martes, 13 de septiembre de 2011

Entendiendo el proceso de consolidación en una iglesia local: Algo necesario y esencial para mantener la cosecha

Juan 21:15-17:

Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro:
–Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que estos?

Le respondió: –Sí, Señor; tú sabes que te quiero.

Él le dijo: –Apacienta mis corderos.

Volvió a decirle la segunda vez:
–Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?

Pedro le respondió: –Sí, Señor; tú sabes que te quiero.

Le dijo: –Pastorea mis ovejas.

Volvió a decirle la segunda vez:
–Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?

Pedro le respondió: –Sí, Señor; tú sabes que te quiero.

Le dijo: –Pastorea mis ovejas.

Le dijo la tercera vez: –Simón, hijo de Jonás, ¿me quieres?

Pedro se entristeció de que le dijera por tercera vez:

«¿Me quieres?», y le respondió:

–Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te quiero.

Jesús le dijo: –Apacienta mis ovejas.

Muchos hoy día hablamos de Juan (John) Wesley, el Apóstol que Dios uso para levantar el movimiento metodista (Iglesia Metodista y sus diversificaciones) y todas sus ramificaciones (Alianza Cristiana y Misionera, Iglesia del Nazareno, Iglesia Wesleyana y otras) y de los cuales se considera que son los padres del movimiento Pentecostal moderno. Pero Juan tuvo un amigo y compañero del ministerio en gran parte de su vida del cual no se habla mucho, y este fue Jorge (George) Whitefield, el cual, dicho por los biógrafos, gano para Cristo muchas mas almas que Wesley, pero su legado no quedo grabado a la misma profundidad que el de Juan, su amigo inseparable. A Jorge se le pregunto el porque Juan había logrado ser más exitoso que el en una ocasión y Jorge dijo las siguientes palabras:

Es que Juan supo cerrar la puerta trasera de la iglesia, mientras yo no. El supo retener el fruto y yo no.

A lo que nos cabe preguntarnos: ¿A qué este gran hombre de Dios se refirió como la puerta trasera y retener el fruto? ¿Qué supo hacer Wesley que Whitefield no supo?

El enfoque de la iglesia hasta hoy ha sido evangelístico por si solo, no pastoral ni discipular:

Siempre que veo a un hermanito Pentecostal repartiendo tratados en la calle, y me van a dar uno, les digo que mi esposa y yo somos pastores y que no necesitamos uno, ya que ya a nosotros se nos dio el Pan de Vida y somos convertidos. Y siempre me da con mirarlos, y tienen el mismo patrón: Un Dios le bendiga o Cristo le ama, dan el tratado y siguen su camino. OJO no estoy hablando en contra de darlos, al contrario, nosotros lo hacemos acá también, pero hemos notado algo y es que el enfoque está equivocado. Es decir, estos hermanos dan el tratado, pero no miran el efecto de la vida al que se lo dan. Se ha convertido en un efecto cantidad, no calidad. Y el evangelio es algo de calidad, no de cantidad, ya que la calidad trae la cantidad por si misma, amen. No hay un seguimiento, ni un trato de uno a uno con las personas a quienes se les dan los tratados y se les ministra en las calles. Y esto es un error grave en la iglesia y por eso no ha sabido retener el fruto.

Entendamos algo y es que Mateo 24:14 no puede solo sin considerar Mateo 28:19. Nosotros somos mandados a predicar el evangelio, pero, si las almas que se convierten se quedan así, ¿qué bien tiene esto? Es decir, si a Pablo no se le hubiera enseñado la Palabra y se le hubiera cuidado, a lo mejor no tendríamos sus cartas en nuestras biblias hoy (, Hechos 9:17-19, Gálatas 1:17). Si Cristo no hubiera enseñado a los Apóstoles, hoy día a lo mejor no tuviéramos ni trazos en la historia de quienes fueron los Apóstoles o quien fue el mismo Cristo.

Es decir, que cuando una persona se convierte, hace su oración de fe ejemplificada en Romanos 10:7-11, no se le ha dado mayor cuido, mayor seguimiento y se le ha dejado así, punto y se acabó. Tiene que haber algún tipo de seguimiento, no se pueden dejar las personas así porque si.

Consolidación: Definición y propósito:

La consolidación, según el Dr. Joel Comiskey, es definida como el cuido del nuevo convertido desde que la persona se convierte hasta que se hace un discípulo de las enseñanzas de Jesucristo. Cuando entendemos que el llamado de Dios en nuestras vidas es predicar las buenas nuevas de salvación a toda criatura y luego comenzar un proceso de cuido, atención y contacto continuo con este nuevo creyente hasta que este se ha fortalecido y esta motivado en tornarse en un discípulo de las enseñanzas de Jesús. Esto es lo que se conoce como Consolidación.

La consolidación es algo fundamental en el desarrollo y crecimiento de toda iglesia cristiana y es necesaria para el alcance de nuestras metas. Cada líder tiene que conocer los principios básicos del consolidar efectivamente para que el fruto sea retenido. Y la habilidad para este proceso es adquirida mientras nos preparamos más y más, buscamos más la Presencia de Dios y en la práctica diaria.

Algunos de los propósitos en la consolidación son:

1. Mostrarle al nuevo convertido los beneficios de pertenecer a la familia de Dios (Efesios 2:19).

2. Mostrar interés en sus necesidades (Hechos 11:28-29, Gálatas 2:10).

3. Ofrecerles compañerismo (Hechos 2:26-47).

4. Regar la semilla que hemos plantado (1ª Corintios 3:6).

5. Enseñarles en torno al amor de Dios y la vida abundante que tenemos al estar en Cristo (Juan 10:10).

6. Hacerles conscientes en torno a la decisión que han hecho en torno a Cristo (2ª Corintios 5:17).

7. Envolverles en las actividades de la iglesia local donde se convirtieron para ocuparse de las cosas del reino de Dios (Tito 3:8, 14).

El ejemplo de Daniel y el ejemplo de Pablo: 2 Consolidadores en diversas maneras:

El Profeta Daniel, en el capitulo 9, es una muestra de lo que es hacer cuido de su pueblo, y el nos da algunos ejemplos en torno a como hacer la obra. Queda demostrado que Daniel:

1. Tenía una profunda compasión por la gente y tomo su lugar.

2. El confeso sus pecados como si fueran los de el mismo.

3. El pidió por favor y misericordia para ellos.

4. El confió plenamente en que su restauración vendría pronto.

Pablo también fue un ejemplo de lo que es el trabajo de un consolidador. En Colosenses 1:28-29 muestra que el predico el evangelio, exhorto a todos y les enseñó con toda sabiduría, y esto lo hizo para presentar a todos perfectos en Cristo, pero dando libertad total al Espíritu Santo para que obrara a través de el. También, con su hijo espiritual Timoteo, en 2ª Timoteo 2:1-14 mostró algunas cosas:

1. Le motivo a mantener el don que se le había dado por medio de la imposición de manos vivo (v. 6).

2. Le motivo a no ser amedrentado por el miedo, porque Dios no da esto (v. 7).

3. Que debe testificar sin avergonzarse (versos 8, 12).

4. Que había sido llamado por Dios al ministerio (v. 9).

5. Que repasará cada enseñanza que le había dado (v. 13).

6. Que guardar las riquezas espirituales recibidas por el Espíritu Santo (v. 14).

Nosotros tenemos que entender si bien Dios ha desatado un avivamiento, es necesario que la iglesia retenga el fruto para ejercer la Gran Comisión a mayor efectividad.

Principios al consolidar:

Es necesario que cada líder conozca los principios básicos en la consolidación para hacerla efectiva y que el fruto pueda ser retenido. Para poder entender bien nuestro rol como consolidadores, es necesario que sepamos que:

1. Somos colaboradores de Dios (1ª Corintios 3:9).

2. Nuestro llamado consiste en ganar almas y retener el fruto (Juan 15:5).

3. El trabajo se hace porque el envío para seguir alcanzando almas y ejercer la Gran Comisión es necesario.

Por ende, para poder cumplir este trabajo, es necesario que:

1. Oremos por la gente que Dios nos ha puesto para cuidar (Romanos 1:9).

2. Compartamos con ellos de nuestro tiempo (Hechos 19:8).

3. Mostremos interés por sus familiares (Hechos 16:31-34).

4. Sintamos carga por sus problemas y necesidades (Hechos 17:16).

5. Suplamos sus necesidades en lo mas que podamos (Hechos 11:29).

Para añadir a esto, hay unos principios claves en la hora de hacer la consolidación:

1. Lo que debemos hacer: Explicarles el plan de salvación. Para hacerlo se deben tomar en cuenta 5 enseñanzas:

a. La enseñanza del amor: Juan 3:16.

b. La enseñanza del pecado: Romanos 3:23.

c. La enseñanza de que solo Jesucristo salva y que no hay otro método para la salvación: Juan 14:6, Gálatas 3:13, Efesios 2:8-9, Isaías 53:4-5.

d. La enseñanza del arrepentimiento: Hechos 3:19, 1ª Juan 1:9, Isaías 1:18, Proverbios 28:13.

e. La enseñanza de aceptar y recibir: Apocalipsis 3:20, Juan 1:12.

Entendiendo estos principios, el nuevo convertido puede ser que tenga preguntas en torno a varios temas, como la fe, la vida después de la muerte, las finanzas, la familia, como orar y otros temas. Es bueno que tengamos material disponible para ayudarles con cualquiera de estas preguntas, y que les ayudemos en la oración no solo enseñándoles como hacerlo, sino orando con ellos y por ellos también.

Las iglesias son hospitales (Isaías 61:1-3), dicho sea de paso, tenemos que entender que los nuevos creyentes vienen con heridas, dudas, preguntas y que son nuevos. Es necesario dar buen testimonio y el de nuestra iglesia y darla a respetar para que estos se sientan motivados, pero a la misma vez siendo flexibles con ellos por que son bebes, son nuevos en Cristo. Nunca podemos mostrar el asistir a la iglesia como un cambio de religión, sino como una relación con Jesucristo, más bien, como el ingresar a una nueva familia y tener nuevas amistades que si se preocuparan por nosotros, amen. Recordemos también que el éxito en el proceso esta fundamentado en el amor que le damos al nuevo creyente tan pronto llegue a la iglesia o a la célula (Casa Cornelio), y que cualquier actitud de rechazo puede causar dolos en sus corazones. Este amor da protección, confianza y la seguridad al nuevo creyente, haciéndole sentir que esta en su casa, amen.

Consejos practicas en torno a como efectuar el proceso de la consolidación:

Hay unas recomendaciones en torno al proceso a seguir para consolidar:

1. Verificar la conversión (Hechos 2:41): Es cuando usted ayuda al nuevo creyente a vencer sus prejuicios y confirma su decisión por Cristo. Esto se hace después de la oración de fe en el altar o en la célula (Casa Cornelio), y este principio tiene varios propósitos, entre los cuales están compartir el amor de Dios con la persona, ver las necesidades de esta persona y como Cristo las puede llenar.

2. Llenar la tarjeta de conversión: Esta tarjeta nos va a da información esencial de la persona para dar el seguimiento, así como información necesaria para orar por las necesidades de esta persona y aun dejarnos usar por Dios para suplir su necesidad.

3. Impartición de material: Es importante que la persona comience a estudiar la Palabra de Dios, por ende, todo material que se le pueda dar para compartir con ellos por medio de un discipulado individual y si se puede dar aunque sea un Nuevo Testamento o una Biblia al nuevo creyente seria algo estupendo. Esto hace sentir a la persona que se le ama, se le estima y que se preocupan por ellos.

4. La llamada telefónica: Esta llamada es necesaria para poder coordinar una visita para poder orar por la persona y su hogar. Esto demostrara que como iglesia local nos preocupamos por la persona y su bienestar y les hace sentir amados y cuidados. Esta llamada es la puerta abierta para la visita de oración en la casa de la persona. No deben pasar más de 48 horas para que esta llamada se efectúe, de lo contrario, no estamos siendo efectivos.

5. La visita (Mateo 8:14-15): Este es el primer contacto personal con el nuevo creyente luego de su conversión. Debe ser hecha en la primera semana de la conversión de la persona y se recomienda que se trate de coordinar no más de 72 horas luego de la llamada. El propósito de la visita es para ver la opinión de la persona en torno a la reunión que fue, ministrar su vida por sus necesidades, motivarle a ir a la célula y a participar en todo el proceso de discipulado (enseñanzas, bautismo en aguas, retiros de sanidad interior y liberación, escuela de lideres) y también permite a uno a conocer a los otros miembros de la familia. Esto muestra amor de Dios a las vidas y Cristo dijo que en esto seremos conocidos, en si nos amamos los unos a los otros.

Si ejercemos este principio por el establecimiento de la Palabra, estaremos cerrando la puerta de atrás en nuestras iglesias y estaremos seguros que la cosecha de almas va a dar buen fruto, en tiempo y fuera de tiempo.

PREPAREMONOS POR QUE LOS CAMPOS ESTAN BLANCOS PARA LA SIEGA, TOMEMOS NUESTROS CANASTOS POR QUE EL TRIGO ESTA LISTO A SER SEGADO, AMEN (JUAN 4:35).