Ayer por la tarde resolvíamos un problema de fracciones del libro de matemáticas con mi hijo Mateo, el enunciado más o menos rezaba así, "El año pasado en toda el área que comprende un jardín se sembraron 48 plantas de cierta especie, en este año se sembrarán sólo las 3/4 partes de lo que se había sembrado. Entonces, ¿Cuántas plantas de la misma especie se sembrarán en este año en el mismo jardín?".
Se trataba de una operación de fracciones (para los que han llegado hasta el nivel básico de matemática) o se trata de una operación de regla de tres simple para los un poco más avanzados.
La explicación sería,
Si dividimos un objeto o unidad en varias partes iguales, a cada una de ellas, o a un grupo de esas partes, se las denomina fracción. Las fracciones están formadas por dos números: el numerador y el denominador.
3/4
3: numerador.
4: denominador.
O sea que en nuestro problema de matemáticas, la unidad o jardín, está dividida en cuatro partes, y de esas cuatro partes en las que fue dividido el jardín, para este año sólo serán sembradas 3.
Cuando iba ilustrándole a Mateo en un papel la solución del problema a través de un gráfico que simulaba un jardín dividido en 4 parcelas, sentí cómo el Señor literalmente tomaba la mano con la que yo sostenía el lápiz y usando la misma gráfica en mi interior me habló con estas palabras:
Lista para aprender fracciones?.
Sabes lo qué significa "estar lleno de mi Espíritu"?.
La respuesta fue inmediata cuando Él mismo me respondió.
"Estar lleno de mi Espíritu, no significa que tu tienes más de Él..., sino significa que a mi Santo Espíritu le has otorgado más áreas de ti".
Ahora la pregunta es, ¿Cuán llenos del Espíritu Santo estamos?
En lo que resta de este año, ¿Cuánto de tu terreno o jardín le entregarás a Su Santo Espíritu para que Él lo siembre?
Le hemos entregado todas las áreas de nuestra vida y de nuestro ser a Él para que las siembre al 100% o seguimos dándole solo algunas fracciones?.
¿Cuán llenos del Espíritu Santo estamos?...
"Y dijo al viñador: He aquí, hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo hallo; córtala; ¿para qué inutiliza también la tierra? Él entonces, respondiendo, le dijo: Señor, déjala todavía este año, hasta que yo cave alrededor de ella, y la abone. Y si diere fruto, bien; y si no, la cortarás después". (Lucas 13:7-9 RVR60)
Por la Profeta Roxana Antelo de Martinez
Ministerios Rey de Reyes
Santa Cruz-Bolivia