predicando dentro de círculos Presbiterianos, donde fue donde se formo como cristiano originalmente. Es de notar que su carrera como misionero comenzó en las fronteras del estado de New York, lugar que se consideraría un campo blanco, tanto para el evangelio como también para habitantes. Desde el principio de su ministerio, tanto su estilo de predicación, como también su teología lo diferenciaba de los demás predicadores. Toda la área donde Finney se encontraba predicando se llego a llamar “el área abrasada”, dado a la experiencia espiritual experimentada por los residentes, pero también por el numero de nuevas sectas que pasaban por el alrededor de la ciudad. La zona estaba muy sensible entonces, a oír a cualquiera que trajera un mensaje diferente. Pero fue en este periodo, donde comenzó a atraer la atención de aquellos que fueron sus seguidores, como también la de sus detractores.
En mi estudio del tema, me doy cuenta que no solo los Presbiterianos, antiguos y modernos, se oponen a Finney, sino que también los Unitarios y Universalitas se oponían al mensaje de Finney. Los dos tenían diferentes razones de su oposición. Los Presbiterianos se oponen a Finney porque estos ven que el ha modificado mucho la fe Calvinista. Los Calvinistas Tradicionales creían que solo Dios podía llamar a salvación al hombre. El feligrés oía la predicación, luego se iba a su casa a meditar y esperar que Dios le diera la seguridad de su salvación. Ósea, el creyente no tenia que decidir ni optar ser cristiano. También se oponían que Finney diera mas cabida a expresar sentimientos humanos durante los servicios. Me pregunto, estos creyentes ¿como habrán visto al Salmista con sus expresiones de sentimientos? Entre las otras cosas que ofendían a estos píos calvinistas era que Finney dejaba a las mujeres orar durante el servicio, la adopción de cultos durante la semana, en ves de tener solo los cultos del domingo, su uso de lenguaje normal en ves del lenguaje reverencial, y la admisión de los nuevos creyentes a la membresía de la iglesia. En la ciudad de New Lebanon, New York, hubo una reunión para juzgar si estos nuevos métodos eran aceptables. Aunque hubo mucha oposición a Finney, no obstante, salio absuelto de todo cargo del que se le culpaba.
Los Unitarios y Universalistas, tomaban ofensa de que Finney mencionaba que los que no aceptaran a Cristo, irían al infierno.
Fue en los años 1830-31, en la ciudad de Rochester, New York, en los cuales Finney llego al apogeo de su ministerio. Su estilo de predicación, que fue influido por sus antecedentes como abogado, atraían a mucha gente. El presentaba el caso del cristianismo a los oyentes, y estos tenían que tomar una decisión al respecto. Esto era, y sigue siendo, criticado no solo por los del White Horse Inn y Issues Etc. pero por muchos otros que en su afán de hacer la salvación un acto total de Dios, pareciera que el versículo “el gozo de mi salvación” no existe para ellos. Fue un libro que escribió Finney, Lectures on Revivals of Religion, que lo termino por separar de su denominación, y Charles Hodge llego a condenar la posición de Finney en el libro.
Al terminar su carrera evangelistica, Finney tomo causas sociales, como la abolición de la esclavitud. Su legacia incluye a los evangelistas como Billy Graham, Dwight Moody, y otros. Entre otra cosas que Finney nos dejo, fue el llamado al altar, la testificación personal, y las reuniones de entre semana.
He tratado de apuntar los problemas que en su tiempo, fueron hallados en Finney tanto por Presbiterianos y otros, y que aun los reformados le siguen atribuyendo. Michael Horton ha escrito un articulo al respecto, mientras que otros han respondido a Horton, culpándolo de crear un espanta pájaros para así derribarlo fácilmente. Horton, como muchos otros neo-reformados/calvinistas, confunden la santificación con la justificación, y por lo tanto, ven en Finney, y en todo aquel que cree que debe uno de buscar la santidad, como en un semi, o total pelagista. Esto es un síntoma de los neo-reformados/calvinistas, que ven que todo aquel que no se apega a su interpretación del calvinismo, no tiene el cristianismo completo, o no es cristiano. Esto no lo solo lo digo yo, sino que Albert Mohler, presidente del Seminario Bautista del Sur, dijo en Time Magazine que “el momento que una persona define a Dios bíblicamente, esa persona esta llegando a la conclusión que tradicionalmente se le conoce como calvinista”. De ser así, todos los que vivieron antes de Calvino, no entendían a Dios!!!
Fue en contra de estas actitud, a la cual Finney, correctamente se opuso. No quisiera dejar la impresión que Finney fue perfecto. Lejos de ello, creo controversia con su extremada posición sobre la santificación, pero no obstante, por medio de su ministerio se salvaron al menos medio millón de personas. Cuando uno de estos hermanos que tanto lo critican hoy, se entreguen a la obra y salven un numero similar de personas, tendrán algo mas de credibilidad, pero solo criticar por no compartir una línea teológica, sin tener pruebas de amar a las almas que se pierden, me recuerda mucho a lo dicho por Santiago, y con ello, termino estos dos aportes sobre el pietismo.
Santiago 2:18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
20 ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?
Dios les bendiga.
Luis Alberto Jovel