Las Escrituras enseñan claramente que los santos no escogen la membresía de su ministerio dentro del Cuerpo de Cristo: “Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como el quiso.” (1ª.Cor. 12:18). Ni los ministros se llaman a si mismos al quíntuple ministerio por su propia elección. Recuerde que Jesús dijo a sus doce ministros: “No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros y os he puesto” (Juan 15:16). Pablo fue mas allá al decir: “Subiendo a lo alto, llevó cautiva la cautividad y dio dones a los hombres”; “Y El mismo constituyó a unos apóstoles; a otros profetas, a otros evangelistas; a otros pastores y maestros” (Ef.4:8-11). Y Pablo insiste: “a unos puso Dios, primeramente apóstoles, luego profetas” (1ª Co.12:28).
Los dones y llamamientos de Dios son basados en su soberanía, no en los méritos humanos de persistencia en la búsqueda de una posición. El principio que Pablo revela cuando dice “Mirad, pues, la bondad y la severidad de Dios” (Ro.11:22) se aplica a la elección de Dios para el ministerio. La bondad de Dios se manifiesta en sus dones y llamamientos. Su severidad se revela en el proceso de Su entrenamiento a fin de alistar a una persona para la comisión de su llamada.
A Quien Mucho Se le Da, Mucho Se le Pide.
Jesús tiene un amor y una dedicación especial hacia aquellos a quienes Dios ha llamado para representarlo. El Señor tiene una preciosa inversión en ellos: El les ha dado de Su propia naturaleza, gracia, dones y Su ministerio, y a quien mucho se le da mucho se le pide (Lc. 12:48). Aquellos que son llamados a esta esfera del ministerio serán juzgados más estrictamente que otros (Stg. 3:1).
Este principio parece aplicarse especialmente a aquellos que son llamados a ser profetas. A aquellos a quienes El llama a hablar directamente en su nombre con un “Así dice el Señor” se les ha dado mucho. Pero de igual manera se le pide mucho en obediencia, integridad, rectitud y semejanza a Cristo en todas las áreas de su vida.
El diablo odia a los profetas de Dios. Así que él ha desarrollado un arsenal completo de armas de destrucción para usarlas contra ellos. Ha cavado un hoyo para cada ministro profético y está determinado a provocar que cada uno caiga en él y sea enterrado. Yo llamo a estas celadas de Satanás “trampas proféticas”.
En el primer volumen de esta serie sobre los profetas y el ministerio profético tratamos principalmente con líneas guías para aquellos que reciben una palabra profética y desean responder a ella adecuadamente. En este volumen nos dirigimos a aquellos que hablan la palabra profética, ofreciendo una guía para ministrar con integridad y exactitud, y asimismo advertencias acerca de las trampas que el diablo ha preparado para ellos. Esta sección tratará en particular con muchas de las celadas que pueden estorbar a los profetas y su mensaje profético. Expondremos la mayoría de los principios a practicar y las trampas a evitar tomados de los ejemplos de los caracteres bíblicos, principalmente profetas y apóstoles. Mi carga personal va más allá de solamente activar dentro del ministerio aquellos llamados a ser profetas. También quiero enseñarles y entrenarlos de tal modo que ellos mantengan su ministerio profético en poder y pureza hasta que alcancen su propósito predestinado: Ser conformados a la imagen de Jesucristo el Profeta por excelencia (Ro. 8.29). Cristo fue la plenitud del quíntuple ministerio en un solo cuerpo humano (Col. 2.9). El es el modelo perfecto para todos los ministros del nuevo testamento, incluyendo al profeta.
MALA SEMILLA DE ACTITUDES Y PROBLEMAS DE
Yo crecí en una granja en Oklahoma y aprendí mucho de los problemas de los granjeros con la mala hierba y las raíces. En mis clases de agricultura en la secundaria tuve que estudiar acerca de toda clase de semillas. Aprendimos que algunas semillas de mala hierba y algunas buenas semillas se parecen tanto que la diferencia es difícil determinarla mientras están todavía en forma de semilla. Solamente una educación extensiva y la experiencia le permiten a un granjero reconocer una semilla inmediatamente por lo que verdaderamente es.
El problema sin embargo es que la hierba Johnson enviará otra vez nuevos retoños, tanto desde el tronco de las viejas matas como desde las uniones de las raíces bajo tierra. Usted no puede destruir las raíces simplemente cortando las plantas. Usted solamente puede evitar que crezca hasta alcanzar la madurez total y produzca semillas. Mientras tanto, el sistema de raíces de la hierba continúa robando los nutrientes del suelo que se puedan ir al tallo. De modo que la mata vecina será capaz de producir cuando mucho una mazorca de maíz flaca, inferior y sin la calidad suficiente para ser usada como semilla de maíz para la siguiente cosecha.
Lo mismo es verdad con las actitudes de nuestro corazón. Poder reconocer e identificar la mala semilla de una actitud dentro de una persona -que es, una actitud que eventualmente brotará como la semilla peligrosa de un comportamiento equivocado- requiere a alguien con entendimiento y experiencia en el discernimiento espiritual.
Una Ilustración de
La planta que tipifica más claramente en la esfera natural el desarrollo de la raíz de los problemas en la esfera espiritual es la llamada hierba Johnson. Esta variedad de hierba tiene uniones a cada seis pulgadas a lo largo de cada ramal en su sistema de raíz, estas raíces son incontables y se desarrollan en todas direcciones entretejiéndose entre sí mismas con el sistema de raíz de un buen cultivo cercano, como por ejemplo el maíz.
Cuando la hierba Johnson brota y comienza a crecer junto a un brote de maíz, las dos plantas lucen casi idénticas. Si a la hierba Johnson se le permite crecer junto a la mata de maíz hasta que ambas alcancen la altura de la rodilla, su sistema de raíces llega a estar tan entretejido que la hierba Johnson no puede ser arrancada sin desarraigar y destruir también el maíz. Lo mejor que un granjero puede hacer para preservar el maíz es cortar la hierba al nivel del suelo.
El Severo Remedio de Dios.
Debemos notar que por la severidad del problema el granjero no puede remediarlo permanentemente durante la época de crecimiento. Ya que la hierba Johnson tiene hojas similares a la del maíz, el granjero no puede fumigarla sin matar también el maíz. Todo lo que puede hacerse es esperar hasta que termina la estación y luego arar el suelo para que las raíces sean expuestas. Entonces estas pueden ser rastrilladas y quemadas o envenenadas, o también dejar que mueran por la congelación en el invierno. Solamente después de la cosecha, durante el invierno, pueden tratar los granjeros con la raíz de la hierba. (Así como también ellos deben esperar hasta el invierno para poder podar los árboles frutales).
En la esfera espiritual también, Dios no tratará con avanzados problemas de raíz mientras haya un estación productiva en el ministerio, El llevará al ministro y su ministerio a una estación de invierno, de inactividad y no productividad, El arará entonces al profeta de arriba abajo exponiendo los problemas de su raíz, y entonces El los fumigará con una unción fuerte para destruirlos o rastrillará el alma del ministro hasta que todas las raíces sean removidas y tiradas al fuego del propósito purificador de Dios.
Por esta razón, nosotros debemos permitir que Dios y aquellos que El ha señalado como nuestras autoridades espirituales nos muestren nuestras actitudes de mala semilla y remuevan los nuevos retoños de las debilidades de nuestro carácter antes que crezcan entretejidos con nuestra personalidad y desempeño. Entre más esperemos para hacerlo, mas drástico el proceso será.
Estas Verdades son Para Las Personas en Todas Partes: aunque este libro está dirigido principalmente a profetas y ministros proféticos, estas verdades son vitales para cualquier ministro dentro del quíntuple ministerio, líderes cristianos o miembros del cuerpo de Cristo que se encuentran ministrando.
Estos principios a practicar y trampas a evitar se aplican a todo cristiano. De tal manera que lo aliento a que lea las siguientes páginas para permitir al Espíritu Santo que ilumine su mente y alma a cualquier debilidad de carácter, mala semilla de actitudes, raíces problemáticas, o “síndromes proféticos” que usted pueda tener
Ahora Dios está purgando tanto a los individuos como también a su iglesia entera de todas las cosas que son contrarias a Su propia naturaleza y carácter. Si permitimos que Dios nos purgue, seremos hechos un vaso de honor. Si no, Dios nos removerá del ministerio en su cuerpo tal como las
Ovejas son separadas de las cabras, el buen pez del mal pez y el trigo de la cizaña (Mt. 25.32, 3; 13.29, 30, 47,48).