Libro de Joel profetizaba que una generación de profetas escogidos se levantarla en la fierra antes del día del Señor, grande y terrible; toda una generación de soñadores y visionarios que andarían en medio de señales y prodigios.
Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y
profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos
soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones. Y también
sobre los siervos y sobre las siervas derramare mi Espíritu en
aquellos días. Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y
fuego, y columnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la
luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de
Jehová. Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová sera
salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación,
como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado
Joel 2:28-32
Una oleada de la gloria de Dios está rompiendo sobre el Cuerpo de Cristo. La marea ha estado subiendo durante años. Frescas revelaciones de la gracia y la misericordia de Dios han dado a luz un movimiento sin paralelo de oración intercesora que continúa creciendo. Una mayor liberación de los dones de Dios sobre su pueblo lleva a una más completa restauración de su presencia y su poder manifiestos en medio de su Iglesia En la nueva generación de profetas, las señales y los prodigios no estarán limitados a unos pocos escogidos ni a un puñado de personas especiales, sino se manifestarán más ampliamente por todo el Cuerpo de creyentes.
Este es el destino profético de esa generación. La oleada de la gloria de Dios romperá “la cubierta de bronce” que ha encerrado la Tierra. La maldición será levantada, los cielos se abrirán nuevamente, el “día del poder de Jehová” será revelado, y El aparecerá en su gloria en Sion. Dios ha elegido una nueva generación para poner sobre ella su presencia profética como precursora para preparar la aparición de Cristo en gloria.
Esta generación precursora será la vanguardia de de un despertar global como no ha habido otro en la historia. Llegará el tiempo en que la unción de Sudamérica se unirá a la de Norteamérica en el nombre de Jesús. Las estrategias del Norte se unirán con el poder puro del Sur, y surgirá un nuevo movimiento de liberación. Las gracias del Oriente y el occidente se fundirán mientras se levanta oración sacrificial por la ventana 40/70.
Aún ahora mismo se está abriendo una ventana de liberación divina de naturaleza global. El llamado es lanzado. ¿Lo escucha usted? La pasión y el poder en el nombre de Jesús llevan a la ruptura de maldiciones, ataduras de alma y afectos emocionales equivocados del pasado, y a la liberación de los espíritus de locura, espíritus inmundos e idolatría. Como lo hizo en el templo hace ya tanto tiempo, Jesús está invadiendo su Iglesia para limpiar su casa por amor a su nombre, Una nueva generación de profetas está naciendo. El destino espiritual de la Iglesia se está restaurando.
Lo profético ayuda a preparar el camino para los propósitos de Dios en una generación y, en última instancia, para la venida de Cristo. Según el libro de los Hechos, Jesús no regresará hasta que haya venido la plenitud de los tiempos y todas las profecías antiguas se hayan cumplido.
Así que, arrepentíos y convertíos para que sean borrados
vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor
tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes
anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba
hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, que
habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde
tiempo antiguo
Hechos 3:19-21
Dios levanta una generación de profetas con el propósito de hacer que las promesas de los profetas de la antigüedad se cumplan por medio de la oración. Lo profético abre la puerta a la restauración, que a su vez prepara el camino para la venida de Cristo. De esta manera, una generación de profetas ayuda a la Iglesia en general a prepararse para ser la Esposa de Cristo.
¿Será testigo esta generación de la segunda venida de Cristo? Solo Dios Padre lo sabe. Él solo determinará si la aparición en gloria de Cristo entre su pueblo en este día es una renovación histórica de su presencia manifiesta o el regreso literal, visible, en el que partirá el cielo oriental. De una manera u otra, el Padre está derramando su unción profética, como aceite fragante, sobre la Esposa de Cristo, para prepararla para la llegada del Esposo.
El Señor está montando su caballo para la guerra santa y está emitiendo su llamado. ¿Cabalgará usted con Él para ser parte de sus propósitos para una nueva generación de profetas?