No me considero una pastora típica ni tradicional. De hecho, en confesión le puedo decir que todavía la palabra "pastora" dirigida hacia mí se me hace difícil de recibir. Me considero más una creyente común, amante de la Palabra y la Verdad. Sí tengo aspectos generales que comparto con el pastorado pero cuando me auto examino veo alguna cosas que me excluyen. (Y acá entre nos, aunque quizás mi foto de perfil no lo refleje, me considero conservadora, fundamentalista y radical).
En demasiadas ocasiones se me dificultan seriamente cosas que veo, leo y oigo entre el Pueblo de Dios. Tengo válidos y serios cuestionamientos con prácticas traídas dentro del contexto cristiano con las que no puedo comulgar. En honor a la verdad muchas me producen profunda tristeza y dolor. Estás que comparto son quizás las que con mayor frecuencia veo. Entiendo perfectamente que puede estar de acuerdo o no pero mi responsabilidad es ser con usted la persona más transparente que pueda ser.
Lo traigo en mi reflexión para que aquellos que recién conozco, y los de mucho tiempo conmigo ya que comparten mi pasión por aprender y enseñar, conozcan un poco sobre la persona a la que gentilmente le dan unos minutos de lectura los domingos. Soy fiel creyente de que la gente debe conocer qué piensa y cree la persona a la que le entrega su guianza espiritual.
Permítame un breve paréntesis antes de exponerlas. ¿Sabe cómo se llama lo que hago? Se llama JUZGAR. Así como lo leyó. Y antes de que me cite Mateo 7:1, "No Juzguéis Para Que No Seáis Juzgados", sepa que demasiadas personas del pueblo de Dios mal interpretan este versículo y como consecuencia terminan adoptando una posición extrema de tolerancia no enseñando la Palabra de Dios.
Señalar errores doctrinales y prácticas contrarias a las Escrituras es parte esencial del ministerio de cualquier predicador genuino y debe ser hecho para el beneficio del pueblo de Dios. Así que cuando sea necesario criticar las tácticas y enseñanzas de otros, debe ser hecho usando la Palabra de Dios como el estándar y no nuestras propias ideas. Juzgar no es contrario a la voluntad de Dios, siempre que se haga en el ejercicio del discernimiento espiritual.
1. Me horroriza el "faranduleo" y el "protagonismo cristiano". En la Biblia que escudriño lo único que encuentro sobre este tema es que un requisito del Cristiano es la invisibilidad. Para decirlo mas claramente usted y yo estamos MUERTOS en Cristo pero VIVOS para El (Gal.2:20). NO nos vemos ya Nosotros. Se VE SOLAMENTE El. Cuando veo tanto "yoísmo" y que la gente que predica, pastorea o enseña son quienes sobresalen, reciben los halagos, los aplausos y la gloria, sé que estoy frente a un creyente demasiado "vivo" para el gusto de Dios (y para el mío).
2: No soy "fan" de nadie, no voy a "conciertos" cristianos y me desconciertan los "shows" y los espectáculos en las Iglesias. Cuando la Iglesia se convierte en un centro de atracción y entretenimiento pierde por completo cual es su propósito.
3: Sobre los llamados conciertos cristianos o eventos de mucha concentración de gente, cuyo ÚNICO propósito debe ser EVANGELIZAR, opino que primero se evalúe la posibilidad de que sean gratuitos o que las personas entren con la ofrenda que puedan aportar. Lea el ejemplo de Pablo en 1Corintios 9:18 y 1Tesalonicenses 2:9.
4: En esa misma línea, (aunque no es un asunto de carácter doctrinal), los cultos donde se grita al predicar o tan ruidosos que no se puede estar en comunión son los tipos de culto donde prefiero NO estar.
5: Soy fiel creyente de que en la Iglesia no se debe NUNCA aplaudir. Tengo dos razones. La 1ra: a Dios se le honra con obediencia y con una actitud desde el corazón. Y la 2da: A esa persona a la que usted interrumpió con aplausos (o que le pidió aplausos para ¿Dios?) eventualmente le empieza a gustar esa agradable sensación.
6: Me molesta la falta de seriedad desde los púlpitos y las payasadas o chistes intercalados con la enseñanza de la Palabra de Dios tratando de agradar y caer "bien". Echo de menos la ausencia de predicar sobre la santidad, el pecado, la culpa, el arrepentimiento (que son temas centrales todavía de las Escrituras) sustituidos por enseñanzas humanistas, de éxito y prosperidad. La Iglesia es un lugar de adoración, discipulado y predicación. PUNTO. Quien quiere ser entretenido que se vaya al cine o al Choliseo.
7: ¿Qué pienso sobre las llamadas Coberturas Apostólicas?: Son movimientos liderados por una persona que se hace llamar "apóstol" quien enseña que ha sido "ungido y delegado" por Dios para dar "cobertura" o "cubrir" o "vestir", espiritualmente hablando, a otra persona y así protegerla. Con esta aseveración estos sujetos se atribuyen el papel de mediadores entre Dios y el ser humano. Papel que posee y le corresponde unicamente al Señor Jesucristo. Sin dejar de mencionar la idolatría a la que son sujetos y los pocos "esfuerzos" que hacen por no fomentarla. Mi cobertura es solamente del Espíritu Santo de Dios. (1ra Juan 2:27).
8: También se hacen llamar (o los llaman) "padres espirituales". Sobre esta llamada paternidad me remito estricta y literalmente a lo que ordenó Jesús en Mateo 23:9: "NO llaméis padre vuestro a NADIE en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos". El entendido, entienda.
9: Lo último que mencionaré por hoy y que llama mi atención es que la gente ya no ORA cuando quieren dirigirse a Dios. Cuando hay alguna situación por la que hay que pedir o interceder el lenguaje que se escucha hoy es "Declarar", "Decretar" y "Establecer". ¿¿Qué es eso?? Mire que he buscado ese orden en las Escrituras y nada. Mas bien lo he encontrado en enlaces de Metafísica y de la Nueva Era. En la Biblia que uso dice lo siguiente en Santiago 4:13-17: “Escúchenme, ustedes, los que dicen: «Hoy o mañana iremos a la ciudad; allí nos quedaremos todo un año, y haremos buenos negocios y ganaremos mucho dinero.» ¿Cómo pueden hablar así, cuando ni siquiera saben lo que les va a suceder mañana? Su vida es como la niebla: aparece por un poco de tiempo, y luego desaparece. Más bien, deberían decir: «Si Dios quiere, viviremos y haremos esto o aquello.» Esa última parte del versículo, "Si Dios quiere", es la que debemos examinar y atender antes de pedir u orar.
Se ora así: "Hágase tu voluntad, así en la tierra como en el cielo“. Mateo 6:10. Nosotros nos sometemos a Dios, NO Dios a nosotros. Esa es la manera Bíblica de orar, NO ES: “Yo declaro, yo decreto, yo establezco" como enseña con arrogancia la “Metafisica Carismatico-Apostólica”. Es apelar al Señor, Amo, Creador y Rey Soberano de toda criatura, para que EL DECLARE, EL DECRETE, EL ESTABLEZCA. Cuando soy yo quien declaro, decreto y establezco invierto el rol y lo que hago es pedir pensando en mi y no pensando en lo que quiere y dice Dios.
Eso es parte de las prácticas que no comparto y algunas otras que creo y reflejan lo que soy en Cristo. Un poco quizás para que me conozca y otro poco para que lo lleve a reflexionar. Siéntase en la libertad de compartirlo todo o parte de lo que quiera de esta reflexión. Otras creencias fundamentales, mas dentro de lo que es lo doctrinal, las iré compartiendo en próximas reflexiones. Por lo demás reconozco lo mucho que me falta por crecer y aprender. Y le reconozco su derecho y libertad a corregirme y enseñarme aquello que, en Cristo, sepa usted.
Finalmente hago mía las palabras de Pablo, el último apóstol: "No pretendo haberlo alcanzado todo; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús." Filipenses 3:13-14. SHALOM