“A yegua de los carros de Faraón
Te he comparado, amiga mía.
Hermosas son tus mejillas entre los pendientes,
Tu cuello entre los collares.
Zarcillos de oro te haremos,
Tachonados de plata.
Mientras el rey estaba en su reclinatorio.
Mi nardo dio su olor.
Mi amado es para mí un manojito de mirra,
Que reposa entre mis pechos.
Racimo de flores de alheña en las viñas de En-gadi
Es para mí mi amado.
He aquí que tú eres hermosa, amiga mía;
He aquí eres bella; tus ojos son como palomas.
He aquí que tú eres hermoso, amado mío, y dulce;
Nuestro lecho es de flores.”
Cantares 1:9-16
La “sulamita” es uno de los personajes más alusivos a la Novia de Cristo. Es el personaje que nos eleva el Romanticismo y nos ubica en un romance novelesco entre el rey Salomón y la joven morena de Sunem. El Cantar de los cantares es el poema de Salomón que nos describe el proceso de enamoramiento de la jovencita sunamita y el novio rey. La doncella de la historia es conocida en el mismo libro como la“sulamita”, algunos piensan que en alusión al nombre de Salomón.
Escrituras connotadas señalan que la doncella del Cantar de los Cantares no es ni más ni menos que la dulce joven virgen llamada Abisag sunamita que le fue traída a David para darle calor en su vejez:
“Cuando el rey David era viejo y avanzado en días, le cubrían de ropas, pero no se calentaba.
Le dijeron, por tanto, sus siervos: Busquen para mi señor el rey una joven virgen, para que esté delante del rey y lo abrigue, y duerma a su lado, y entrará en calor mi señor el rey.
Y buscaron una joven hermosa por toda la tierra de Israel, y hallaron a Abisag sunamita, y la trajeron al rey.
Y la joven era hermosa; y ella abrigaba al rey, y le servía; pero el rey nunca la conoció.”
1 Reyes 1:1-4
Abisag bien pudo ser la “sulamita”, de Salomón y era también la virgen “sunamita” de David.
Posiblemente fue en el palacio donde Salomón la conoció y se enamoró de la doncella virgen de Sunem.
El Cantar de los Cantares nos revela poco a poco un amor romántico entre un príncipe (el rey Salomón) y una doncella virgen, candidata a ser la esposa preferida de él.
En el poema de amor, Salomón nos desnuda el corazón de los dos enamorados, quienes nos muestran al paso del proceso de enamoramiento cómo su amor va creciendo y madurando para convertirse en el amor pleno y sin par de la novia por el novio, del esposo por la esposa amada.
“Yo soy de mi amado, y mi amado es mío; El apacienta entre los lirios.”
Cantares 6:3
Esta bella historia de palacio es una alusión extraordinaria y simbólica del romance entre Jesucristo nuestro verdadero Salomón y la “doncella virgen y morena” de su corazón, la Iglesia. Este último romance va creciendo día a día hasta hacer una diferencia tan grande entre la Doncella y otras doncellas (Religiones). El amor de Cristo por su Novia es cada día tan fuerte que ella va dejando madurar su amor por El, al punto de no poder vivir más sin El. Este amor apasionado les llevará a la intimidad más profunda y a las Bodas más gloriosas de todo el Universo: Las Bodas del Cordero. ¡Aleluya!
“Sesenta son las reinas, y ochenta las concubinas,
Y las doncellas sin número;
Mas una es la paloma mía, la perfecta mía;
Es la única de su madre,
La escogida de la que la dio a luz.
La vieron las doncellas, y la llamaron bienaventurada;
Las reinas y las concubinas, y la alabaron.”
Cantares 6:8-9
El Novio
Salomón el escritor y protagonista enamorado nos describe a la sulamita así:
1. Morena codiciable
2. Admirada por el sol
3. Hermosa entre las mujeres
4. Bella y elegante como yegua de Faraón.
5. De mejillas hermosas entre los pendientes.
6. De hermoso cuello entre los collares.
7. Perfumada de nardo puro.
8. Amiga suya y compañera.
9. De bellos ojos como palomas
10. Como lirio entre los espinos; sobresaliente
11. Cual paloma majestuosa
12. De dulce voz y hermoso aspecto.
13. Anhelante del amor y presencia de su amado.
14. Como columna de humo perfumado
15. Sahumada de mirra, incienso aromático y polvo aromático
16. De cabellos hermosos cuales manadas de cabras
17. De dientes lindos como manada de ovejas trasquiladas
18. De labios sensuales como hilo de grana
19. De mejillas bellas como cachos de granada detrás de su velo
20. De cuello firme y elegante como la torre de David
21. Con pechos deleitosos y firmes como gemelos de gacela
22. Doncella sin mancha
23. Esposa amada y hermana.
24. La más hermosa de todas las mujeres.
25. Deseada como Jerusalén
26. Bella como Tirsa
27. La Perfecta del rey.
28. Huerto cerrado, fuente cerrada y sellada es la virgen doncella.
29. Hermosa como la luna
30. Esclarecida como el sol
31. Imponente como ejércitos en orden
32. La sulamita
33. De hermosos pies en las sandalias
34. Hija de príncipe
35. De muslos contorneados como joyas
36. Obra de mano de excelente maestro
37. De ombligo apetitoso como taza redonda y siempre lleno
38. De vientre fértil como montón de trigo cercado de lirios
39. De ojos profundos y refrescantes como estanque de aguas
40. De nariz perfilada como la torre del Líbano
41. De cabeza de reina, elegante y firme como el Carmelo
42. Con cabello majestuoso y largo como la púrpura del rey suspendida entre los corredores.
43. Hermosa y suave; amor deleitoso
44. De elevada estatura como palmera y de pechos deleitosos.
45. De agradable paladar y de grato olor en su boca.
46. La que atrae al rey.
“Vuélvete, vuélvete, oh sulamita;
Vuélvete, vuélvete, y te miraremos.
¿Qué veréis en la sulamita?
Algo como la reunión de dos campamentos.
¡Cuán hermosos son tus pies en las sandalias, Oh hija de príncipe!
Los contornos de tus muslos son como joyas,
Obra de mano de excelente maestro.
Tu ombligo como una taza redonda
Que no le falta bebida.
Tu vientre como montón de trigo
Cercado de lirios.
Tus dos pechos, como gemelos de gacela.
Tu cuello, como torre de marfil;
Tus ojos, como los estanques de Hesbón junto a la puerta de Bat-rabim;
Tu nariz, como la torre del Líbano,
Que mira hacia Damasco.
Tu cabeza encima de ti, como el Carmelo;
Y el cabello de tu cabeza, como la púrpura del rey
Suspendida en los corredores.
¡Qué hermosa eres, y cuán suave,
Oh amor deleitoso!
Tu estatura es semejante a la palmera,
Y tus pechos a los racimos.
Yo dije: Subiré a la palmera,
Asiré sus ramas.
Deja que tus pechos sean como racimos de vid,
Y el olor de tu boca como de manzanas,
Y tu paladar como el buen vino,
Que se entra a mi amado suavemente,
Y hace hablar los labios de los viejos.”
Cantares 6:13; 7:1-9
Es maravillosamente reconfortante saber que Salomón fue inspirado por el Espíritu Santo para hacer este poema a la “sulamita”, la doncella virgen “sunamita”, aludiendo definitivamente a La Novia de Cristo, la Doncella Virgen del Señor. Cada expresión romántica de asombro y enamoramiento de Salomón, era en realidad lo que Jesucristo le quería decir a Su Amada Novia, la Iglesia. Ella es en verdad. “La Paloma Mía” del Rey de Reyes.
“Prendiste mi corazón, hermana, esposa mía;
Has apresado mi corazón con uno de tus ojos,
Con una gargantilla de tu cuello.
¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía!
¡Cuánto mejores que el vino tus amores,
Y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!
Como panal de miel destilan tus labios, oh esposa;
Miel y leche hay debajo de tu lengua;
Y el olor de tus vestidos como el olor del Líbano.
Huerto cerrado eres, hermana mía, esposa mía;
Fuente cerrada, fuente sellada."
Cantares 4:9-12
Y ella… la Novia
El libro de los Cantares de Salomón también nos señala magistralmente el amor de ella por el rey, amor que va creciendo progresivamente con pasión desmedida.
“Como el manzano entre los árboles silvestres,
Así es mi amado entre los jóvenes;
Bajo la sombra del deseado me senté,
Y su fruto fue dulce a mi paladar.
Me llevó a la casa del banquete,
Y su bandera sobre mí fue amor.
Sustentadme con pasas, confortadme con manzanas;
Porque estoy enferma de amor.
Su izquierda esté debajo de mi cabeza,
Y su derecha me abrace.
Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén,
Por los corzos y por las ciervas del campo,
Que no despertéis ni hagáis velar al amor,
Hasta que quiera.”
Cantares 2:3-7
Este amor apasionado y romántico por El, el verdadero Rey, es el que debe volver a la Casa de Dios.
Personalmente creo que el Espíritu Santo está preparando cada día más a la Iglesia como una Novia para Jesús. El Romanticismo por El está creciendo y el amor madurará de la Novia hacia el Esposo Amado.
En la persona de la “sulamita” el Espíritu del Señor nos describe profética y poéticamente lo que la Iglesia Novia de Cristo hablará, pensará y esperará de El. El es para la Sulamita esto:
1. Aquel cuyo amor es mejor que el vino
2. Aquel de besos deleitosos.
3. Aquel de nombre exquisito como ungüento derramado.
4. Aquel a quien las doncellas aman.
5. El anhelo de la sulamita.
6. Un manojillo de mirra.
7. El amado.
8. Un racimo de flores de alheña.
9. El hermoso amado y dulce.
10. Como manzano entre los árboles silvestres.
11. Aquel cuyo fruto es dulce al paladar.
12. El que viene saltando sobre los montes y brincando sobre los collados.
13. Uno semejante al corzo o al cervatillo.
14. El que apacienta entre lirios.
15. El que ama su alma.
16. El amado blanco y rubio.
17. El señalado entre diez mil.
18. El de cabellos crespos y negros como el cuervo.
19. El de cabeza elegante como oro finísimo.
20. El de ojos como de palomas, perfectamente colocados.
21. El de mejillas perfumadas como especias y fragantes flores.
22. El de manos perfectas como anillos de oro.
23. El de cuerpo excelente y piernas torneadas como columnas de mármol y piernas escogidas y bellas.
24. El de paladar dulce y el personaje codiciable.
25. El amigo de la sulamita.
26. El que tiene su contentamiento en ella, en la sulamita, la virgen desposada de Sunem.
“Mi amado es para mí un manojito de mirra,
Que reposa entre mis pechos.
Racimo de flores de alheña en las viñas de En-gadi
Es para mí mi amado.”
Cantares 1:13-14
El enamoramiento progresivo de la sulamita de Su amado es muy evidente en el poema de Salomón. Así quiere Dios que la Novia de Cristo se enamore cada día más y más de El.
El amor de la doncella virgen de Cantares va creciendo al pensar en El y compartir con otras doncellas sobre la belleza de su novio y de la exquisitez de sus besos y aroma. Ella va “enloqueciendo” de amor y pasión al madurar sus sentimientos por El y al ver con cuánta dedicación y fuego el rey también la va amando.
Así crecerá el amor de la verdadera Sulamita, la Iglesia al entrar en contemplación de El y al hablar más y más de El.
La Iglesia extasiada por Su amor, soñará más con El y anhelará más Su Presencia. Ante ese deseo apasionado por El, por Su aroma y por Sus besos, ella lo buscará más y le gritará con el Espíritu: Ven Señor Jesús. ¡Aleluya!
"¿Quién es ésta que sube del desierto,
Recostada sobre su amado?
Debajo de un manzano te desperté;
Allí tuvo tu madre dolores,
Allí tuvo dolores la que te dio a luz.
Ponme como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo;
Porque fuerte es como la muerte el amor;
Duros como el Seol los celos;
Sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama.
Las muchas aguas no podrán apagar el amor,
Ni lo ahogarán los ríos..."
Cantares 8:5-7