martes, 27 de octubre de 2015

ESPERANDO EL CUMPLIMIENTO DE SUS PROFECIAS: PROFETA CLIFF BELL

Habacuc 2:2-3 dice: 
«2 Y Jehová me respondió, y dijo: ESCRIBE LA VISIÓN, y declárala en tablas, para que corra el que leyere en ella. 3 AUNQUE LA VISIÓN TARDARÁ AÚN POR UN TIEMPO, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; AUNQUE TARDARE, ESPÉRALO, porque SIN DUDA VENDRÁ, no tardará.»

En este pasaje, Dios le instruyó al Profeta Habacuc que ESCRIBIERA la profecía. El propósito era que hubiera una visión clara, una palabra clara para los oyentes. Si no hay una visión clara hay confusión. Sin una visión clara no habrá dirección ni avance.
Si una profecía no está ESCRITA, o GRABADA DE ALGUNA FORMA, entonces las personas recuerden lo que les conviene, pero no necesariamente lo que Dios quería decir.
Era necesario tenerla escrita porque Dios implicó la PROBABILIDAD DE QUE SE TARDARÁ UN TIEMPO antes del cumplimiento. DIOS NO QUIERE QUE PERDAMOS LA VISIÓN DURANTE EL TRANSCURSO DE LA ESPERA. Mientras que estamos esperando, podemos ser distraídos con otras cosas.
EL DIABLO ES FIEL PARA DARNOS OPORTUNIDADES DE SER DISTRAÍDOS Y PERDER NUESTRO ENFOQUE. Viene con dudas, con temores, con ansiedad. A veces la situación parece empeorarse antes de que llegue el cumplimiento. Si en ese tiempo perdemos nuestro enfoque y nuestra fe en la promesa de Dios, el diablo nos puede desubicar de nuestra posición de fe y de obediencia. … ¡y así tardar aun más el cumplimiento!
¿CÓMO DEBAMOS ESPERAR? 
En ese versículo, la palabra hebrea traducida “esperar” significa: “esperar, vigilar, esperar como para una emboscada (implicando que estemos en alerta como un soldado), esperar con anhelo y expectación.” Así que debamos esperar estando en alerta, con expectación, ¡como un soldado esperando en una emboscada!

1ª Timoteo 1:18-19 tiene un MANDAMIENTO del Apóstol Pablo para su hijo espiritual Timoteo. ¡Es un mandamiento que nos conviene obedecer también!
«18 Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para QUE CONFORME A LAS PROFECÍAS que se hicieron antes en cuanto a ti, MILITES POR ELLAS LA BUENA MILICIA, 19 manteniendo la fe y buena conciencia,…»
Su profecía personal es una palabra (rhema) de Dios, la espada del Espíritu para su vida. Si es que Dios nos entrega una espada, ¡no debamos sorprendernos cuando se presente una batalla! Al contrario, debamos sacar la espada, y entrar en guerra espiritual.
¿DÓNDE ESTÁ EL CAMPO DE LA BATALLA? LA MAYORÍA DE LAS VECES, ESTÁ EN NUESTRAS MENTES. Pensamientos o emociones de duda, temor, etc. Recuerde que aunque el temor es un espíritu demoníaco, ¡casi siempre lo podamos detectar primero en las emociones! Es igual con muchas batallas espirituales – nos damos cuenta que hemos entrado una batalla espiritual porque hay un sentimiento, una emoción, o un pensamiento que ha penetrado, pero que está contrario a la promesa de Dios.
Es por eso que dice 2a Corintios 10:3-6 «3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos según la carne; 4 porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 5 DERRIBANDO ARGUMENTOS y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo,»
SI USTED HA SIDO DESUBICADO DE SU POSICIÓN DE FE EN LA PROMESA DE DIOS POR CAUSA DE UNOS PENSAMIENTOS O EMOCIONES, ES TIEMPO DE SACAR SU ESPADA…. Escribe su profecía personal en papel. Comience a usar su espada para llevar cautivo esos pensamientos y esas emociones. Renuncie todo temor y duda. Confiese y declare su acuerdo nuevamente en la promesa de Dios.
Habacuc 2:3 «Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará.»