miércoles, 22 de mayo de 2013

Nuestra responsabilidad de siervo: Dr. Adalberto Vallejo-Desde mi escritorio pastoral

Vamos a ver si el gas pela, decían en mi barrio isleño. ¿Por qué lo menciono? Sigue leyendo y quizás, si no has cerrado tu corazón a tu Dios, me entiendas. Voy a hablarte un poquito acerca del siervo cristiano. Desde ya te digo que esto no le va a gustar a “nuestra naturaleza caída”.

Tu sabes, la “melodía” moderna, comenzando por mu...chos en las Iglesias que esperan que por todo servicio que presten se los reconozca y se les llame al frente para ponerles una medalla, mientras se toca una poderosa fanfarria. Sin embargo, no se queda ahí. Muchos “siervos” y “siervas” del Señor hay que tratarlos con guantes blancos de seda, porque SON LOS SIERVOS DEL SEÑOR. No me malinterprete, por favor. La Biblia nos dice que hagamos participes de toda cosa buena al que nos instruye y que nos sujetemos a nuestros Pastores, etc., etc. No hablo de eso. Hablo de la necesidad de que todos, de mayores a menores entendamos, que estamos aquí para servir y no para ser servidos. (I’m telling you…termino predicando.)

Si yo les preguntase en esta mañana; "¿Cómo saben que son siervos?" ¿Qué respuesta ustedes me darían? Algunos dirían "cuando sirves a las personas". Otros "cuando tomas la actitud de un siervo". Otros "cuando haces lo que la Biblia dice". Aunque todas estas respuestas son verdaderas desde cierto punto de vista, me gustaría compartirte mi respuesta a la pregunta "¿Cómo saben que son siervos?" Tú sabes que eres un siervo cuando alguien te trata como tal, y tú no te enojas ni te ofendes.

En varios pasajes de las Escrituras, Jesús nos enseñó que si deseamos ser los más grandes en el reino de Dios, entonces necesitamos ser siervos de todos. Un siervo es:

1) Aquel que es contratado para servir. Generalmente, cuando un siervo es contratado, comprende que su propósito es servir a los demás. Aún si es maltratado, él comprende que eso no cambia su propósito. Él está allí para servir.

2) Un siervo sirve sin importar si es apreciado o no. Sería grandioso decir que los siervos deberían ser apreciados. Solo hay un problema: los siervos no son apreciados. Lo que sucede es que cuando un siervo piensa que merece ser apreciado y no lo es, puede sentirse ofendido. Es mejor sólo servir y no esperar nada a cambio. De esa manera, si usted tiene reconocimiento se siente agradecido, y si no lo tiene no se siente ofendido.

3) Un siervo no se siente ofendido cuando pasa inadvertido. Sería considerado algo extraño si viéramos a un siervo trabajando en la casa de su empleador haciendo muecas porque nadie se da cuenta del duro trabajo que está realizando. Por supuesto que la gente a menudo no toma en cuenta el trabajo de un siervo, porque el trabajo de un siervo no es para que sea notado o para que sobresalga. El trabajo de un siervo es simplemente servir.

Como cristianos estamos llamados por Jesús para servir a otras personas. También debo añadir que esto es algo que requiere de constante ajuste, porque nuestras motivaciones para servir a otros nos califican o nos descalifican.

Como líderes cristianos estamos llamados a servir a las personas que guiamos. Esto también significa que debemos adoptar la misma manera de pensar de un siervo. Si se han aprovechado de nosotros, eso es parte del trabajo. Si pasamos inadvertidos, es porque eso es lo que se espera. Si somos tratados mal, debemos pensar que es algo que sucederá de vez en cuando.

Nuestro propósito como líderes siervos, no es en pro de nuestro propio bienestar, sino el bienestar de los demás. Así que, aunque podemos señorear, liderar o gobernar, escogemos por elección la posición más humilde y servimos a los demás exactamente como Cristo lo hizo. Después de todo, nosotros somos líderes y siervos cristianos.

Ouch o amén, no puedes negar que te he hablado la verdad.

Siempre tuyo en el servicio del Rey,

Dr. A. Vallejo