Es, sin dudas, el nombre de mujer más conocido y utilizado en la iglesia. La acompaña prácticamente desde su inicio. No como bondadosa dama, ayuda idónea o servicial mujer, sino como franco espíritu del cual trataremos de aportar mayor información, con el fin de evitar que muchos vuelvan a equivocarse como ya lo han hecho tantos, causando los inconvenientes que todos conocemos.
(Gálatas 6: 10)= Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe.
¿Nunca se le ocurrió preguntarse por qué Pablo utilizó este término, (Familia de la Fe), para referirse a los creyentes nucleados allí? Es sencillo. Porque Pablo sabía que la familia, como núcleo comunitario, es un prototipo en escala de la Iglesia.
Las familias, están entrelazadas por personas con algo en común: un lazo de sangre por ejemplo. De igual modo, las congregaciones, están conformadas por personas entrelazadas por un denominador común: la sangre de Cristo. De allí que tanto las congregaciones como las familias contengan a personas con fallas muy reales. Los desajustes que se producen en las familias, también ocurren dentro del cuerpo de Cristo.
Incontables congregaciones en todo el mundo se tambalean bajo el peso de los que en ellas están heridos. Estas congregaciones, generalmente controladas por unos pocos, se parecen a un campo desierto cubierto de cuerpos espirituales muertos, desparramados en los terrenos del disenso y la manipulación, que es hechicería. Si no existe una autoridad fuerte allí, una sola persona puede dejar a una congregación entera sin defensas. ¡Aún en las que se precian de estar llenas del Espíritu Santo! Las “bajas” crecen a medida que las personas desilusionadas en su fe, encuentran que el mensaje no tiene poder; y su testimonio, tampoco.
El espíritu de Jezabel, -y ahora le voy a enseñar por qué-, es atraído principalmente por personalidades proféticas. Suele mostrarse con mayor frecuencia en el género femenino, aunque no hay que descartar que este espíritu también influya en hombres.
Este es un espíritu tóxico para la iglesia y muy difícil de detectar en las primeras etapas. Puede esconderse en personas ungidas, dotadas, amistosas, trabajadoras, que parecen ser una respuesta a la oración. Inicialmente, cuando una persona así aparece en una congregación, la gente suele entusiasmarse, porque parecen tener un altísimo potencial para el ministerio. Pero cuando se le quita la fachada, el barniz, la capa superficial, debajo de eso aparece la rebelión, la acusación, la manipulación, las ansias de control, la mentira, la ira, la arrogancia, la “super espiritualidad”, el chisme, las críticas, los celos, la astucia, la maña y la falsa preocupación. Todo esto, lo sabemos, son ingredientes vitales para un demonio de hechicería, que es en definitiva lo que mueve a cualquier Jezabel activa.
TIÁTIRA
(Apocalipsis 2: 20-23)= Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y comer cosas sacrificadas a los ídolos. Y le he dado tiempo para que se arrepienta, pero no quiere arrepentirse de su fornicación. He aquí yo la arrojo en la cama, y en gran tribulación a los que con ella adulteran, si no se arrepienten de las obras de ella.
A primera vista, puede parecer que no existe un equivalente actual para la Jezabel de Apocalipsis 2, pero muchos miembros de iglesias, incluyendo a muchos pastores, han sucumbido ante el espíritu tentador de Jezabel. Atraídos por el engaño del adulterio y la fornicación, sacrificando la santidad ante el ídolo de la inmoralidad sexual, han entrado en un período de gran tribulación. Hogares y congregaciones enteras han sido destruidos, y muchos hijos, tanto físicos como espirituales, han sufrido cierta forma de muerte.
En el libro del Apocalipsis, el Espíritu Santo habló por medio del apóstol Juan a las siete iglesias de la provincia romana en Asia. Una de las iglesias, ubicada en Tiatira, estaba luchando con un espíritu de Jezabel. En el Antiguo Pacto, Jezabel era una mujer que vivía y respiraba; pero en el Nuevo Pacto es un espíritu. De la misma manera que Babilonia en el Antiguo Testamento era un lugar geográfico y físico definido, en el Nuevo Testamento, Babilonia es un espíritu que hoy inunda nuestras congregaciones desparramando confusión, materialismo, humanismo, corrupción y religiosidad ritual. Tenemos que aprender a leer la Biblia. Muchas veces, lo que es definido, específico, singular y local en el Antiguo Testamento, es comunitario, ilimitado y espiritual en el Nuevo. Esto es muy importante saberlo, ya que al tratar con Jezabel, se está tratando con un espíritu y no con un ser de carne y hueso.
Dios dijo que somos su imagen y semejanza. Pero resulta que como a Dios nadie le vio jamás, nadie sabe qué aspecto tiene. La única pista que tenemos, es que Dios es Espíritu, de lo que deducimos que nosotros también somos un espíritu. Ahora, como los espíritus no son materia y por lo tanto necesitan un cuerpo para hacerse visibles, el Espíritu Santo va a utilizar el nuestro para derramar bendición hasta que sobreabunde. Pero también los espíritus malignos harán lo propio con todos aquellos que se abran a su ingreso mediante el pecado, la desobediencia y la blasfemia. La señora N.N. puede ser una buena mujer, pero si por alguna causa le dio entrada al espíritu de Jezabel, la señora N.N. puede llegar a ser una catástrofe para la iglesia donde se congrega.
Vemos, en el primer libro de los Reyes, en el capítulo 16, que Acab rey de Israel, tomó a Jezabel para ser su esposa. Jezabel no era de Israel, era hija del rey de Sidón. Algo peor todavía: era una adoradora de Baal, muy devota y proselitista. Acab, que era un rey de carácter muy débil, comenzó también a adorar a Baal, renegando de sus creencias, sólo por complacer a su mujer. Los dos juntos, llevaron al pueblo de Israel al pecado de la adoración de ídolos. Dios, en su ira, levantó a Elías para llamar a Israel al arrepentimiento y trajo el hambre a la tierra.
Luego, ya en el capítulo 18, vemos que Jezabel hizo matar a los profetas de Dios. Usurpó una autoridad que Dios no le había dado y mató a personas que Dios había levantado para ser sus voceros ungidos. En cambio, Jezabel lo reemplazó por los profetas de Baal. En respuesta a su maldad, Dios envió a Elías a confrontar con los poderes de Baal en una demostración de fuerzas delante del pueblo de Israel. Con los profetas de Baal de un lado de la montaña y Elías en el otro, Dios demostró a los hijos de Israel que el Dios de Elías era el verdadero Dios. Mientras el fuego del cielo devoraba el altar que Elías había construido, el pueblo se postró sobre sus rostros, diciendo: ¡Jehová es el Dios! Elías le ordenó a los que observaban el enfrentamiento que mataran a los profetas de Baal, y el pueblo lo hizo sin dudar. En veinticuatro horas, la hambruna había terminado y el avivamiento se extendía por Israel.
Cuando Acab informó a Jezabel lo que Dios había hecho por medio de Elías, ella envió un mensaje a su adversario: 1 Reyes 19:2, dice: Así me hagan los dioses, y aún me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos. Sin que la tremenda demostración de poder realizada por el Dios de Israel hubiera hecho mella en su obstinación, Jezabel se dedicó a perseguir al profeta ungido por Jehová. Creo que ya en estas instancias, usted estará pensando inevitablemente en paralelos contemporáneos que alguna vez le habrá tocado ver.
Ahora permítame usted un instante. Pregunto: ¿Adónde estaba Acab a todo esto? ¿Quién era el rey de Israel? Porque no era Jezabel, era Acab. Sin embargo, no lo parecía así, en absoluto. Porque era Jezabel, evidentemente, la que manejaba la situación. Operaba detrás de bambalinas moviendo a su antojo a su débil esposo, utilizando la manipulación, la intimidación, la seducción y la dominación para afirmar su gobierno ilegítimo por medio de la hechicería. Entonces; ¿Quizás esta mujer era una bruja? ¡No! ¡Era la esposa del rey! ¡Era la mujer del líder! Por eso Jezabel es tan peligrosa. Ella ansía tener todo el control, y usará todos los medios de que disponga para lograr sus fines.
Otra: en el primer libro de los Reyes, capítulo 21, Acab ve una pequeña viña en Jezreel que, piensa, se vería muy hermosa como parte de sus extraordinarios jardines reales. Pero, lamentablemente, su dueño, Nabot, se niega a vendérsela. ¿Qué se supone que hizo Jezabel entonces? Hizo que los ancianos y los nobles de Jezreel pusieran una trampa a Nabot por el delito de blasfemar a Dios. Ahora mírelo desde este modo más moderno: Acab, un prestigioso ministerio al que sólo le va quedando su fastuosidad porque frutos no muestra, quiere apropiarse –dinero mediante- de Nabot, un ministerio pequeño y anónimo, pero que produce mucho fruto porque difunde y practica un evangelio puro y sin religiosidad. No lo puede hacer porque Nabot no acepta ni la componenda ni la mentira. Entonces aparece Jezabel, un espíritu poseedor de un colaborador muy cercano, que levanta una calumnia: el ministerio Nabot, es herejía. La gente, que no necesariamente evidencia conocimiento agudo y preciso, piensa que sí, que puede ser y, ¿Cómo termina la historia? Nabot es apedreado hasta morir para que Jezabel pudiera, finalmente, salirse con la suya y adquirir ese jardín (ministerio) para su marido.
Lo peor de todo es que los líderes de Israel, (Que es la iglesia) estuvieron de acuerdo con las directivas de Jezabel. ¿Por qué? Porque le tenían miedo, como también se lo tenía, en la historia bíblica, Elías. Las personas miraban a Jezabel (Y hoy sigue siendo igual) y decían: “Esta es la clase de personas con las que no quiero meterme en problemas”. La ironía es que Jezabel hizo tender una trampa contra Nabot por, -según dijo- hablar en contra del Dios de Israel mientras, al mismo tiempo, ella trataba de llevar al pueblo a adorar a Baal. Jezabel puede ser directa y manipuladora al mismo tiempo.
En no pocas congregaciones se está luchando hoy contra ese mismo espíritu. Muchas veces, el hombre que está en el púlpito no es el que está a cargo de todo. Alguna persona de su entorno más cercano puede ser quien, posiblemente, esté gobernando la congregación por medio de la manipulación. Que es como decir: de la Hechicería.
Las denominaciones pueden utilizar también a la hechicería diciendo o intimidando con expresiones tales como: “Si ustedes no creen y dicen todo lo que les decimos... Si dejan que esa persona hable... Los expulsaremos de nuestra denominación y les quitaremos la afiliación...” Eso no es otra cosa que control por medio de la intimidación.
En hebreo, Jezabel significa tanto “Baal es esposo” como “Incapacidad para cohabitar”. Jezabel se niega a compartir con nadie porque está aliada con Baal, un señor falso. Ella es la que lleva los pantalones: ella dirige, controla, gobierna. No comparte nada con nadie. En el ejemplo de la iglesia de Tiatira, era Jezabel la que sostenía (No la gente de la iglesia) que ella era profetisa.
(Apocalipsis 2: 20)= Pero tengo unos pocas cosas contra ti: que toleras que esa mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñe y seduzca a mis siervos a fornicar y a comer cosas sacrificadas a los ídolos.
La fornicación a la que ella seduce a los fieles en Cristo, puede ser literal (Esto es: sexual) o espiritual. Las personas de la iglesia de Tiatira eran seducidas por su persona, o temían a su personalidad manipuladora, o ambas cosas.
Así que... ¿Cuáles son, entonces, los planes globales de Jezabel? Tres fundamentales, tome nota: Falsa religión, falsa doctrina y, sobre todo, socavar la autoridad genuina. Donde se encuentra una Jezabel muy posiblemente se hallarán hombres débiles, que le tienen miedo a otros hombres, que buscan complacer a la gente. Ella busca a los que comandan, para quitarles su poder, su utilidad y hasta su vida espiritual.
Utilizando cualquier medio que sea viable o necesario, engaña a las personas para alejarlas de una vida espiritual legítima, y los “encanta” para hacerlos entrar en su esfera de influencia. Las herramientas que utiliza pueden ser: desde la falsa profecía, pasando por la melosa adulación y terminando hasta con el sexo. Ella defiende ferozmente a su pequeño reino y fomenta una dependencia extremada a sus seguidores. Sus grupos son, realmente, reuniones de brujas, pero naturalmente el espíritu de Jezabel jamás revelaría eso abiertamente, por lo que muchas veces se les llama “Estudios bíblicos hogareños”.
Por sobre todo, la persona que exhibe un espíritu de Jezabel resiste a una autoridad masculina firme. Muchas veces su repulsión proviene de una relación disfuncional con su padre carnal. El padre, quizás, haya estado ausente, o haya abusado física o sexualmente de ella. Aunque esto no lo justifica, quizás explica por qué guarda tanto resentimiento.
Acusada por la indefensión que ha sufrido en su pasado, ella lucha por controlar a quienes la rodean. Su grupo de estudio bíblico se convierte en una plataforma para socavar el liderazgo de su iglesia. Hasta sus oraciones parecen resonar con el resentimiento que anida en su interior hacia los que gobiernan: está cometiendo lo que jurídicamente se denomina como SEDICION. Está socavando una autoridad delegada y constituida por Dios –cuando es así, obviamente- con la intención de derrocarla, no de ayudarla o respaldarla. Se puede, incluso, utilizar otra palabra mucho más concreta para definirla: TRAICION.
A nivel de nación, a nivel de funcionamiento político o de gobierno, este delito puede castigarse muy duramente. En algunos países, incluso con la muerte. Las personas que cometen sedición, jamás van a ir de frente a un líder a decirle: “¡Hola! ¿Cómo le va? ¡Vengo a destruir su autoridad!” No se asombre: Satanás tampoco les hace señas a los creyentes para mostrarles adónde está, y mucho menos sobre lo que planea hacer. En el texto de Gálatas 5:20, donde se habla de las obras de la carne, se incluye a esta sedición, también llamada DISENSION. Por lo tanto, las personas que participan de este pecado, dice, no heredarán el reino de Dios.
El sutil ataque que se infiltra en la iglesia por medio de la sedición ha causado muchas divisiones. Ha destruido relaciones fraternales, ha creado disensión y ha influido, con gran incentivación emocional, a la peor lucha de todas las luchas en las que puede enfrascarse un creyente: la lucha interna eclesiástica, que naturalmente, no tiene absolutamente nada que ver con lo que Dios planificó que debía ser su iglesia. Cualquier intento de socavar la autoridad de alguien levantado por Dios, es sedición. Porque si esa autoridad fuera un intruso no ungido, que los hay, a su autoridad nominal habrá de destruirla el Señor, ya que así lo dice la palabra cuando puntualiza: Yo pagaré. Nadie de nosotros ha sido llamado para eso. Sí, en cambio, para proclamar el evangelio real, sin fisuras ni posiciones acomodaticias sectoriales o denominacionales.
Jezabel es experta en socavar la autoridad de los líderes, independientemente de la realidad espiritual o no de esos liderazgos.
Jezabel lleva a los líderes ungidos por Dios al desánimo, la desesperación, al suicidio o a la depresión, como sucedió con el profeta Elías. Después que Elías pidiera fuego del cielo y ordenara a los israelitas que mataran a todos los falsos profetas de Baal, Jezabel decidió perseguirlo. Este profeta, ungido por Dios, corriendo para salvar su vida, llegó a rogar a Dios: “Señor, mátame. Soy el único que queda; mátame”. Muchos líderes enfrentan terribles períodos de soledad y desánimo durante los cuales desesperan y creen no ser capaces de seguir viviendo. Quizás nunca compartan lo que sienten, ni siquiera con sus esposas o sus amigos más cercanos. Sin que ellos lo sepan, quizás enfrentándose a un poderoso espíritu de Jezabel que desee controlar y dominar.
Antes de venir por las ovejas, Satanás viene por el pastor. Que no se trata, necesariamente, del nominal, del ordenado, del que conduce la congregación. Usted sabe que los hombres fueron los que armaron esta estructura de esta manera y que así está funcionando. Pero cuando la Palabra dice Pastor, dice POIMANO, y Poimano significa: “El que guía, el que apacienta, el que protege” y esto, todos lo sabemos, incluye a un grupo de personas mucho más amplio que aquellos que hoy detentan la máxima autoridad institucional eclesiástica. Zacarías 13:7, dice: Heriré al pastor, y serán dispersadas las ovejas. Los líderes soportan el impacto del ataque de Satanás antes que las ovejas, que el resto del cuerpo. Porque si los líderes llegaran a caer, las ovejas se dispersarán. ¿Habrá sucedido esto en algún lugar que usted conozca o no? Bien; eso es exactamente lo que Satanás desea. Él prefiere, -si puede-, tomar a un líder antes que a mil ovejas. Por eso Pablo amonestaba a la iglesia para que orase a fervientemente y con regularidad por los que están en autoridad.
(1 Timoteo 2: 1-2)= Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.
Es decir que queda muy claro, sea como fuere, que todos aquellos que están en eminencia o autoridad están bajo ataque debido a la naturaleza de la posición que ellos tienen.
Tanto Satanás como Jezabel producen congregaciones divididas, matrimonios destrozados y vidas destruidas. No debemos echar fuera de nuestras igle3sias a estas víctimas; en cambio, debemos ir a buscarlas y traerlas de regreso al reino de Dios. Un hombre así puede ser rescatado, liberado y salvado antes de que incurra en la ira de Dios. Pero mientras está bajo el control de Jezabel, no sabe que puede ser redimido, por lo que se desespera y hace necedades. Y lo peor de todo es que el resto del cuerpo lo juzga sin conocer los detalles y, si se ofrece, lo ejecuta.
La mayoría de las veces, la persona que tiene un espíritu de Jezabel viene de una familia disfuncional, es decir: de familias con graves problemas en su seno. Porque Jezabel se alimenta de los problemas familiares. Generalmente, en la historia de esas familias puede encontrarse alcoholismo, abuso, enfermedades mentales, dominación por parte de uno de los progenitores, o alguna otra forma de disfunción. Es común que Jezabel practique alguna clase de inmoralidad o perversión sexual. Dado a que ella viene con traumas y marcas profundas, (Estamos hablando de alguien que, obviamente, no está redimido por la sangre de Jesús) las personas que también padecen los mismos antecedentes, se ven atraídos por ella. Pero por debajo de esa sórdida máscara, hay una persona profundamente herida y lastimada.
Cuando se la confronta, Jezabel se vuelve defensiva y reacciona con hostilidad. Ataca con acusaciones religiosas destinadas a producir culpa. ¡De la misma manera en que lo hace Satanás! Que no oramos lo suficiente, que estamos en rebeldía, que no nos sujetamos. Esa es una de las técnicas de la estrategia satánica: la culpa. La otra es inspirar lástima al mismo tiempo que vuelve a producir culpa. ¿Cómo puedes hacerme esto? (Que naturalmente, es desoír sus “consejos” o influencias) ¡Yo te amo! ¡Te he dado mi vida! Y así, en forma agresiva, donde no se necesita demasiado discernimiento para detectar total falta de amor, intimida, cita las Escrituras, (No se olvide usted que, pese a no tener revelación porque no tiene al Espíritu Santo como guía a toda verdad, el diablo conoce muy bien los textos de la Biblia) y trata de hacer que quienes se le enfrentan se sientan inferiores. Además tiene una gran habilidad para lograr, con sus palabras, que las personas que la confrontan por sus actividades sediciosas abandonen la tarea, pero al alejarse de ellas sienten que algo está mal, porque saben que han sido usadas. Y recuerde que la menciono como mujer porque el espíritu es Jezabel, femenino, pero tranquilamente puede operar a través de hombres también.
Otra característica del espíritu de Jezabel es ser lo que vulgarmente llamamos “chusma” o “chismosa”. Tiene que estar enterada de todo lo que sucede en la iglesia. ¿Conoce usted a alguien que sea así? Es que Jezabel es muy entrometida y le encanta manejar información. Dado a que quiere saberlo todo de todos, (Su ministerio, su matrimonio, sus hijos, su trabajo, sus problemas) suele involucrarse en los asuntos de la iglesia que en realidad no le incumben.
Algunas veces puede ser muy difícil detectar el espíritu de Jezabel obrando en alguna iglesia. Porque puede esconderse, camuflarse, mimetizarse detrás de una fachada de interés por el prójimo, de cuidado, de preocupación por ser útil, de intercesión, de apoyo o muchas otras características positivas. No se olvide que Jezabel es una maestra en el arte de disfrazar sus tácticas.
Ninguno de nosotros puede ignorar, a esta altura de nuestra madurez espiritual, que los chismes son una de las mayores amenazas para la vida espiritual de cualquier iglesia. Es allí cuando los pecados y las fallas de muchos miembros de la iglesia se convierten en temas públicos en las reuniones de oración, con la excusa de orar por alguna determinada persona, que mire en el problema que se ha metido, y cosas por el estilo.
De algo no podemos tener dudas sobre la base de muchas experiencias vividas con relación a este nefasto espíritu. Jezabel, con sus malvadas tácticas y tenebrosos planes, va a tener un efecto venenoso sobre la iglesia si no se trata con ella rápidamente y a fondo. Hay dos métodos muy claros y precisos para tratar con ella que cortarán su influencia y la expulsarán de en medio de la congregación.
El primero, es confrontarla de una manera directa, utilizando una fuerte autoridad espiritual, no nominal o institucional, con eso no alcanza; espiritual, para poder desembarazarnos a nosotros mismos y a la iglesia, de su influencia.
No podemos sentarnos tranquilamente a mirar como Jezabel actúa en nuestras congregaciones y en las vidas de nuestros amigos y compañeros de fe, deseando simplemente que ella se vaya. Su intención es socavar la autoridad espiritual que Dios ha dado a los líderes que Él ha levantado sobre la iglesia, y no se detendrá ante nada para conseguir su objetivo. Póngase firme, confróntela con su pecado, quítele el poder con la autoridad que Dios le ha dado, y detenga su influencia en medio de la iglesia.
El segundo método es vivir en sumisión a Dios, y enseñe a aquellos que están bajo su autoridad espiritual a vivir también en sumisión a Él.
La sumisión es la solución para la sedición. Cuando una mujer está sometida a su esposo, las tácticas de Jezabel no pueden afectar a ese matrimonio. Cuando un hombre está sometido a los líderes reales y genuinos de la iglesia, no socavará esa autoridad con palabras y comportamientos sediciosos. Cuando un cuerpo de creyente está sometido a sus líderes genuinos, esa iglesia crece, madura y se desarrolla hasta ser un haz de luz en el mundo oscuro y pecaminoso que la rodea. Naturalmente que estamos hablando de congregaciones cuya cabeza es Cristo y donde el poder que se mueve es el del Espíritu Santo y con líderes levantados por el Señor y no por juntas, convenciones, asociaciones o concilios humanos.
Hay que señalar, porque no hacerlo sería cometer un grave error, que como cualquier otro cartel, el término “Jezabel” es muy fácil de colocar a muchas situaciones o a diversas personas, pero no tan fácil de sacar. En un libro de su autoría, el autor Mike Bickle insta a quienes están en autoridad a no poner a alguien el rótulo de Jezabel con ligereza. “Hay demasiadas mujeres, -dice-, que han sido rotuladas como Jezabel sólo porque han chocado con un hombre que tiene una personalidad controladora”. Lamentablemente, muchos de nosotros reaccionamos ante otras de determinadas formas debido a nuestras propias inseguridades. Cuando lo hacemos, no tardan en caer las víctimas.
Ahora vamos por partes: antes de decidir como responder, es imperativo que usted pase tiempo en la presencia de Dios. La oración es la clave. Sin valentía, sabiduría y discernimiento, está destinado al fracaso. En Mateo 17:21, Jesús habla de cierto género de espíritus que “No salen sino con oración y ayuno”. Muchas veces hay creyentes llenos del Espíritu Santo que se apresuran a pisotear lugares donde los ángeles temen entrar en puntas de pie. Confrontamos a la persona antes que la batalla se haya librado en los lugares celestiales, lo cual produce una situación confusa que lentamente arrastra a toda una congregación a la lucha. Ate y desate en el ámbito espiritual antes de atar y desatar en lo natural.
Interceda por la persona que usted cree que está bajo la influencia de un espíritu de Jezabel. Interceda también por quienes están en el liderazgo. Sobre todo, asegúrese que está tratando verdaderamente con un espíritu demoníaco. Tirar acusaciones de endemoniados sin pensarlo bien antes y sin orar, puede causar un daño emocional en los miembros del cuerpo de Cristo. Recuerde, el final, en una situación confusa como esta, puede llegar a involucrar a personas que ni siquiera tuvieron un contacto directo al principio. Más que nada, ore pidiendo sabiduría para tratar con esta situación para redimirla. La meta es la restauración y la reconciliación, no la exclusión y la expulsión...