Hace un tiempo estaba a preparandome para dormir cuando de pronto tuve una vision muy clara de parte de Dios, era una caja de cristal que de pronto se abria y en su interior habia un gran diamante tan puro que reflejaba una intensa luz, ahi acabo la vision, yo me quede pensando que era muy extra;o y le pregunte a Dios que queria decir... eso.. El me respondio espera y estate atenta. Por esos dias mi oracion habia decaido un poco, habia tanto que hacer, tantos problemas y ya no sabia ni que orar pues sentia que mis palabras rebotavan en el techo, queria la solucion a los problemas de inmediato. Fue cuando tuve la vision. Un par de dias despues en la escuela de mis hijos le pidieron a uno de ellos un trabajo sobre la formacion de los diamantes y yo le ayude a buscar la informacion, grande fue mi sorpresa cuando comprendi como El Señor sabia que iba a hacer esta investigacion y por eso me habia dado la vision del diamante y en esos momentos me dio el significado con una gran enseñanza que quiero compartir con ustedes.
La oracion es como el diamante:
Primero los diamantes se forman a condiciones de presión alta y temperatura alta, existentes a profundidades de 140 km a 190 km en el manto terrestre. El Señor me dijo esta profundidad es la manera en que debes entrar en mi presencia, a mayor profundidad mayor comunion e intimidad, tu oracion debe ser profunda. El diamente proviene del carbon algo comun, pero cuando el carbon es sometido a muy altas presiones terrestres y a elevadisimas temperaturas que llegan a los 1.200 oC sus atomos comienzan a cambiar, la formacion de los diamantes lleva miles de a;os. Hace falta mucha energía para que el carbono cristalice en diamante, bajo presión de algunas decenas de millares de atmósferas, a elevadisimas temperaturas y a lo largo de muchisimo tiempo.
Asi me dijo El Se;or debe perfeccionarse nuestra oracion, cuando estamos bajo mucha presion nuestra oracion debe ser mas intensa, cuando estamos bajo el fuego de las pruebas nuestra oracion debe ir de la mano con el crecimiento de nuestra Fe y la oracion debe soportar estas "temperaturas" y no decaer, sino por el contrario, debemos entrar en la presencia de Dios mas profundamente, y como sucede con el diamante a traves del tiempo vamos formandonos como intercesores invensibles como la dureza de los diamantes. Nuestra oracion es pura como el diamente, brilla para El Señor, refleja luz que aleja las tinieblas, tiene la "dureza" del diamante y es tan o mas valiosa, fue formada bajo las presiones y altas temperaturas, pero el resultado es una oracion fortalecida e invensible, que se perfecciona en las profundidades de nuestra comunion con Dios.
Asi he aprendido a orar y a ver tremendos resultados, mientras mas grandes son las presiones y las temperaturas mas se fortalece el gran poder de la oracion.
Tiempo despues con esta misma vision el Señor me dio esta palabra Ezequiel 3:8-9
Aleluya!!