martes, 2 de octubre de 2012

Construyendo nuestro propio “escenario profético”: Apóstol Dr. Rony Chaves


“Y llamó Jacob a sus hijos, y dijo: Juntaos, y os declararé lo que os ha de acontecer en los días venideros.
Juntaos y oíd, hijos de Jacob,
Y escuchad a vuestro padre Israel.
Rubén, tú eres mi primogénito,
mi fortaleza, y el principio de mi vigor;
Principal en dignidad, principal en poder.
 Impetuoso como las aguas, no serás el principal,
Por cuanto subiste al lecho de tu padre;
Entonces te envileciste, subiendo a mi estrado.
Simeón y Leví son hermanos;
Armas de iniquidad sus armas.
En su consejo no entre mi alma,
Ni mi espíritu se junte en su compañía.
Porque en su furor mataron hombres,
Y en su temeridad desjarretaron toros.
Maldito su furor, que fue fiero;
Y su ira, que fue dura.
Yo los apartaré en Jacob,
Y los esparciré en Israel.
Judá, te alabarán tus hermanos;
Tu mano en la cerviz de tus enemigos;
Los hijos de tu padre se inclinarán a ti.
Cachorro de león, Judá;
De la presa subiste, hijo mío.
Se encorvó, se echó como león,
Así como león viejo: ¿quién lo despertará?
No será quitado el cetro de Judá,
Ni el legislador de entre sus pies,
Hasta que venga Siloh;
Y a él se congregarán los pueblos.
Atando a la vid su pollino,
Y a la cepa el hijo de su asna,
Lavó en el vino su vestido,
Y en la sangre de uvas su manto.
49:12 Sus ojos, rojos del vino,
Y sus dientes blancos de la leche.
 Zabulón en puertos de mar habitará;
Será para puerto de naves,
Y su límite hasta Sidón.
 Isacar, asno fuerte
Que se recuesta entre los apriscos;
Y vio que el descanso era bueno,
y que la tierra era deleitosa;
Y bajó su hombro para llevar,
Y sirvió en tributo.
Dan juzgará a su pueblo,
Como una de las tribus de Israel.
Será Dan serpiente junto al camino,
Víbora junto a la senda,
Que muerde los talones del caballo,
Y hace caer hacia atrás al jinete.
Tu salvación esperé, oh Jehová.
Gad, ejército lo acometerá;
Mas él acometerá al fin.
El pan de Aser será substancioso,
Y él dará deleites al rey.
Neftalí, cierva suelta,
Que pronunciará dichos hermosos.
 Rama fructífera es José,
Rama fructífera junto a una fuente,
Cuyos vástagos se extienden sobre el muro.
Le causaron amargura,
Le asaetearon,
Y le aborrecieron los arqueros;
Mas su arco se mantuvo poderoso,
Y los brazos de sus manos se fortalecieron
Por las manos del Fuerte de Jacob
(Por el nombre del Pastor, la Roca de Israel),
Por el Dios de tu padre, el cual te ayudará,
Por el Dios Omnipotente, el cual te bendecirá
Con bendiciones de los cielos de arriba,
Con bendiciones del abismo que está abajo,
Con bendiciones de los pechos y del vientre.
Las bendiciones de tu padre
Fueron mayores que las bendiciones de mis progenitores;
Hasta el término de los collados eternos
Serán sobre la cabeza de José,
Y sobre la frente del que fue apartado de entre sus hermanos.
Benjamín es lobo arrebatador;
A la mañana comerá la presa,
Y a la tarde repartirá los despojos.
Todos éstos fueron las doce tribus de Israel, y esto fue lo que su padre les dijo, al bendecirlos; a cada uno por su bendición los bendijo”.
Génesis 49:1-28 

El Apóstol Pablo nos deja muy claro en sus cartas apostólicas a los corintios la idea de Dios sobre la posición de los creyentes en el Cuerpo de Cristo. Pablo nos enseña que todos somos útiles y nos necesitamos los unos a los otros. El Apóstol señala que unos son parte del ojo, otros de los pies, otros del corazón; etc, todos los miembros son útiles pero no exactamente iguales.
Definitivamente Pablo define a la Iglesia como el organismo del Señor con fundamento apostólico y profético y con una naturaleza también apostólica y profética. Todos podrán profetizar, pero no todos serán Profetas; todos los creyentes podrán evangelizar, pero no todos serán Evangelistas.
Para el tema que nos compete, es de suma importancia el saber que aunque no todos los miembros del Cuerpo operan en el oficio del Profeta, todos podemos profetizar.
Siendo la Iglesia un organismo viviente, con una naturaleza profética todos sus miembros pueden ser activados para profetizar en el nombre de Jesús para su familia, ciudad y nación. Todos, absolutamente todos los hijos de Dios, pueden ser activados y enseñados a fluir en profecía y en dones proféticos para bendecir a los suyos y crear de la mano del Espíritu Santo su propio“escenario profético” familiar al cual subirán sus descendientes para cumplir el papel asignado por Dios a ellos y atraer la salvación; la prosperidad y el avivamiento a su hogar y región.

Creando el “escenario profético personal”
Nadie mejor que cada uno para profetizar su destino. Si todos fuésemos honestos, sinceros y responsables, sabríamos con claridad meridiana qué es lo que Dios quiere para nuestra vida. Una buena manera de conocer la voluntad de Dios para cada uno es observar lo que El dice en Su Palabra sobre la forma en que debo vivir. En la Biblia el Señor nos da principios específicos para el éxito en cada área del desarrollo de la vida del ser humano; sea esta social, familiar, política o económica. Ignorar la voluntad expresada de Jehová en Su Palabra es el gran error de muchos desobedientes, que luego buscan en algunas profecías (no verdaderas por cierto) que se les diga lo que ellos quieren oír para seguir viviendo como quieren. Quieren calmar así, la voz de su conciencia, la cual ignoraron, hablándoles desde las Sagradas Escrituras.
La profecía nunca nos es dada para obviar la Escritura, anularla o violarla; no; la palabra profética del Espíritu nos es revelada para confirmar la voluntad de Dios ya grabada por El en nuestro corazón a través del estudio de las Escrituras, la enseñanza bíblica y las experiencias íntimas con El.  
Cuando hemos sido sumisos al Espíritu Santo y obedientes a nuestros pastores, tendremos claro en nosotros la voluntad general del Señor. Digo general, indicando con esto, las diversas esferas de nuestra vida. Como sanidad, matrimonio, redención, finanzas, salvación, salud, autoridad, etc. Muchas veces los detalles específicos y personales sólo nos llegan mediante profetas y profecías o sueños y visiones resultantes de mucha adoración y comunión con Dios.
Nuestros Apóstoles y Maestros hoy, nos han enseñado bien sobre la voluntad de Dios para nuestras vidas, familias y descendientes; con esa revelación en nuestro espíritu es que debemos profetizar y levantar nuestro “escenario profético”personal.
Lo que Dios dice para mí, Su voluntad expresada, es en lo cual yo debo basarme para decretar mi destino y el de mi familia. Muchas veces no tenemos que recibir una profecía en boca de un Profeta para nosotros profetizar. El Apóstol Pedro por eso nos anima a velar y profetizar estando atentos y guiados por la Palabra Profética más segura, (La Biblia) la cual ha sido revelada e inspirada a los Profetas por el Espíritu Santo (Pedro).
Basta conocer las promesas de la Palabra de Dios para nuestra vida para profetizarla, repetirla o decretarla. Si Dios lo dijo, sucederá; proclamar esa voluntad escrita, es además de profetizar, la mejor manera de crear el “escenario profético personal”. ¡Aleluya! 
Si además de profetizar lo que la Biblia dice que es la voluntad de Dios para mí y mi casa, yo declaro lo que me ha sido profetizado por los Profetas de Dios específicamente, o profetizo lo que me ha revelado el Espíritu Santo en mi intimidad con El, yo tengo el material espiritual suficiente para crear y establecer mi propio “escenario profético personal”. No es una falacia ni una quimera, no; es mi anuncio la declaración profética de lo que me acontecerá en la vida porque es lo que Dios ha dicho de mí y para mí.
Querido lector, no será más el diablo el que defina tu futuro, no, será la Palabra Profética de Jehová, la que establezca tu escenario profético personal, y la cual determinará tu destino.

Creando el “escenario profético familiar”.
Pablo el Apóstol, nos enseña en su carta a los corintios que todos podemos profetizar y que si esto se hace con orden, sería maravilloso para la edificación de la Iglesia.
“Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados”.
1 Corintios 14:31
En la misma carta apostólica Pablo nos motiva a fluir en la profecía:
“Así que, hermanos, procurad profetizar, y no impidáis el hablar lenguas;
 pero hágase todo decentemente y con orden”.
Versos 39 y 40

La Biblia nos da luz verde en la profecía personal, esto es, todos podemos profetizar por el don del Espíritu Santo, aunque no seamos profetas: Esto coloca a cada creyente en posición de declarar la voluntad de Dios para su familia y establecer así, el“escenario profético” por el cual van a caminar sus descendientes. Dios nos da la libertad de declarar Sus planes y diseños sobre nuestra familia y así determinar su futuro. Como en el tiempo antiguo, en el cual los patriarcas Noé, Abraham, Isaac y Jacob, forjaron el destino profético de sus familias profetizando sobre ellos, hoy también Jehová nos está despertando a tal práctica para que profeticemos sobre nuestros parientes y decretemos la voluntad expresada del Señor para ellos. Al hacer esto derribamos todo decreto de muerte del infierno y establecemos para nuestra familia el “escenario profético” familiar sobre el cual caminarán en los próximos años, en pos de su destino profético en Dios. ¡Amén!
Como lo hizo Jacob sobre sus hijos, así haremos nosotros sobre los nuestros y sobre nuestra casa, esto es, profetizar el plan de Dios para Sus vidas. Ellos alcanzarán la victoria y se cumplirá en sus personas y familias lo que ha sido determinado por el Altísimo.
Creando el escenario profético en las naciones
Siguiendo los mismos principios, profetizar y declarar el destino, también podemos hacerlo sobre nuestro país y sobre el territorio donde vivimos.
La profecía del Señor sana hombres, sana naciones y sana las heridas de la tierra. Cada profecía produce su efecto positivo sobre personas y sus familias; también el impacto del poder de Dios por Su palabra profética se da en regiones y países. Podemos crear y establecer el “escenario profético” de nuestras vidas y familias, pero también por la gracia de Dios, podemos levantar un “escenario espiritual” para nuestro país, zona o territorio. ¡Aleluya!
Aun cuando las circunstancias del presente no sean favorables, cada profecía provoca el cambio de las  mismas, estas producirán lo que Dios determinó, y el futuro de ese lugar o país puede ser extraordinario.
Cuando nos enfocamos en Dios y Su plan, seremos sumamente positivos, nos alinearemos a Su voluntad revelado en Su Palabra y la declararemos sobre nuestra tierra, el resultado de estas declaraciones será un “escenario profético” sobre el cual caminarán en pos de su destino en Cristo Jesús, las nuevas generaciones. ¡Alabado sea el Señor!
Nunca más debemos de olvidar que nuestro Dios Jehová se mueve a través de escenarios proféticos; que El es un Dios de procesos y de plan; no debemos olvidar jamás que El es un Dios de propósito, de metas y de tiempos. Si esto hacemos, nos volveremos tan positivos como El en nuestro hablar, en nuestro decretar y en nuestro profetizar.
La cosecha de este proceder será maravillosa pues Dios nunca falta a Su Palabra; nuestra vida, nuestra familia y nuestra nación caminarán entonces sólo hacia la victoria por su “escenario profético”, construido o edificado de la mano del Espíritu Santo para establecer en el mundo el Reino de Dios y testificar a las naciones la multiforme sabiduría de Dios.
¡Amén y amén!
Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová.
 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.
 Porque como desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla al que siembra, y pan al que come,
 así será mi palabra que sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo quiero, y será prosperada en aquello para que la envié”.
Isaías 55:8-11