lunes, 17 de diciembre de 2012

El Protocolo Profético Por Cliff Bell


  

El Protocolo Profético
Por Cliff Bell

1. ¿QUÉ ES EL PROTOCOLO? 
 El “Protocolo” es un código establecido de etiqueta o comportamiento. O sea, es la forma establecida, correcta y ordenada de hacer las cosas. EL PROTOCOLO PROFÉTICO es un código de comportamiento o etiqueta que provee pautas claras para la ministración efectiva,. ordenada y ungida de una palabra profética.

a. 1ª Cor. 14:40; " pero hágase todo, decentemente y con orden. Dios no es el Autor de la confusión, sino de paz."

b. Cuando un protocolo profético bueno es observado, se provee la habilidad máxima para que las personas que están siendo ministradas reciban el provecho máximo de la profecía.

c. Cada iglesia local necesita que se establezca un entendimiento claro del protocolo profético a seguir.

2. EL PROPÓSITO DEL PROTOCOLO PROFÉTICO

a. NO ES para limitar o apagar al Espíritu Santo.
b. ES para cumplir los siguientes propósitos:

i. Asegurar que todo sea hecho, y que sea hecho de una forma ordenada.
ii. Proteger al rebaño de los que pueden ser lobos disfrazados.
iii. Asegurar que las palabras acertadas puedan ser compartidas.
iv. Asegurar que todos que estén presentes puedan oír claramente
v. Demostrar respeto a Dios.
vi. Mantener correctas prioridades en un culto de la iglesia.
vii. Cooperar con Dios para cumplir Su visión y el propósito de la reunión.
viii. Crear un ambiente de seguridad y confianza a los santos para que puedan moverse en sus dones.

3.  EL DILEMA: Dios desea el orden. Al mismo tiempo, nos manda que todos usen sus dones.

a. Para poder desarrollar sus dones, los santos necesitan oportunidades para usarlos bajo cobertura y supervisión de sus líderes. (Heb. 5:14)

b. Siempre hay cierto riesgo de errores o abusos potenciales con la profecíasimplemente porque todos somos humanos. Mas los beneficios son más.

c. Un protocolo establecido ayuda a motivar al creyente a actuar.

d. CUANDO NO HAY UN PROTOCOLO ESTABLECIDO el pueblo hace una de dos cosas: (1) Nada, o (2) hacen lo que les parece bien en su propia estima que muchas veces resulta en problemas.

e. Dios no nos dio reglas fijas y estrictas para el uso de los dones. Pero sí nos dio pautas y principios a seguir.


4. EL PASTOR LOCAL ES RESPONSABLE DE DEFINIR Y ESTABLECER UN PROTOCOLOPROFÉTICO PARA SU CONGREGACIÓN.

Necesitamos lograr un equilibrio, usando los principios bíblicos para poder introducir un sistema que funcione para facilitar el fluir del Espíritu Santo a través del creyente.
Esto requiere que los pastores y el liderazgo comienzan a:

a. Valorar los dones espirituales lo suficiente para darles lugar.
b. Vencer el temor de perder el control.
c. Perder la obsesión con el pulpito. No es “mi iglesia” ni “mi ministerio.” La iglesia le pertenece a Cristo.
d. Enseñar y entrenar a los santos acerca de los dones.
e. Proveer oportunidades en las cuales los santos puedan ejercer y usar sus dones.
f. Movernos de nuestro lugar de comodidad (predicando y enseñando) y comenzar amovernos en nuestros dones para poder ser un ejemplo que otros puedan imitar. Cuando hay un protocolo establecido, los miembros equipados comenzarán amoverse en sus dones en una forma positiva y que edifica.

5. HONRAR AL PASTOR Y EL PROTOCOLO ES HONRAR A DIOS

a. El obedecer al pastor es obedecer a Dios. Hebreos 13:17: Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso.

b. A veces se oye, “pero es que el Espíritu Santo me constriñó hacerlo.”  El uso de estas palabras  es una manera común de  evitar el tomar la responsabilidad
.
c. 1ª Cor. 14:32 -Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas;

d. Lo mejor que podemos decir con relación a una persona que dice que reconoce la autoridad “de Dios” pero que no rinde cuentas a ninguna autoridad humana (delegada por Dios) es que está ignorante  y como una bomba de relojería espiritual listo para explotar. Sin corrección, se puede volver completamente bajo la influencia de los espíritus de rebeldía, Jezabel y de anti-Cristo.

6. LA DINÁMICA DE LA MINISTRACIÓN ESPIRITUAL

a. El cuerpo, alma y espíritu trabajan juntos cuando profetizamos. No apagamos las facultades mentales para poder profetizar.

B. El Espíritu Santo habla a nuestro espíritu humano redimido.

c. Éste, entonces, se registra en la mente como un pensamiento. La mente controla la boca que habla.

i. La mente es necesaria para juzgar lo que estemos percibiendo según la Palabra de Dios. (2ª Cor.10:5…y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo.)

d. Nuestro cuerpo (gestos, expresiones) también comunican.





7. UN MODELO DEL PROTOCOLO PROFÉTICO EN LA CONGREGACIÓN LOCAL

a. Es recomendable asignar una un administrador para la ministración profética durante los cultos.  Esta persona debe de ser:

i. Alguien en liderazgo, maduro, espiritualmente discernido, alguien que puede ejercer autoridad sin intimidar, que puede estar cerca del frente para servir como un “filtro” y supervisar la ministración profética.

ii. Debe estar posicionado para tener buen contacto visual con el que dirige la alabanza y con el pastor, y con acceso a un micrófono.

b. Los que creen que Dios les ha dado una profecía o un canto profético, pueden entonces acercarse a esta persona para compartir primero con él o ella lo que ha recibido.Si se discierne que la revelación es de provecho, pueden dar lugar para que seacompartida.

c. El administrador puede hacer preguntas discretamente y respetuosamente

d. Si el administrador discierne que la profecía no es de Dios, que no es de provecho, o que simplemente no fluye bien con lo que Dios está haciendo en el culto, entonces pueden gradecer a la persona por haber venido a compartir y pedirle que regrese a su asiento.

e. Cuando se discierne que una profecía es de Dios, y el tiempo es confirmado, se puede señalar al líder de alabanza para darles una oportunidad para compartir la palabra.

f. Rara vez es una profecía es tan urgente que no puede esperar un momento oportuno. Si acaso no se presenta el momento, siempre se puede escribir la palabra y entregarla al pastor de forma escrita.

g. La congregación tiene que ser entrenada para saber cómo acercarse al administrador o al pastor.

8. SOMETIENDO UNA PROFECÍA AL LIDERAZGO.

a. Use la humildad y el respeto. Nunca debamos acercarnos con una actitud negativa o de soberbia.

b. ANTES DE PASARSE AL FRENTE PARA MINISTRAR UNA PROFECÍA, CONSIDERELO SIGUIENTE:
                        i. Juzgue la fuente de la revelación. No presuma que usted no pueda equivocarse.
ii. Pregúntese si la revelación está de acuerdo con principios bíblicos.
iii. Pregúntese si la revelación sería de provecho y edificante.
iv. Piense por un momento lo que sería el resultado posible si comparte la revelación en público. Si el fruto potencial es negativo, no es de Dios. O tal vez, no es el tiempo correcto de compartirla. IMPORTANTE: El hecho de que haya recibido una revelación no implica que usted tiene autorización.
v. Considere que puede ser una palabra de confirmación personal sólo para usted mismo.
vi. Pida al Señor que le dé claridad con relación al tiempo de compartir la palabra, y cómo quiere Él que lo maneje.
 vii. Si la esencia de la profecía ya ha sido compartida de otra forma, no es necesario volverlo a repetir.
viii. No cambie el orden o el fluir de un servicio a menos que se le ha autorizado previamente.
ix. Si usted no puede tener paz hasta que la ha compartido, entonces escríbala, y entréguela al pastor o al administrador. Esto transfiere la responsabilidad de la profecía al pastor.
1. Entregando así profecías escritas al liderazgo le ayudará al pastor saber de cuál espíritu es usted.
2. La confianza tiene que ser ganada.
x. No se ofenda si no le dan la oportunidad de profetizar delante de la congregación.

La ofensa revela una falta de madurez.

9. LAS PROFECÍAS DE CORRECCIÓN
 a. Si usted continuamente piensa que está recibiendo revelación de los pecados de los demás, usted está escuchando la voz equivocada.
b. Cuando Dios nos habla, se enfoca en Su promesa, nuestro potencial, y Su propósito.
c. Aún el propósito de Dios para la disciplina es positivo, para traer restauración y reconciliación - nunca para humillar o avergonzar a nuestro hermano.
d. Demos examinar nuestras motivaciones.
e. Debemos preguntarnos si estamos ministrando a causa de una ofensa, o si es realmente por el amor de Dios.
f. El dar una palabra “profética” de corrección es muy serio. Primero, debamos verificar precisamente qué es lo que tenemos.
i. ¿Tenemos conocimiento natural o alguna evidencia? O ¿puede ser que lo único que tenemos es una posible revelación, percepción, una visión o un sueño?
ii. Si usted tiene conocimiento natural y evidencia de pecado, entonces siga el patrón bíblico. (Gálatas. 6:1, Mateo. 18:15-17).
iii. Si lo único que tiene es una posible percepción espiritual, sería mejor sólo orar e interceder por él en privado.
g. Debemos verificar cuál es nuestra posición y relación. Las palabras de corrección son muy serias y tienen que ser manejadas delicadamente.
i. Gálatas 6:1 dice… “vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.” 
ii. Esto implica que la persona que administra la corrección debe ser una persona con madurez, sabiduría, humildad y piedad.
iii. La corrección debe ser administrada en amor, y por alguien que tiene la relación adecuada – de preferencia, alguien que sea un padre o una madre espiritual
iv. Ejemplo de Samuel y Saúl.
h. Un profeta reconocido y maduro puede, en ocasiones, ministrar una palabra que incluye corrección si lo hace de una forma positiva que ministre también misericordia y amor.
i. Un peligro grande es cuando los creyente se ministren el uno al otro mientras que están llenos de heridas y ofensas.

10. PAUTAS GENERALES PARA TODA MINISTRACIÓN PROFÉTICA
a. Tenga cuidado cuando ministre a los miembros de otra congregación o a las ovejas que son responsabilidad de otro.
i.        Ministre con la motivación correcta.
ii.      Ministre con el propósito correcto.
iii.    Ministre con la actitud correcta.
iv.    Ministre en el tiempo correcto.
b. Antes de hablar:
i. Siempre considere el fruto potencial.
ii. Siempre pida permiso de Dios antes de actuar - entonces pídale dirección y sabiduría.
iii. Asegúrese de que está sobre “tierra santa” (relación actualizada con Dios, y vaso limpio.)
iv. Hable de una forma positiva.
v. Hable de una forma entendible.
vi. Siempre asegúrese de que se pueda grabar o escribir la profecía.
vii. Asegúrese de estar sometido a la autoridad, bajo cobertura.
c. Evite dar profecías que se tratan de:
-Muertes.
-Nacimientos.
-El matrimonio y el romance.
-Mudanzas geográficas.