“EL CARÁCTER DE UN PROFÉTA”
Para ser buenos Ministros proféticos competentes, debemos entender
que en algún momento, tarde o temprano, Dios nos hará descender a “Casa
del Alfarero”, él Señor va a buscar la forma y el lugar, en que pueda
amasarte y moldear, preparar tu barro para el gran momento, cuando él te
de la forma de acuerdo a tu llamamiento (Jeremías 18:2-6). Y con esto
quiero aportar que todos los procesos son similares, y la diferencia es
el gran factor, es nuestro DON REDENTIVO.
Cuando el profeta Jeremías
recibió estas palabras proféticas, el pueblo de Israel pasaba un caos.
¿Y porque el Señor iba a utilizar como método correctivo “El Taller del
Maestro”, porque él Señor quiere acercarnos a su presencia y su forma es
llevarnos a la “Casa del Alfarero”, su forma es un poco dolorosa para
nuestros cuerpos viciados y sometidos a la “ley del pecado”. Pero es la
gran oportunidad para que sea liberado nuestro espíritu. En el Taller
del M
aestro lloramos y sufrimos cada vez
que el artesano o alfarero, fusiona sus manos en nuestro barro, pero él
sabe que en poco tiempo, eso lodo desprovisto de atractivo, luego es un
hermoso elemento que será utilizado para lo que “halla sido creado”
.Porque no todas las vasijas son iguales, no son del mismo tamaño y no
tienen los mismos adornos.
Y estamos en condiciones de decir que en
la Casa de Dios, hay diversos tipos de elementos que él ha ido
formando. Y lo interesante es que son distintos. (Por eso nunca debemos
pretender que otros pasen por nuestras experiencias y fracasos). Ellos
tendrán su propio destino en las “Manos del Alfarero”. Él Señor quiere
que seamos sus representantes en la tierra. ¿Pero como lo hará? De la
única manera haciéndonos descender a la “Casa del Alfarero”
El
problema que nos hemos rehusado al trato de Dios (Pero aquí nos existe
la “voluntad humana”, es por eso que fracasamos en el Taller, la vasija
salió mala y se echo a perder y él maestro Alfarero la tiene que volver
hacer de nuevo, entonces la rompe hasta el polvo y la empieza hacer
nueva conforme a su parecer que es “su voluntad”…
aestro lloramos y sufrimos cada vez
que el artesano o alfarero, fusiona sus manos en nuestro barro, pero él
sabe que en poco tiempo, eso lodo desprovisto de atractivo, luego es un
hermoso elemento que será utilizado para lo que “halla sido creado”
.Porque no todas las vasijas son iguales, no son del mismo tamaño y no
tienen los mismos adornos.
Y estamos en condiciones de decir que en
la Casa de Dios, hay diversos tipos de elementos que él ha ido
formando. Y lo interesante es que son distintos. (Por eso nunca debemos
pretender que otros pasen por nuestras experiencias y fracasos). Ellos
tendrán su propio destino en las “Manos del Alfarero”. Él Señor quiere
que seamos sus representantes en la tierra. ¿Pero como lo hará? De la
única manera haciéndonos descender a la “Casa del Alfarero”
El
problema que nos hemos rehusado al trato de Dios (Pero aquí nos existe
la “voluntad humana”, es por eso que fracasamos en el Taller, la vasija
salió mala y se echo a perder y él maestro Alfarero la tiene que volver
hacer de nuevo, entonces la rompe hasta el polvo y la empieza hacer
nueva conforme a su parecer que es “su voluntad”…