¡Dios requiere y honra la humildad! Santiago 4.10 (NKJV) dice, "Humíllense delante del Señor y él les exaltará." Si tu quieres que tu vida tenga significado, entonces ponte a los pies de Jesús.
Ser una mujer en un mundo de hombres es una realidad difícil para todas nosotras las mujeres. ¡Ser una mujer en el ministerio es más bien una cuerda delgada sobre la cuál caminar! ¿Cómo nos posicionamos en el diario vivir y en el ministerio de manera que podamos cumplir nuestro destino en Dios? Como mujeres, ¡estamos en una batalla espiritual por nuestros destinos!
El Señor me ha estado revelando acerca de la Reina Ester. Ella fue colocada estratégicamente en la corte real como la esposa de un rey no piadoso, en medio de la influencia demoniaca de Amán, un tipo Hitler, quien quería destruir a los judíos.
Ester se convirtió en una estratega del Espíritu Santo en lugar de una feminista militante, experimentando el favor de Dios y del hombre en el palacio. Ella se humilló a sí misma en oración y ayuno, lo cual dio como resultado aprender del Espíritu Santo la etiqueta, el protocolo y la diplomacia dentro del sistema. A ella se le fueron dadas las llaves como intercesora, lo cuál cambió el curso de la raza judía por medio de su obediencia en contra de las amenazas de vida.
Oro en nuestros Corazones
Mientras he ministrado en conferencias a través de los Estados Unidos y en otras partes, he visto a mucha gente moviéndose en auto promoción y en política religiosa. Yo siento que eso entristece el corazón de Jesús. También desafía nuestros corazones cuando somos pasados por alto y otros son promovidos por encima de nosotros, especialmente cuando vemos como lo hicieron. El Señor permite que estos “fuegos” provoquen muerte en nuestros propios corazones – matando nuestro orgullo y nuestra necesidad de posición.
¡Hay un precio detrás de la unción! Los años de ser ignorada como mujer es un infierno tremendo, pero el Señor lo puede usar para producir oro en nuestros corazones. El desafío en nuestro viaje de por vida es mantener nuestro corazón suave, humilde y rendido delante de Él. Nuestros dones nos darán cabida a su debido tiempo. ¿Tenemos amor y humildad a pesar de lo que nos ha pasado o nos hemos convertidos en descalificados debido a la amargura?
El Espíritu Santo nos está entrenando en la humildad para regir y gobernar con Él como Su Esposa. Ella debe estar en el mismo yugo que el Esposo, ella debe usar la misma ropa de boda que Él usa. Jesús fue adornado en la belleza de la mansedumbre. En la cena de bodas del Cordero, cada uno de nosotros tendrá diferente ropa puesta, que serán los frutos y las recompensas de la humildad y el amor de nuestras vidas terrenales.
Prendas de vestir del Señor
Yo siento que otra semblanza de la humildad es que somos ataviados en diferentes prendas del guarda ropa del Señor. Con Su gran sabiduría, pareciera como que la prenda externa que cubre a cada persona fuera una simple ropa tosca, un manto de humildad. ¡Debemos ser vestidos en humildad!
Debajo de esa ropa están las ropas reales, hermosas y coloridas, de nuestros dones y nuestro testimonio. El Señor exhibe estas en diferentes tiempos, pero la mayor parte del tiempo las esconde como un testimonio secreto entre el Señor y tú.
Caminar en humildad es un asunto del corazón, un estilo de vida, una actitud dada por Dios. Una impartición de humildad es diferente que una decisión por la humildad. Nosotros escogemos la humildad y rendimos nuestros corazones delante del Señor como un primer paso, pero esto no produce un corazón humilde.
Un corazón solo puede ser cambiado por una impartición sobrenatural del Señor mientras que Él libera Su toque divino en respuesta a nuestros corazones rendidos. Esta jornada progresiva de humildad toma años en crecer, convirtiéndose en la misma fragancia de Jesús en nuestros corazones.
Amados, oren por una impartición de humildad, que seas una fragancia para Jesús y para aquellos alrededor de ti.
Jill Austin