Las profecías verdaderas SIEMPRE están de acuerdo con los principios de la Palabra de Dios, la Santa Biblia. Dios es el Mismo ayer, hoy y por los siglos (Hebreos 13:8). Su Verdad no cambia. Su naturaleza no cambia.
Apocalipsis 19:10 dice, “…el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.”
Jesucristo es el Verbo (logos) de Dios en carne (Juan 1:14). La Biblia es el Verbo (logos) de Dios en forma escrita. Jesús sólo habló lo que oía de Su Padre (Juan 8:28). Igualmente, el Espíritu Santo nos habla sólo lo que oye del Padre (Juan 16:15). Por eso la profecía nunca contradice los principios de la Palabra de Dios.
Escuché recientemente de una mujer que está convencida de que Dios le prometió cierto hombre por esposo. Pero sucede que el hombre ya está casado. Ella se justifica que hay problemas en el matrimonio, y que están separados. Por eso ella ya está saliendo con el hombre, y está empujando al hombre a divorciarse.
No es la primera vez que oigo de tal cosa, más le puedo declarar con confianza que esa mujer está engañada. Está escuchando la voz de su propia alma (deseos personales) y probablemente las de demonios. Sus acciones equivalen la manipulación y hechicería (porque está controlando la vida de otros), y está ya en adulterio emocional si es que no es ys adulterio físico.
Dios NUNCA te hablará que te dará la pareja de otra persona. Nunca te animará a romper los principios de Su Palabra y naturaleza. Dios es Dios de pactos. Si es que alguien tiene problemas en su matrimonio ¡debamos orar por ellos que Dios les ayude a ser reconciliados!
Si acaso alguien te “profetice” algo que está contra de la Palabra de Dios, NO está profetizando por el Espíritu de Dios sino de otro espíritu (adivinación). Somos mandados a juzgar las profecías, examinarlas y retener lo que es bueno, lo que está de acuerdo con el Espíritu de Cristo.
1ª Tesalonicenses 5:20-21 dice, “No menospreciéis las profecías. Examinadlo todo; retened lo bueno.”
1ª Corintios 14:29 “Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen.”
1ª Juan 4:1-3 “Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo. 2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; 3 y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y este es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo”