Algunos especialistas prefieren referirse al síndrome de la mujer maltratada. Si bien hay un importante número de hombres golpeados, la gran mayoría de los casos se trata de personas de género femenino. Desde el punto de vista estadístico ocurre en todas las edades pero se destaca en primer lugar entre los 30 y 39 años, luego entre 20 y 29 años y más tarde entre 40 y 49 años, le sigue entre 15 y 19 años, para finalizar con las mayores de 50 años. Las mujeres casadas constituyen un 66% del total, el resto lo componen novias, ex parejas, conocidas, amantes, amigas, etc.
La mayor vulnerabilidad femenina no solo se debe a causas físicas, también incide las mujeres suelen concentrar en la mayoría de los casos, la mayor carga y responsabilidad en la crianza de los hijos, además por diferentes cuestiones culturales condensan las tareas hogareñas y mantienen una mayor dependencia tanto económica como culturalmente de los hombres. Una mujer que abandona su vivienda se encuentra en mayor riesgo que un varón, pero debe tenerse en cuenta que las mujeres que dejan a sus abusadores tienen un 75% más de riesgo de ser asesinadas por el abusador que aquellas que se quedan conviviendo.
El 25 de noviembre es la fecha instituida como el "Día internacional contra la violencia hacia la mujer", en homenaje a que en el año 1960 tres hermanas dominicanas fueran violadas y asesinadas.
¿Por qué estas situaciones continuan?
En cuanto al punto de los motivos por lo que una relación continúa pueden pensarse dos corrientes básicas.
La postura tradicional, que plantea que al vivir atemorizadas por represalias, los golpes, por la posible quita del sustento económico, las órdenes irracionales y los permanentes castigos, manifiestan un estado general de confusión y desorganización, llegando a sentirse ellas mismas culpables por la situación, y desconociendo así la educación patrialcal y machista que involucra a la mayor parte de las sociedades.
Otra postura se plantea del mismo modo la condena a la educación típica donde las mujeres aparecen con un lugar desventajoso, pero se detiene también en los modos estructurales de relacionarse, los montajes de relaciones. No hay que confundir esta idea con un razonamiento contrario que diría que si una persona sostiene una relación se debería a que esta sería placentera. Es evidente que una mujer golpeada no siente placer alguno, pero si entran en juego componentes subjetivos tales que en la práctica validan relaciones no placenteras.
El estado de México ocupa a nivel nacional el primer lugar de mujeres maltratadas a lo largo de su relación de pareja, seguido de Jalisco, Colima y Durango, según estadísticas del Consejo Estatal de Población (Coespo).La secretaria técnica del Coespo, María Cristina Moctezuma Lule, dijo que la entidad cuenta con dos millones 928 mil 513 mujeres casadas de 15 o más años de edad, de las cuales 60 por ciento declaró haber sido violentada por su pareja a lo largo de su última relación."El porcentaje de mujeres maltratadas disminuye al aumentar su edad, en gran parte por la intervención de los hijos que no permiten que su pareja golpee a su mamá", afirmó. La funcionaria estatal señaló que los diferentes tipos de violencia que existen hacia las mujeres por parte de su pareja son física, económica y sexual, además de la psicológica que presenta niveles muy altos en el territorio mexiquense.Moctezuma Lule dijo que lamentablemente la violencia contra la mujer en sus diferentes expresiones ocurre en un alto porcentaje de los hogares mexiquenses, principalmente en la zona sur y oriente del estado de México.
Sólo el 5% de los malos tratos familiares son denunciados, es decir sólo se denuncia el maltrato cuando es brutal, muy reiterado o sale a la luz pública cuando ya es demasiado tarde. Existen condiciones importantes que temen las mujeres maltratadas, por lo que no denuncian el maltrato:
* La dependencia económica y afectiva de la víctima con el agresor.
* El miedo.
* La no aceptación del fracaso matrimonial o de pareja, queriendo sostener la relación hasta límites insoportables.
* La falta de conciencia de estar siendo maltratada (solo se debe denunciar cuando hay lesión). El sentimiento de culpa a la hora de denunciar el padre de sus hijos.
* El desánimo al ser conscientes de que no va a servir para nada.
* Falta de recursos económicos.
* No tener donde ir, etc.
* La falta de respuesta de la propia familia de la víctima y de las Instituciones en general.
* La ocultación del problema por vergüenza.
* La baja autoestima de la víctima que impide dar respuesta a la agresión.
* La tolerancia del maltrato por parte de la víctima.
¿Por qué retiran las denuncias?
Muchas mujeres retiran la denuncia, casi siempre por miedo y bajo amenazas. Un factor que hay que tener también presente es la dificultad que tiene la víctima de probar los hechos, estos siempre se producen en la intimidad, sin testigos o con testigos que dependen del agresor por razones de parentesco. Tampoco le resulta fácil a la víctima llevar testigos de la agresión tales como vecinos, ya que normalmente no quieren ir. Dado que los mecanismos legales no actúan con rapidez, la mujer maltratada debe irse del domicilio familiar con sus hijos a una casa de un familiar, de una amiga, o a una casa de acogida, mientras el agresor queda en el domicilio y en libertad. Generalmente, cuando la mujer hace el retiro de la denuncia y vuelve con el agresor, éste se siente reforzado por el regreso de su víctima (hace lo que quiere, de todos modos ella siempre vuelve). Se siente con autoridad para reiniciar, en algún momento, comportamientos violentos puesto que sabe que la víctima le pertenece.
Testimonio de una mujer anónima que fue maltratada por su pareja (39 años)
Fue un pololeo de 5 años, los últimos 6 meses vivimos juntos, es ahí cuando comenzaron a suceder cosas que nunca imaginé. Con él nos conocíamos desde los 12 años, vivíamos cerca, y cuando decidimos mantener una relación fue a los 18, él me confesó que desde siempre estaba interesado en mi y fue ahí cuando comenzó todo, al principio era el mejor hombre, para mí él lo era todo, como yo para él, el amor que sentíamos era mutuo, él era un hombre tranquilo, muy caballero, sano, nada de alcohol, ni cigarrillo, muy deportista, atento, cariñoso, querido por todos, respetable, y entregado como novio, como ningún otro, yo lo tenía en un altar altísimo para que nadie lo tocara. Después de 3 años de una hermosa y envidiable relación se fue a vivir conmigo, ya teníamos los anillos de compromiso puestos, para una muy cercana boda, hasta que un día todo comenzó, al principio comenzó faltándome el respeto con garabatos, que jamás los decía, y después comenzaron los golpes, que terminaron siendo combos y patadas en el suelo. Después de un tiempo de aguantar y dejar pasar esto, una y otra vez, la situación se hizo cada vez más y más incontrolable. Una noche me llevó al río, comenzó a gritarme y luego me tomó del cuello obligándome a sacar un pañuelo que estaba en el espejo retrovisor del auto, con él me amarró a la parte alta del respaldo del vehículo, luego procedió a sacar su revolver (él es empleado público), y me lo puso en la cabeza y como yo le gritaba y lloraba suplicando que no me matara, me lo puso en la boca diciéndome que me callara o me mataba, no me pregunten cómo salí de esa, porque entre el miedo y la tristeza como pude me escapé, sin dejar de correr hacia un restaurante que estaba en el río y pedí ayuda. Esta fue una de tantas, una vez lo hizo en plena calle del centro, yo iba con mi hija, en ese tiempo de tan solo 5 años, yo iba manejando, me pidió que me estacionara y discutiendo me golpeo con su puño en la mejilla derecha, yo sangrando, mareada (casi noqueada), lo miré y le dije que no me volviera a tocar, y mientras él se acomodaba para poder sacar su revolver de su cintura yo en una acción de “mujer goma” y “madre protectora” saque el seguro de la puerta trasera y le pedí a mi hija que corriera…”corre, corre…” y yo como pude salí tras de ella, él apuntándome por la espalda me gritaba que me iba a matar, entré a una sala de ventas de gas y pedí ayuda. Y cuándo pedías ayuda, ¿qué te decían las personas que te auxiliaban? Lo que podría decir o preguntar cualquiera de ustedes, ¿qué le pasó?, yo siempre lo oculté, la mentira más frecuente era que me habían asaltado y me decían que llamarían a carabineros, yo les decía que no, porque ya venían por mi, además que no había pasado nada grave y era puro trámite y pérdida de tiempo. Después llamaba a alguien y les pedía que me llevaran a su casa, me limpiaba, esperaba que se me pasara un poco y luego me iba a mi casa, y si en mi casa me preguntaban qué me había pasado, yo les inventaba cualquier historia; “choqué con el volante en una frenada brusca”, me resbalé con un papel y me pegué en la mesa”, no faltaba. ¿Por qué aguantaste tanto? Si me lo preguntas hoy no lo sé, fuerzas, amor, miedo, no lo sé, sólo sé que lo aguanté por casi dos años y hoy, después de 10 años de haberlo vivido, aún no puedo dejar de llorar por todo lo sucedido. Esto es algo que me marcó por toda la vida. En ese entonces lo aguanté por la sencilla razón que no es sólo los golpes los que una recibe, también hay maltrato sicológico, amenazas, es un trabajo que hacen desde un comienzo, quizás ni él, ni tú te das cuenta de eso, pero es así, al principio son el Príncipe que buscabas, el que siempre está pendiente de ti, el que “casi” hace todo por ti, después cuando comienza todo esto, tú ya estas tan sometida a él que tienes miedo de dejarlo, él de cierta forma te convence que nadie te va a querer o aceptar por lo que tú eres, la autoestima te la hacen triza. Tampoco puedo dejar de mencionar las amenazas, que te aterran, a mi me amenazaba con hacerle algo a alguien de mi familia, yo sabía que él podía y si yo veía que era capaz de pegarme y tratar de matarme, como no iba a ser capaz de hacer algo así. Generalmente es un hombre tranquilo ante los demás, se caracteriza por ser buena persona y sabes que si tu cuentas lo que sucedió, no te lo van a creer: ¿pero cómo?, ¿él?, no te creo, seguramente tú lo hinchas demasiado, es un conjunto de cosas y falta de credibilidad y apoyo, que al final terminas por comprender y aceptar que es algo que lo tienes que ver tú sola, ya que él es el que se encarga de dejar una imagen intachable a su persona y a la vez dejarte a ti como la loca, histérica, enferma, celosa, ataosa, etc. Y lo peor de todo es que después de golpearte, de la forma que fuera, vuelve como si nada, hasta con regalos y sinfines de palabras bonitas, todo el amor del mundo y promesas que jamás va a cumplir. Es tan difícil ayudar a una mujer que está pasando por eso, ellas no ven nada y temen mucho. Uno no vale nada al lado de un maltratador y a la vez lo eres todo para él. Ellos creen que tú eres de su propiedad, que nadie te puede tocar, ni hablar. Esto no es algo que tú te acercas a una mujer maltratada y le dices, él no te conviene, tienes que dejarlo, no, estamos hablando a una mujer que por muchas marcas que pueda tener en su piel, está herida en el alma y son heridas que jamás cicatrizan, por más que las cures, esas no tienen curas. Yo, hoy, después de varios años aún me siento afectada por lo vivido y aunque tengo mi pareja estable, que es un regalo de Dios, me cuesta proyectarme más. De lo que sí estoy muy arrepentida, es de no haberlo denunciado, y si hoy tuviera la oportunidad y las pruebas para denunciarlo, lo haría, porque miedo ya no tengo y fuerzas…todas, pero ya es tarde, pero nunca tan tarde como para decir “me salvé, quizás de haber aparecido en la portada de un diario, ya sea porque me mató o yo lo maté”.
Amada amiga en esta día quiero que aceptes una invitación, que puede cambiar el transcurso de tu vida. Jesús dijo: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. ....y hallaréis descanso para vuestras almas Mt.11:28-29
No deseches esta invitación hoy es el día que Dios por medio de Jesús te está llamando.
Que el Dios de paz te guarde.
Pastora Maestra María Salinas
Junio, 16 de 2009