La Biblia nos previene contra todo tipo de prácticas de hechicería y adivinación, ya que practicar tales cosas es abominación para con Dios. Todo creyente en Cristo tiene que tener muy claro que su vida depende de Dios, y no de lo que le puedan decir o hacer los adivinos, magos, brujos o hechiceros, ni practicar encantamientos, superstición, etc., porque todo esto se lleva a cabo impulsados por fuerzas de las tinieblas que están siendo dirigidas por satanás con el fin de que no dependamos más de Dios y para desviarnos del propósito que El tiene para la vida de cada uno de nosotros Desde los tiempos antiguos estas prácticas han existido, los pueblos han tenido dioses falsos, adivinos, brujos y hechiceros a los que consultaban aún con invocación a los muertos, llevando a cabo diversos ritos para dirigir su destino y haciendo lo que fuera para obtener respuesta sobre su futuro, y hoy, en la actualidad, no es diferente, la gente sigue practicando la adivinación y la hechicería como una forma para solucionar muchos de sus problemas. Pero Dios siempre ha rechazado estas prácticas como lo dice Deuteronomio 18: 10-12ª “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas”. El es el único al que le podemos permitir que dirija nuestras vidas y estar seguros que será lo mejor para nosotros.
Es muy importante conocer lo que Dios piensa acerca de estas cosas, y en las cuales debemos de meditar, para guardarnos del pecado. Pero, sobre todo, porque debemos depositar toda nuestra confianza en el Señor, en su amor, en su misericordia, en una dependencia total y absoluta de El, y poder decir como el salmista David “Más yo en ti confío, oh Jehová; digo: Tú eres mi Dios. En tu mano están mis tiempos.” Por ello, es que voy a citar algunos pasajes bíblicos, entre muchos que hay, que debemos conocer relacionados con este tema.
Levítico 19: 31 Establece muy claramente que Jehová nuestro Dios condena estas prácticas pecaminosas. En Apocalipsis 9: 21 dice que al practicar hechicerías, y al no arrepentirse vendrán males sobre quienes tales cosas hacen y en 18: 23 establece que la luz de Cristo no resplandecerá más sobre los engañan a otros con estas prácticas.
Isaías 8: 19 nos dice que el pueblo de Israel dejaba a Dios de lado para consultar a los muertos por medio de los encantadores y adivinos, y por causa de ello sufrieron graves consecuencias. No debemos olvidar que la desobediencia trae en sí su castigo.
En Miqueas 5: 12 Dios dice que destruirá de su pueblo toda hechicería y al agorero. El Señor no permite que sus hijos anden en prácticas incorrectas. El afirma que El es que destruye toda hechicería y todo trabajo de agorero. Quien realiza estas prácticas, no solo desagrada a Dios sino que también lo rechaza.
Zacarías 10:2 denuncia que el pueblo anda descarriado por culpa de oráculos y sueños vanos y mentirosos; que andan como ovejas sin pastor, por causa de dejarse dirigir por falsas profecías, lo cual es adivinación, lo que trae desorientación a los creyentes provocando que caigan en error y pecado. Es necesario creerle solo a Dios y seguir sus mandamientos.
Daniel 2:27-28 nos enseña que ni adivinos, ni magos, ni sabios, ni astrólogos podían interpretarle al rey sus sueños, esto sólo lo puede hacer Dios que es el que tiene la potestad para hacerlo, sólo El conoce todos los misterios y los acontecimientos futuros.
Gálatas 5: 20 nos dice que la hechicería es una manifestación de la carne y que quienes la practican no heredarán el Reino de Dios. Por lo que debemos cuidarnos de no caer en el lazo del enemigo, porque su mayor deseo es enlazarnos, aprisionarnos, apartarnos del Señor, para vivir una vida de angustias y de penas.
Hechos 13:6-11 narra acerca de un tal Barjesús o Elimas mago y falso profeta, que recibió su castigo; en el 16:16 relata que se apareció una muchacha que tenía espíritu de adivinación la cual fue liberada y en el 19: 19 vemos como muchos de los que habían practicado la magia habían creído, confesaron y dieron cuentas de sus actos, por lo llevaron sus libros y los quemaron. Dios condena, como hemos dicho, todas estas prácticas y trae juicio sobre quienes las practican, acarreando destrucción y muerte, pero a la vez manifiesta Su Misericordia sobre los que le reciben y se arrepienten de sus pecados.
En Levítico 19: 31 Dios nos dice: No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo, Jehová, vuestro Dios”. Aquí entendemos claramente que esto es pecado, que estas prácticas solamente provienen de las tinieblas y que el diablo anda como león rugiente buscando a quien atrapar y devorar. Y aunque suene repetitivo, nuestra confianza solo debe estar puesta en el Señor y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo, seremos más que vencedores en Cristo Jesús, guardándonos irreprensibles para la Venida del Señor.