Santiago 4:11-12:
11Hermanos no murmureis los unos de los otros,
el que murmura del hermano
y juzga a su hermano,
murmura de la ley y juzga a la ley,
pero si tu juzgas a la ley,
no eres hacedor de la ley sino juez.
12 Uno solo es el dador de la ley,
que puede salvar y perder,
pero tu ¿ quien eres para que juzgues a otro ?
Mi nombre es chisme.
No tengo respeto por la justicia.
Yo mutilo y estropeo sin matar.
Rompo corazones y arruino vidas.
Soy astuto y malicioso y reuno fuerzas con la edad.
Mientras más soy citado, más creen en mi.
Mis victimas son desválidos.
Ellos no pueden protegerse contra mí.
Por que no tengo nombre ni rostro.
Rastrearme es más que imposible, mientras más tratan más elusiva me hago.
Soy amig@ de nadie.
Una vez mancho una reputación, ya jamás será la misma.
Yo derribo gobiernos y arruino matrimonios.
Arruino carreras, causo noches de insomnio, angustia e indigestión.
Yo hago que personas inocentes lloren sobre sus almohadas.
Hasta mi nombre sisea.
Me han llamado chisme.
Yo hago encabezados y doy dolores de cabeza.
Exhortacion:
Lectores antes de repetir una historia, pregúntese:
Es verdad?
Es dañina?
Es necesario?
Si no lo es no lo repita.
Meditemos en las palabras que decimos,
podemos hacer un daño irreparable
a alguien que no lo merece.