jueves, 20 de octubre de 2016

Tema: Denunciar no para Destruir sino para Edificar


“Mira, hoy te he dado autoridad sobre las naciones y sobre los reinos, Para arrancar y para derribar, Para destruir y para derrocar, Para edificar y para plantar."Jeremías 1:10.

En estos últimos tiempos con la proliferación de los falsos profetas y maestros, se ha levantado también un sinnúmero de voces denunciando sus falsedades, corrupción y avaricia. Todo esto ocurre porque Dios está despertando a su pueblo y lo está sacando de las iglesias apóstatas para reunirlo y edificarlo en la sana doctrina según lo que ya estableció de antemano por su infinita misericordia: “El templo de Dios no puede tener ningún pacto con los ídolos y nosotros somos el templo del Dios viviente. Así como Dios dijo: "Viviré y caminaré con ellos, seré su Dios y ellos serán mi pueblo". Y por eso dice el Señor: "Salgan de entre esa gente y sepárense de ellos. No toquen nada impuro y yo los aceptaré". "Seré su Padre y ustedes serán mis hijos y mis hijas. Así dice el Señor Todopoderoso".2Corintios 6:16-18.

Ante la cantidad de denuncias existentes contra todos estos famosos y no tan famosos, hombres y mujeres pseudo apóstoles, profetas y maestros del Evangelio, también se levantaron, como era de esperarse, una cantidad similar o quizás mayor de sus defensores y apologistas. Esto ha desatado una guerra sin cuartel de argumentos entre ambos bandos, principalmente por el Facebook.Por un lado los aguerridos defensores de la sana doctrina y por el otro bando los que defienden a ultranza a los apóstatas.

Pero esta guerra ha provocado también ciertos desviamientos y posturas antagónicas extremas que ya rayan en el fanatismo, especialmente entre los que con sinceridad de corazón han tomado el estandarte de la verdad. Así, muchos hoy solo se dedican a cazar y acortar cabezas de apóstatas y cuando no los están encontrando, entonces los inventan. Este es el caso del hermano RAFAEL HERNÁNDEZ, El Atalaya De Cristo.

Personalmente debo reconocer que en sus inicios sus investigaciones y comentarios sobre los falsos ministros del Evangelio fueron de mucha bendición para mi vida y aprendí bastante. Pero en los últimos tiempos ese celo inicial por la verdad de Dios se fue desviando peligrosamente hasta convertirse hoy en una cacería desenfrenada atacando, derribando y destruyendo el nombre de cuanto pastor, maestro o evangelista le haya parecido indigno de la profesión, según sus propios criterios espirituales, aparte de lo que la Biblia enseña. Su cruzada contra los enemigos de Dios se transformó en una feroz persecución personal muy similar a la desatada por el inspector Javert contra Jean Valjeanen la novela inspirada de Víctor Hugo “Los Miserables”; o para dar un ejemplo más reciente; la persecución implacable del detective Gerard para atrapar al doctor Richard Kimble en la famosa película “El Fugitivo”.

El peligro de tener un celo excesivo y enfermizo por la palabra de Dios, es que se puede convertir fácilmente en un fanatismo desenfrenado, así como fue Saulo antes de su encuentro en Damasco con Jesús: “Saulo (Pablo), respirando todavía amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, fue al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de Damasco, para que si encontraba algunos que pertenecieran al Camino (de Jesús), tanto hombres como mujeres, los pudiera llevar atados a Jerusalén.”Hechos 9:1-2. Rafael Hernández, así como algunos otros comenzaron con un buen discernimiento sobre la realidad de la apostasía actual en la iglesia y pudieron así edificar muchas vidas, sin embargo hoy eso se ha transformado en una cacería de brujas que está causando destrucción en el cuerpo de Cristo: “Al caer a tierra, oyó una voz que le decía: "Saulo, Saulo, ¿por qué Me persigues? ¿Quién eres, Señor?" preguntó Saulo. El Señor respondió: "Yo soy Jesús a quien tú persigues”Hechos 9:4-5. El fanatismo religioso nunca edifica pero desata persecución ciega y destrucción.

UNA PARTE IMPORTANTE DEL TRABAJO DE LOS PASTORES ES DENUNCIAR A LOS FALSOS PROFETAS PARA PROTEGER AL REBAÑO DE DIOS: “Tengan cuidado de ustedes mismos y cuiden a toda la gente que Dios les ha dado. El Espíritu Santo les dio el trabajo de cuidar a este rebaño como pastores de la iglesia de Dios. Esta es la iglesia que Dios compró pagando con la sangre de su propio hijo. Yo sé que después de que me vaya, algunos hombres entrarán en su grupo y como lobos salvajes tratarán de destruir el rebaño. Algunos de ustedes se convertirán en líderes malos y empezarán a enseñar lo que no está bien para desviar del camino de la verdad a los seguidores y llevárselos. Por eso tengan cuidado y recuerden esto: yo estuve con ustedes tres años. Durante ese tiempo, nunca dejé de prevenirlos y les enseñé día y noche hasta con lágrimas.”Hechos 20:28-31.

Pero este trabajo se consta de dos partes: La primera consiste en enseñar todo el consejo de Dios para que la iglesia alcance la madurez necesaria para discernir y en segundo lugar denunciar a los falsos profetas y maestros. Destruir los falsos argumentos y edificar con la sana doctrina es un mismo trabajo que se desarrolla conjuntamente y constantemente para evitar la infiltración de los enemigos y a la vez equipar a los santos para la obra del ministerio: “Desde aquel día, la mitad de mi gente trabajaba en la muralla y la otra mitad vigilaba con sus escudos, lanzas, arcos y armaduras. Los líderes militares permanecían detrás de toda la gente de Judá. Los constructores y sus ayudantes hacían su trabajo sosteniendo con una mano la carga y con la otra la espada. Cada uno de los constructores tenía su espada atada a un lado de su cuerpo mientras trabajaba y el que tocaba la trompeta estaba a mi lado.”Nehemías 4:16-18.

Debemos denunciar a los falsos profetas pero solo con el propósito de edificar a la iglesia. Denunciemos pero sin el ciego fanatismo religioso que destruye, sino con el propósito de edificar a los creyentes.