lunes, 23 de noviembre de 2015

MATERIAL PARA BAJAR: TEOLOGIA DE JUAN WESLEY




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La Teología de Wesley y sus fuentes




Rev. Lic. Jorge Bravo C.
A. Acerca de su teología.
En la teología de Juan Wesley, a diferencia de otros teólogos contemporáneos, predominan ampliamente los temas que tienen que ver con la condición humana y la vida cristiana. La doctrina de Dios y la cristología ceden lugar a la sotereología: la doctrina de la salvación por la gracia.
Bien podemos decir, sin temor a equivocarnos que él desarrolla la doctrina de la justificación y del corazón ardiente. Este énfasis teológico es el aporte de Wesley a la teología evangélica.
Wesley no desarrolla una teología sistemática, no porque no tuviera estudios teológicos, sino más bien una teología práctica, que intente llegar más al corazón del ser humano y no tan sólo a su mente. En otras palabras, desarrolla una teología popular en el que Dios esté al alcance del pueblo.
La necesidad de dar prioridad a este tipo de teología popular es por el estado de emergencia en que se encuentra la persona humana.
Esta urgencia está dada en que todas las personas nacen en pecado y están espiritualmente muertas en este mundo y se van desplazando lentamente hacia una muerte física.
De ahí que Wesley deje de lado su interés por desarrollar un tipo de teología especulativa y controversial para tratar directamente con el problema de cómo una persona se convierte al cristianismo y de cómo permanece siendo cristiano, hasta alcanzar su perfección.
Es por eso que esta situación de las personas, hace que sólo trate aquellas verdades que son necesarias para la salvación.
Para Wesley, la religión no es un conjunto de creencias o maneras de adorar a Dios. Es principalmente “la vida de Dios en el alma humana”. Es la “santidad de corazón y vida”.
Al revisar la teología de Wesley podemos ver que ella se manifiesta en los siguientes hechos:

ü  Vivió como un evangelista itinerante, dando a conocer el amor de Dios;
ü  Llamó a multitudes al arrepentimiento y a la fe en Jesucristo;
ü   Reunió a los conversos en sociedades para su edificación mutua;
ü   Su principal interés era diseminar la santidad en toda la nación y en el mundo;
ü   El énfasis en la educación era unir la fe y el conocimiento por mucho tiempo separados;
ü   Escribió sus sermones y otras obras para ponerlas al alcance del pueblo.
ü   Salvó a una nación de una revolución sangrienta, a partir de la proclamación del Evangelio.

B. Dos distinciones importantes.

Wesley en su trabajo teológico fue estableciendo dos distinciones muy importantes:
Una primera distinción es entre las doctrinas esenciales y las opiniones. Veamos algunos aspectos:
§  Existen ciertas doctrinas indispensables para la fe cristiana, ya que sin ellas no podría ser el verdadero cristianismo.
§  Wesley a estas verdades también las llama “fundamentos doctrinales o básicos”.
§   La doctrina de la Trinidad y la doctrina del pecado original son dos ejemplos.
§  Existen otras doctrinas de importancia secundaria que un creyente puede aceptar sin llegar a destruir la raíz de su fe cristiana.
§  A estas doctrinas secundarias, Wesley las llama “opiniones”.
§  Las opiniones de una persona no eran condición para pertenecer a las sociedades.
§   Las opiniones de los metodistas sobre un asunto u otro, no son la marca distintiva.
§   Wesley explicó a sus adversarios, al criticar las opiniones de los metodistas, que en cuanto a las opiniones que no atacan los fundamentos del cristianismo, pensamos y dejamos pensar.
La segunda es entre doctrina verdadera y cómo la doctrina es verdadera.
§  Wesley señalaba que Dios ha revelado muchos hechos que son verdaderos y éstos se encuentran registrados en las Escrituras.
§  Sin embargo, Dios no ha revelado el cómo éstos son así.
§   Por tal motivo, Wesley aconsejaba evitar cualquier especulación al respecto, ya que el cristiano no está obligado a creer cualquier teoría que trate de explicar el proceso.
§  Por último, para Wesley esta información no era esencial para la salvación.
C. El espíritu ecuménico de su teología.
Wesley emplea la palabra "católico" para expresar su pensamiento ecuménico. Ser ecuménico es la aceptación universal de todas las personas que son verdaderas cristianas.
Su actitud de tolerancia se ve reflejada en su libertad de respetar las opiniones y en el pensar y dejar pensar.
En su Sermón 39, Wesley explica que la diferencia de opiniones es el resultado inevitable de la debilidad y limitada comprensión del ser humano, acerca del amor de Dios.
Para Wesley el espíritu ecuménico es un espíritu humilde que reconoce que nadie puede estar seguro de que la totalidad de sus opiniones puedan ser verdaderas.
Las palabras de Wesley: "Si tu corazón es como el mío, dame la mano y mi hermano serás" revela que para realizar la tarea de proclamar el amor de Dios y anunciar sus Buenas Nuevas, no debe haber ningún impedimento, basta el amor y la tolerancia.
Esta actitud de tolerancia permite la unidad de la Iglesia. Urgente necesidad ante un mundo que cada vez más se separa por cuestiones de creencias religiosas, ideologías, costumbres y modas, hasta el hecho de llegar a la guerra, a pesar de plantearse una convivencia común: vivir en la aldea global.
D. Las fuentes de su teología.
Según Wesley, hay cuatro grandes fuentes de ayuda para comprender el conocimiento cristiano: las Escrituras, la razón, la tradición y la experiencia. Hoy en día se les conoce como el "cuadrilátero wesleyano".
a)    Las Escrituras.-
Para Wesley los principios fundamentales de su teología se encontraban en la Escritura.
Ésta era su única regla de fe.
Todos sus sermones están llenos de citas bíblicas, no en forma artificial, como textos de prueba, sino como la expresión natural de una mente cristiana por la Palabra de Dios.
Pasó mucho tiempo traduciendo el Nuevo Testamento del original griego para sus lectores.
En su sermón sobre “El testimonio de nuestro propio espíritu” (Obras de Wesley, Tomo I, Sermón 12, pp. 229-230), Wesley pregunta: “¿Qué regla tienen los hombres para discernir entre lo bueno y lo malo, para dirigir su conciencia?” y responde diciendo:
“La norma del cristiano respecto de lo bueno y lo malo es la Palabra de Dios, los escritos del Antiguo y Nuevo Testamento; todo lo que los Profetas y 'los varones santos de la antigüedad' escribieron, 'movidos del Espíritu Santo'; toda la Escritura que ha sido 'inspirada divinamente' por Dios, y la que ciertamente 'es útil para enseñar' toda la voluntad de Dios; 'para redarguir' los errores; y para 'instruir,' o educarnos, en 'justicia' (2ª Tim. 3:16)".
b) La razón.-
En muchos de los escritos de Wesley, la razón ocupa un lugar muy importante.
Por ejemplo, en su obra “Un llamado ferviente a personas razonables y religiosas” (Obras de Wesley, Tomo VI, Defensa del Metodismo, pp.20-25), Wesley dice:
”Deseamos una religión fundada en la razón y de acuerdo a la razón; esto es, en armonía con la naturaleza de Dios y la del hombre y sus relaciones mutuas. Exhortamos encarecidamente a todos los que buscan una religión verdadera, a que hagan uso de toda la razón que Dios les haya dado, investigando las cosas de Dios. Es razonable amar a Dios, que nos lo dio todo. Es razonable amar al prójimo y hacer el bien a todos los hombres. La religión que nosotros predicamos y vivimos está de acuerdo con la más alta razón.”
En otro momento afirma que este es un principio fundamental para todos los metodistas, que renunciar a la razón significa renunciar a la religión, que la religión y la razón van de mano en mano, y que toda religión irracional es falsa.
Wesley vivió en una época racionalista y no estaba de acuerdo con los místicos que despreciaban a la razón, señalando más bien que el Señor y sus apóstoles razonaban constantemente con sus enemigos.
Finalmente, Wesley sostiene que la razón no puede engendrar la fe, ni la esperanza, ni el amor de Dios o al prójimo; pero nadie debe despreciarla, porque rinde grandes servicios en echar los fundamentos de la verdadera religión y en dirigirnos en la práctica de la vida cristiana.
La razón humana es un regalo de Dios y no hay que menospreciarla ya que ésta nos es útil para el descubrimiento y la investigación de la verdad.
c) La experiencia.-
Esta tercera fuente de la teología de Juan Wesley es tal vez la más resaltante de su pensamiento.
Él encuentra en la experiencia la prueba y la confirmación del Evangelio y el centro de la certidumbre cristiana.
Esto no significa desmerecer la importancia insustituible de las Sagradas Escrituras, ni el valor de la tradición eclesiástica. Para Wesley el cristianismo según las Sagradas Escrituras es el cristianismo de la experiencia personal.
Un sermón ejemplar sobre este asunto es: “El cristianismo bíblico” (Obras de Wesley, Tomo I, pp.73-97). Quien tenga estas experiencias no dudarán de la verdad del Evangelio de Dios en Cristo, de la realidad del perdón de Dios y de la renovación sobrenatural de su vida.
Wesley a pesar de que muchas veces recurrió a los argumentos racionales, en última instancia apela a la experiencia religiosa personal y la conciencia íntima y constante de la presencia y obra de Dios.
Esta apelación se convierte en una nueva manera de vivir la vida cristiana y se echan las bases de la teología del movimiento metodista; por extensión, de la teología evangélica actual.
Finalmente, Wesley después de treinta años de su experiencia de conversión, escribió en su segundo discurso sobre “el testimonio del espíritu”, “la experiencia es suficiente para confirmar una doctrina que se basa en las Escrituras.” (Obras de Wesley, Tomo I, p. 224).
d) La tradición cristiana.-
Wesley tenía una admiración muy particular por los padres cristianos, desde Clemente de Roma hasta Cipriano, que corresponden a los tres primeros siglos de la iglesia cristiana; y esto porque ellos dan testimonio de su experiencia personal del evangelio.
Consideró valioso el aporte de la Reforma del siglo XVI, ya que desde esa perspectiva la Iglesia Anglicana elaboró el Libro de Oración Común, los Treinta y Nueve Artículos de Fe, y las Homilías.
Wesley encontró en dichos escritos su propia doctrina de la justificación por la fe y es por eso que tuvo una actitud muy crítica contra los ministros de su tiempo por haberse apartado de la sana doctrina.
Resumiendo podemos afirmar que las fuentes de la teología de Juan Wesley son cuatro: las Sagradas Escrituras, la razón, la experiencia religiosa, y la tradición eclesiástica.
Pero las fuentes principales son sólo dos: Las Sagradas Escrituras y la experiencia religiosa del creyente.
Para Wesley la razón ejerce cierta función crítica y reguladora en la reflexión, la creación natural ofrece al ser humano cierto material para la reflexión filosófica, y la tradición eclesiástica tiene hermosos tesoros que no deben despreciarse; pero la fuente principal
son las Sagradas Escrituras, interpretadas y confirmadas por la experiencia del creyente cristiano.
E. Contenido de su teología.
Brevemente damos a conocer las doctrinas fundamentales que Wesley sostuvo y defendió:
·         La Divinidad de Cristo.
·         La Caída y Corrupción del Hombre.
·         La Redención Universal.
·         El Nuevo Nacimiento.
·         El Testimonio del Espíritu Santo.
·         Entera Santificación o Perfección Cristiana.
·         La Resurrección de los Muertos.
·         Juicio Final.
·         Recompensa y Castigo Eterno.
En resumen podríamos decir que todos estos temas de la teología de Wesley están desarrollados desde la doctrina de la justificación y del corazón ardiente. Núcleo teológico de todo su pensamiento y quehacer.
Por otro lado, el avivamiento espiritual que produjo el Espíritu Santo en la vida de Wesley y orientado por este pensamiento teológico, ha sido el más largo de la historia y con mayor dimensión social (santidad personal y santidad social).
BIBLIOGRAFÍA
El Libro de la Disciplina Metodista, IMU, 2000, USA.
El Wesley del pueblo, W. Mc. Donald, CUPSA, 1985, México.
“Estas Doctrinas Enseño”, Guía de Estudio para las Obras de Wesley, Celsa Garrastegui y William Jones, Wesley Heritage Foundation Inc., 2002, USA.
Genio y Espíritu del Metodismo Wesleyano, Gonzálo-Baez Camargo, CUP, 1962, México.
John Wesley: Santidad de Corazón y Vida, Charles Irigoyen y Ruth Daugtherty, IMU, 1995, USA.
Juan Wesley Evangelista, Francis Gerald Ensley, CUP, 1993, México.
Juan Wesley: herencia y promesa, Justo L. Gonzáles, Publicaciones Puertorriqueñas Inc., 1998, Puerto Rico.
Juan Wesley: su vida y su obra, Mateo Leliévre, CLIE, 1988, España.
La teología de Juan Wesley y la nuestra, B. Foster Stockwell, La Aurora, 1962, Argentina.
Obras de Wesley, 14 tomos, Wesley Heritage Foundation Inc., 1998, USA.
Principios del Movimiento Metodista, Carlos T. Gattinoni, Edic. Servir, 1982, Argentina.
Artículo publicado con autorización del autor.
Rev. Jorge Bravo
Licenciado en Teología en el Instituto Universitario ISEDET, Buenos Aires-Argentina. Ex-Obispo de la Iglesia Metodista del Perú. Capellán del Colegio América del Callao.