La transición de la "Cultura del Avivamiento"
a la "Resurrección de la Cultura de Poder"
Por Matt Sorger
El 6 de marzo del 2010, durante un tiempo de adoración, el Señor habló a mi corazón. Fui sobrecogido en Su presencia cuando la voz de Dios me dijo estas tres cosas:
1. Las reuniones de la iglesia están a punto de experimentar un viento fresco del Espíritu de Dios, mientras que todas las reuniones serán arrebatadas en Su presencia manifiesta.
2. Mantos muy pronto van a ser lanzados sobre la Iglesia, capacitando a la gente a hacer cosas extraordinarias para el Reino de Dios. Los que han estado en un lugar escondidos y en preparación, están a punto de salir en poder.
3. La voz del Señor no será escuchada solamente desde el púlpito con predicación y enseñanza ungida, sino la voz de Dios también se escuchará en las bancas. Una unción fresca de la profecía corporativa está a punto de ser revivida. La voz de Dios se escuchará a través de Su pueblo.
Mientras meditaba en estas tres revelaciones, el Señor también comenzó a hablar a mi corazón acerca de un cambio que está entrando en nuestra forma de pensar sobre el avivamiento.
Dios está llevando a la Iglesia a una transición de la cultura de "avivamiento" a una “cultura de resurrección de poder”. Hay una diferencia entre las dos. Una cultura es un conjunto de creencias, valores, prácticas, modos de pensar, acciones y comportamientos practicados y apreciados por un grupo de personas. La cultura marca y caracteriza tu forma de vida.
Proféticamente, Dios está trayendo a Su pueblo a un tiempo del tercer día. Si hay un tercer día, entonces debe haber un primer y segundo día. Quiero explicarte lo que esto significa y cómo afectará tu vida en esta próxima temporada.
El profeta Oseas habla sobre el proceso de transición del primer, segundo y tercer día y lo que cada día significa. La profecía de Oseas puede ser aplicada en múltiples niveles, como a menudo lo hace una profecía. Se puede aplicar a tu viaje personal con Dios, así como un viaje corporativo y el proceso del pueblo de Dios.
Oseas 6:1-2 (NVI) ¡Vengan, volvámonos al Señor! Él nos ha despedazado, pero nos sanará; nos ha herido, pero nos vendará. Después de dos días nos dará vida; al tercer día nos levantará, y así viviremos en su presencia. (Vea también Isaías 26:19; Ezequiel 37:1-10)
Día Primero
¡Vengan, volvámonos al Señor!
El primer día está marcado por un retorno al Señor. Se trata de rasgar nuestros corazones y estar completamente arrepentidos de todo lo que contriste el corazón de Dios, en nuestras vidas.
Hechos 3:19 (NVI) declara, “Por tanto, para que sean borrados (limpiados) sus pecados, arrepiéntanse (cambien su forma de pensar y propósito) y vuélvanse a Dios, a fin de que vengan tiempos de descanso (recuperándose de los efectos del calor, de revivir con aire fresco) de parte del Señor.”
Arrepentirse significa "cambiar tu mente y propósito”. Significa cambiar tu forma de pensar y lo que te motiva. El arrepentimiento te hace dar la vuelta y caminar en la dirección exactamente opuesta de tu pecado, de vuelta hacia Dios. Este giro completo hacia Dios hace que todos nuestros pecados puedan ser limpiados y quitados y desata un viento fresco de la presencia de Dios en nuestras vidas. Su refrescante presencia luego lleva a la restauración de los efectos del pecado. El verdadero arrepentimiento trae no sólo un cambio de mentalidad y motivación, sino también cambios en nuestro comportamiento. El arrepentimiento trae un verdadero cambio interior produciendo una transformación hacia el exterior.
Día Segundo
“Después de dos días nos dará vida (nos despierta, nos da vida)”.
El segundo día está marcado por un avivamiento.
Avivamiento significa "para despertar y dar vida". Avivamiento significa para llevar algo que está muerto o muriendo, de nuevo a vida. El avivamiento es para la Iglesia. El avivamiento trae un despertar a los corazones del pueblo de Dios. El avivamiento nos hace estar lleno de la vida nueva de Dios. Nos mueve de la complacencia y la apatía espiritual y enciende un celo en nuestros corazones por las cosas de Dios. Crea en nosotros una pasión por la intimidad con Dios y por las cosas que mueven Su corazón, como a los perdidos.
En el avivamiento la Iglesia es refrescada, restaurada y puesta en el fuego de nuevo. La pasión espiritual es encendida. De esta manera es que Dios nos lleva de una manera sincera y profunda, despertando nuestro corazón para Él. A menudo experimentamos una profunda sanidad interior, libertad y victoria personal durante esta etapa. La presencia manifiesta de Dios se vuelve tan real para nosotros a medida que dedicamos tiempo en compañerismo con Él y sólo "el estar postrados en el piso" bajo Su gloria.
¡Mientras que dos días es glorioso, no podemos quedarnos ahí! Así que muchos aman tanto el segundo día que nunca se quieren levantar del piso. Les encanta los escalofríos y los encuentros. Sólo podían quedarse allí para siempre. Muchas "culturas de avivamientos" se han formado alrededor del segundo día.
¡Pero Dios tiene más para nosotros!
Día Tercero
“Al tercer día nos levantará, y así viviremos en Su presencia.”
Dios nos está llevando a un “Vivir en el Tercer Día”.
El primer día nos arrepentimos y volvemos a Dios. En el segundo día somos revividos, despertados y renovados. En el tercer día nos levantamos a vivir delante de Él con poder.
Dios está llevando a la Iglesia a una transición de la cultura de "avivamiento" a una “cultura de resurrección de poder”.
El tercer día tiene que ver con ser levantados en el poder de la resurrección.
Esto se puede ver bien claramente en la profecía de Dios a Ezequiel en Ezequiel 37.
Ezequiel 37:1-10 (NVI) La mano del Señor vino sobre mí, y su Espíritu me llevó y me colocó en medio de un valle que estaba lleno de huesos. Me hizo pasearme entre ellos, y pude observar que había muchísimos huesos en el valle, huesos que estaban completamente secos. Y me dijo: “Hijo de hombre, ¿podrán revivir estos huesos?” Y yo le contesté: “Señor omnipotente, tú lo sabes”. (Vea también 1 Corintios 15:35) Entonces me dijo: “Profetiza sobre estos huesos, y diles: "¡Huesos secos, escuchen la palabra del Señor! (vea también Juan 5:28) Así dice el Señor omnipotente a estos huesos: Yo les daré aliento de vida, y ustedes volverán a vivir. Les pondré tendones, haré que les salga carne, y los cubriré de piel; les daré aliento de vida, y así revivirán. Entonces sabrán que yo soy el Señor”.
Tal y como el Señor me lo había mandado, profeticé. Y mientras profetizaba, se escuchó un ruido que sacudió la tierra, y los huesos comenzaron a unirse entre sí. Yo me fijé, y vi que en ellos aparecían tendones, y les salía carne y se recubrían de piel, ¡pero no tenían vida! Entonces el Señor me dijo: “Profetiza, hijo de hombre; conjura al aliento de vida y dile: Esto ordena el Señor omnipotente: Ven de los cuatro vientos, y dales vida a estos huesos muertos para que revivan”. Yo profeticé, tal como el Señor me lo había ordenado, y el aliento de vida entró en ellos; entonces los huesos revivieron y se pusieron de pie. ¡Era un ejército numeroso! (vea también Apocalipsis 11:11)
En primer lugar, hay una alineación divina de los huesos. Esta alineación significa que cosas se están poniendo en su lugar correcto. Los huesos son movidos y se unen. Cuando nos volvemos a Dios en arrepentimiento nos alineamos y estamos unidos al resto del cuerpo.
Una vez que la alineación adecuada ocurre, entonces Dios revive el cuerpo dándole un soplo de vida. Esto es entonces cuando Dios da vida y despierta a Su pueblo. Es un segundo día glorioso.
Pero entonces Dios continúa moviéndose y finalmente no sólo está el cuerpo lleno de vida nueva, sino que luego se para donde está en sus pies ¡un ejército grande en extremo!
Dios nos está haciendo mover más allá de un avivamiento personal y corporativo a un lugar de avance como Su gran ejército en la tierra. Aquí es donde estamos tan llenos y rebosando en el segundo día que ahora el poder de Dios, y el desbordamiento de la gloria y la gracia de nosotros a todo el mundo que nos rodea. Ahora empezamos a vivir delante de Dios en el “poder de la resurrección”. Aquí es donde nos movemos en Su dominio y autoridad del Reino para ver Su poder ir adelante al mundo que nos rodea. ¡Esto pasa cuando nos levantamos del piso de "empaparnos en Su presencia" a ser movilizados, equipados y capacitados para hacer grandes y poderosas hazañas!
¡Este es el TERCER DIA!
Lluvia Fuerte Tardía - Es Hora para Su Plena Madurez y Cosecha
Entonces Oseas profetiza, “Conozcamos al Señor; vayamos tras su conocimiento. Tan cierto como que sale el sol, él habrá de manifestarse; vendrá a nosotros como la lluvia de invierno, como la lluvia de primavera que riega la tierra”. (Oseas 6:3 NVI)
Mientras no movemos hacia el tercer día veremos el desatar de la lluvia fuerte tardía.
En Joel 2:23, mientras que el pueblo rendía sus corazones y se arrepientan totalmente a Dios, vemos a Dios no sólo restaurando a Su pueblo espiritualmente, sino incluso las lluvias estacionales. Cuando Israel se rebeló, perdieron sus cosechas y las lluvias estacionales fueron sacadas fuera de sincronía. Mientras Dios restaura la lluvia temprana y la tardía vemos algo glorioso suceder.
En Joel 2:24-26, Dios hace que las eras se llenarán de trigo y los lagares rebosarán de vino y de aceite.
Había dos lluvias anuales en Israel. La lluvia temprana y la lluvia tardía. Ambos tenían un objetivo importante y llegaban en un determinado momento y temporada. La lluvia temprana bajaría alrededor de septiembre u octubre. Su propósito era suavizar el terreno para que las semillas pudieran ser plantadas. La lluvia tardía bajaría alrededor de abril. Esta lluvia vino con el único propósito de llevar la cosecha a la madurez.
Oseas específicamente profetiza acerca de la lluvia tardía. Esta es la lluvia de la cosecha. Dios está trayendo a Su pueblo a un lugar de la cosecha. La cosecha habla de completa madurez. A medida que la Iglesia comienza a vivir en el poder de la resurrección verdadera, no sólo el pueblo de Dios vendrá a una plena madurez, sino que la cosecha completa de almas vendrá. Estamos en la temporada de la lluvia tardía en el que Dios está trayendo a Su pueblo a la madurez, por lo que estaremos plenamente autorizados para recoger la cosecha de los últimos días en la tierra.
Es tiempo de cambiar y movernos con el Espíritu Santo a la próxima temporada. Mientras Dios nos revive, también tenemos que seguir con Él fuera de nuestros suelos cómodos de la iglesia a un mundo donde el poder de Su resurrección será visto. Prepárate para ser parte de la Iglesia del Tercer día que Dios está levantando en estos últimos días.
Arrepiéntete, se revivido y despierta, y luego sé levantado en poder para ir adelante en la época de la lluvia tardía para traer la cosecha de los últimos días. Tú fuiste creado para ser parte del gran ejército de Dios para salir y liberar Su poder y gloria en el mundo que te rodea.
Matt Sorger Ministries