“Mira y hazlos conforme al modelo que te ha sido mostrado en el monte”
Éxodo 25.40
Éxodo 25.40
A. LO QUE ES MODELO
LA DOCTRINA DE LOS APOSTOLES
“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles…” (Hch. 2.42)
¿Qué doctrina?
En ese tiempo solo contaban con el Antiguo Testamento, no se habían escrito los evangelios, mucho menos las epístolas. En el contexto del Nuevo Testamento la doctrina de los apóstoles se refería a la manera en que vivían, la manera en que se comportaban, sus actitudes, relaciones y carácter personal.
Jesús empleó unos tres años y medio en enseñarles la manera en que el Padre quería que sus hijos se comportaran. No sólo moldeó los pensamientos de Sus discípulos, sino también sus vidas. Les enseñó a través del ejemplo y de los preceptos. Lucas narró “acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a HACER Y ENSEÑAR” (Hch. 1.1). Los discípulos fueron animados a seguir Su ejemplo, a vivir como Jesús vivió. Así fue como Su vida vino a ser el patrón de la vida de los apóstoles.
EL ENFASIS DE CRISTO
Mateo registra en los capítulos 5,6 y 7 una síntesis acerca de las enseñanzas de Jesús a sus discípulos, en lo que comúnmente conocemos como el Sermón del Monte, ¿Qué les enseño aquí?, no les hablo del cielo, ni de la eternidad, les habló de la vida aquí en la tierra y de la manera correcta en la que deberían comportarse y vivir, les enseño las consecuencias del enojo contra un hermano, a cuidar la forma en que le hablamos y lo tratamos, a no codiciar a una mujer, a mantenerse fiel en el matrimonio, el amor hacia los enemigos, la forma de orar, etc., les enseño a vivir. El énfasis de sus enseñanzas era el carácter, el estilo de vida, su cultura.
El problema de la iglesia hoy en día es que no enseñamos a vivir, ¿qué le enseñamos a la gente?, les enseñamos a orar, lo cual es importante, les enseñamos del cielo, de la segunda venida de Cristo, del Salmo 23,… pero cuando la gente sale del servicio, lo que ha escuchado poco le sirve par su vida cotidiana, al enfrentar las diferentes circunstancias de la vida.
Debemos entender que la fuerza de nuestro ministerio está en el discipulado, Jesús no dijo “id y haced reuniones en todas las naciones”, no dijo “id y construid templos en todas las naciones”, ¿Qué dijo Jesús? “id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo”, con el objetivo de “Enseñarles”, pero ¿enseñarles qué?, a vivir. “Enseñándoles que guarden todas las cosas que yo os he enseñado”. Y cuál es el énfasis de la enseñanza de Jesús, el estilo de vida en el Reino de Dios, reconociendo y sometiendo nuestras vidas bajo el señorío de Cristo.
SEGUIR UN MODELO ES MIRAR Y HACER
¿Qué es lo que hay que mirar y hacer?, El modelo que Dios nos está mostrando. Dios pone modelos, pero nosotros generalmente hacemos las cosas a nuestra manera, hacemos solo lo que nos gusta, porque no estamos acostumbrados a seguir patrones o modelos, hacemos las cosas “como caiga”.
Dios le dijo a Moisés que había un modelo, por lo tanto le sentaba las pautas de que hacer y cómo hacerlo, para eso tenia que observar primero no solo ver sino poner atención en cada detalle de lo que debía hacer, porque no era hacer las cosas como el se recordaba solamente sino exactamente, seguir estrictamente el modelo que Dios le había mostrado en la revelación dada.
Dios quiere que Misión Cristiana El Calvario haga todo lo que El quiere, para eso debemos ser estrictos en esto, no de acuerdo a lo que nos gusta o a lo que nos parece solamente, ya que no necesariamente tenemos que estar de acuerdo a lo que Dios nos manda, hay cosas que son de Dios y que no nos van a gustar.
El ejemplo de Jonás cuando Dios le revela ir a predicar a Ninive, lo que menos sintió Jonás fue paz, sino sintió miedo y descontento al punto de que huyó. Por eso seguir el Modelo de Dios es hacer las cosas conforme a su palabra y no conforme nos gusta.
Hemos predicado un evangelio acomodado a la gente, a sus intereses y a sus emociones por eso muchas veces enseñamos a la gente a hacer las cosas cuando “sienten paz”, decimos si siente paz hágalo es que es de Dios, pero no necesariamente tenemos que sentir paz cuando debemos obedecer la voz de Dios, como en el caso de Jonás que vimos, porque en muchos casos la voluntad de Dios nos confronta y nos exige cambios radicales en nuestra manera de vivir y de actuar lo cual la mayoría de veces no nos va a gustar.
El Modelo A Seguir es para hacerlo, no solo para conocer qué es lo que Dios quiere para nosotros, sino ejecutarlo y alcanzarlo, necesitamos ser gente que hagamos las cosas que El ha dicho que debemos hacer. Dios no quiere que solo sepamos su voluntad sino que la habamos. Ya que no solo tenemos el mandato de hacerlo sino también el poder para hacerlo.
Debemos aprender a ver El Modelo como un todo y no de una manera parcial donde por ver algo parcial auque sea parte de un todo, pero eso hace que no habamos las cosas correctas y completas. (Ejemplo: los ciegos con el elefante).
B. EL MODELO DE JESUS
Nuestro Modelo por excelencia es Cristo, El mismo se coloca como un Modelo a seguir ya que en Mateo 11.29 vemos que dice “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”, en otras palabras aprendan la misma forma de vida, la forma en que me comporto y reacciono ante las circunstancias. La palabra “aprended” no se refiere al simple hecho de adquirir un conocimiento, de conocer su forma de ser, sino mas bien al hecho de aprender para imitar, y que esa misma forma de vivir la apliquemos a la nuestra.
Hoy en día hemos visto una verdad a medias, usamos el texto del verso 28 “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”, eso es correcto pero el siguiente versículo que leímos anteriormente encontramos que el verdadero descanso espiritual lo podemos alcanzar cuando el estilo de vida de Cristo lo hacemos nuestro estilo de vida.
El apóstol Pablo nos dice “Sed imitadores de mí, así como yo de Cristo” (1 Corintios 11.1), él se había convertido en un ministerio imitador de Cristo, eso le hacia tener la solvencia de decirle a otros que lo imitaran a él, su vida se parecía a la de Cristo, su hablar, su actuar, su entrega, etc.. A pesar de que el apóstol Pablo recibía mucha revelación y conocimiento de la Palabra, el énfasis de su ministerio no estaba en eso sino en el hecho de que su vida se parecía a la de Cristo. El evangelio tradicional nos ha enseñado a valorar las cosas con prioridades cambiadas, hemos creído que adquiriendo mucho conocimiento o con activar intensamente, hemos alcanzado el éxito ministerial, pero el éxito para el ministerio de Pablo era refutar todas las demás cosas como perdida por el eminente conocimiento de Cristo, porque ese conocimiento era para imitarlo, para parecerse a Cristo cada día más.
C. EL MODELO DE MINISTERIO
DIOS MISMO PONE MODELOS
A Dios mismo le gusta ponernos modelos a seguir, significa, aprender de ellos, aprender como actuaron, como vivieron, como se comportaban, como alcanzaron las promesas y las metas. Significa que a Dios le gusta que aprendamos de El, pero también que aprendamos de los siervos que El a enviado a nosotros.
En Isaías 51.2 dice: “Mirad a Abraham vuestro padre, y a Sara que os dio a luz…”
El mismo Dios no dice mírenme a mi, sino El pone a personas como modelos, los pone como ejemplo de cómo los bendijo, de cómo se manifestó en ellos, en otras palabras “Yo quiero bendecirlos, Yo quiero multiplicarlos”, pero para alcanzar esas bendiciones es necesario aprender de esos modelos para imitar sus acciones, imitar su fe.
Gedeón es otro ejemplo que no enseña la palabra de un siervo que se pone como modelo para que el pueblo aprenda de él y haga como él lo hace. Jueces 7.17 “Miradme a mí, y haced como hago yo… haréis vosotros como hago yo.”
El ejercito que seleccionó Dios para acompañar a Gedeón fue gente que Dios sabia que serían capaces de seguir un modelo, los que vencieron a sus enemigos, fueron aquellos que habían aprendido a seguir a ese modelo. Los enemigos serán confundidos y la gloria de Dios manifestada cuando un pueblo sepa pelear por dirección de Dios y de Su representante “¡Por la espada de Jehová y de Gedeón”.
EL PASTOR COMO MODELO
El Espíritu Santo nos esta enseñando a caminar en la manera correcta como discípulos de Dios. Una de sus maneras para lograrlo es por medio de hombres piadosos que nos guíen en el camino, “Vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor…” (1 Tesalonicenses 1.6).
Algunos Pastores de alguna manera han contribuido con el problema de la falta de formación de los líderes, debido a que tienen información, pero no un estilo de vida por causa de la falta de Modelos a seguir. Cuantos pastores cuando alguien les busca queriendo dirección o porque los mira como ejemplos, le dicen “No me siga a mí. ¡Siga al Señor!”. Aunque su razonamiento sea bíblico, basado en Efesios 5.1 que Dice: “Sed, pues, imitadores de Dios…”, es seguro que las instrucciones que el Pastor de, de “seguir solamente al Señor” frustran y confunden a mucha gente que esta buscando el liderazgo espiritual palpable que debe proveerles el Pastor.
Se puede dar que los hermanos de la iglesia oren en relación de su Pastor, “Señor esconde al Pastor detrás de la cruz, para que no podamos ver a nadie más que a ti” y así será, en realidad, así jamás verán al Pastor y no estoy tan seguro que vean al Señor tampoco. Ambos estarán escondidos. No seguirán al Pastor ni al Señor tampoco.
Este es un dilema que confronta a todos los cristianos, ¿hasta adónde seguimos el liderazgo de los hombres y en que lugar comenzamos a seguir a Dios? Porque aunque muchos cristianos llenos del Espíritu tienen temor de admitir que siguen a hombres y prefieren decir: “Yo no sigo a nadie más que al Señor”, la verdad es que, con mayor o menor intensidad, todos seguimos a hombres que nos guían en los caminos del Señor.
LA NECESIDAD DE TENER EJEMPLO
Parafraseando lo que dijo Pablo en 1 Corintios 11.1, “Sed imitadores de mí, como también yo lo soy de Cristo” de la siguiente manera: Sígueme. Si no sabes como comportarte de la manera en que el Señor quiere que lo hagas, entonces obsérvame y aprenderás a hacerlo”. Eso nos suena al principio como si estuviéramos jactándonos de nosotros mismos.
La verdad es, que la mayoría de nosotros que estamos en una capacidad de líder no deseamos decir eso, nos sentiríamos extraños, pero Dios tiene que poner cierta clase de presión en nosotros hasta que tomemos la posición de que con la ayuda de Dios, trataremos de ser un ejemplo para aquellos que buscan nuestro liderazgo.
En 1 Corintios 4.16 Pablo vuelve a decir: “Por tanto, os exhorto: Sed imitadores de mí”. Hay ocasiones en las que no podemos seguir al Señor porque no conocemos sus caminos lo suficientemente bien para hacerlo.
Es bueno comenzar a ver que no hay nada malo en que un líder de Dios diga: “Sígueme. Haz lo que yo hago”. Ninguno de nosotros sabe seguir a Dios cuando no hemos caminado con El, por eso necesitamos a alguien que nos enseñe la manera de caminar.
Tenemos por necesidad que caminar muy de cerca y por un largo tiempo con un hombre para poder imitar sus propósitos. Esto no lo aprendemos en el sermón de los domingos, escuchando una cinta, o leyendo un libro. Viene por medio de una relación de compromiso. En el caminar juntos a través de muchas situaciones, aprendemos a imitar la conducta, la fe y el amor del hombre de Dios.
El objetivo en la imitación de nuestros líderes es el crecimiento y la madurez suficientes para que podamos seguir al Señor. Dios quiere que cuando la gente nos vea a nosotros, le conozcan a El. Que cuando nos oigan, sepan que estamos hablando por El.
EL SÍNDROME CORINTIO
El problema que por muchas generaciones ha plagado a los cristianos es el de usar las relaciones que Dios da para propagar división, edificar reinos propios y alcanzar ambiciones egoístas. A esto podríamos llamar “el síndrome corintio”.
¿Habrá algún peligro en seguir a los hombres? Sí, y muchos. Pero el problema de los corintios no vino de seguir a los hombres, si no en no saber cómo hacerlo.
Aunque los corintios decían ser seguidores de Pablo, Pedro, Apolo, y aún de Cristo (1 Corintios 1.12), la verdad es que no lo eran. Ellos no habían recibido sus actitudes de división y espíritu sectarista de ninguno de estos hombres o de Cristo. Su conducta reflejaba lo que habían sido, y no el nuevo hombre en lo que se estaban convirtiendo (1 Corintios 3.3). Si los corintios hubiesen imitado a Pablo sus enseñanzas y acciones, como Pablo imitó a Cristo (1 Corintios 11.1), ellos se hubiesen visto libres de sus actitudes sectaristas.
La relación nuestra con otros hombres de Dios debe de fortalecer y sustentar a las otras piedras vivas. La actitud egoísta que entró en los discípulos de Jesús vino por falta de visión de que Dios esta edificando un templo integrado. “Mira, nosotros hemos dejado nuestras casas y te hemos seguido” (Lucas 18.28). Claramente implicado Pedro pregunta al Señor los beneficios que obtendría por haberle seguido. Jacobo y Juan también querían sentarse a la izquierda y a la derecha del trono de Jesús (Mateo 20.21). Y Jesús tuvo que reprender a sus discípulos cuando querían mandar fuego sobre toda una ciudad, (Lucas 9.54). Estaban preocupados con las ventajas que obtendrían al seguir a Jesús y la posición que ocuparían en su reino. Si nuestras relaciones con los hombres de Dios son motivadas por un deseo de obtener, en vez de dar, estaremos destruyendo el templo de Dios.
D. LA IGLESIA COMO MODELO
La voluntad de Dios es que toda la iglesia sea un modelo para la sociedad, así que los pastores son un modelo para la iglesia, así la iglesia crece no solo por la instrucción sino por los modelos, y luego así la iglesia se transforma en un modelo para la sociedad.
En 1 Tesalonicenses 1.5-7 encontramos una iglesia que había llegado a ser imitadora de los apóstoles “Vosotros vinisteis a ser imitadores de nosotros y del Señor”. Habla de un proceso de aprendizaje al punto de llegar a hacer las mismas cosas que hacían los apóstoles y el Señor, pero no se quedaron allí, sino que el aprender a seguir modelos los convirtió a ellos en modelos también, “de tal manera que habéis sido ejemplo a todos los de Macedonia y Acaya”.
Vemos entonces que Pablo era imitador de Cristo, Tesalónica era imitadora de Pablo y Macedonia y Acaya eran imitadoras de Tesalónica. La iglesia primitiva se desarrollaba bajo el concepto de seguir modelos, esto implicaba aprender de ellos y hacer las cosas que ellos hacían, esto hacía que fuera una iglesia expansiva, una iglesia fructífera, una iglesia que verdaderamente reflejara a Cristo ya que El era el punto principal y central de modelaje. La vida de la iglesia se basaba en el estilo de vida de Cristo evidenciado por los discípulos de cada una de las iglesias. Cada uno de ellos era un ejemplo de los que una vida puede llegar a ser cuando el Señor Jesús la controla. Cada cristiano se convirtió en un embajador o representante del Reino de Dios. Representaba al gobierno de su maestro por dondequiera que iba. Su conducta, conversación, actitudes y estilo de vida proclamaban el Reino de Dios a la sociedad que los rodeaba.
La sociedad necesita la oración, la evangelización, son sumamente necesarios, pero sobre todo necesita un modelo. Dios quiere decirle a la sociedad a través de la iglesia: “Yo quiero que Guatemala sea como es mi iglesia, ella es el modelo para toda la sociedad”.
La sociedad necesita hombres que no mienten, que son honrados, que no roban, que no son corruptos, y la iglesia tiene que ser el modelo.
Si el individualismo del mundo está en la iglesia, la iglesia no es modelo. Si la avaricia de la sociedad están en la iglesia, la iglesia no es modelo, si las enemistades que están en el mundo están en la iglesia, la iglesia no es modelo.
La iglesia se transforma en modelo cuando vive la Palabra, cuando hay maridos que aman a sus esposas, cuando las esposas respetan y se sujetan a sus maridos, cuando lo hijos honran a sus padres y le obedecen. La iglesia se transforma en modelo para la sociedad cuando es un modelo diferente al del mundo, humilde, manso, que sabe amar, perdonar, que dice la verdad, etc. Allí la iglesia se transforma en sal de la tierra y luz del mundo.
El mundo no quiere creer más en palabras, el mundo quiere ver, quiere ver a Cristo y necesita conocer a Cristo pero lo va a conocer a través de una iglesia que ha aprendido a seguir a su modelo por excelencia, Cristo el Señor.