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“Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión. Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos. Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones. Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.”, Daniel 9:23-27.
Las Sagradas Escrituras nos dan con mucha abundancia, múltiples pasajes que demuestran que Jehová Dios es un Dios Planificador y un Dios de tiempos concretos.
Nada ocurre por la improvisación en este vaso universo, los acontecimientos y tiempos de los mismos están no solamente calculados sino que milimétricamente programados por el Creador de todas las cosas, Nuestro Dios ha regulado ya todo el mover de Su creación de una manera exacta en cuanto a tiempo. Todo está ya planeado cronométricamente. ¡Aleluya!
Dios conoce el final desde el principio, todo está bajo Su control, estrictamente hablando. Todo evento que se ha dado ya en el planeta, los que están sucediendo en este tiempo y los que vendrán, El los planeó y los predeterminó. Gloria a Dios. Dios es un Dios de tiempos.
Dios es un Dios de planes específicos
Hemos señalado ya en capítulos anteriores que nuestro Dios es un Dios de Plan y Procesos, Él es un planificador. En ese Plan global que Él tiene sobre la Humanidad y el planeta Tierra, ha diseñado diversidad de planes específicos para determinados pueblos y terri-torios. Dios no solamente es un Dios de Plan, sino que también es un Dios de Planes específicos. El apunta clara y definidamente en Su obrar en las naciones. Cada cosa que sucede en nuestro mundo para su salvación y restauración obedece a un plan específico del Señor. Existe un plan divino y específico para Honduras, Nicaragua, Suecia, Nigeria, España o Japón y todos los países. El trato del Omnipotente no es igual para todos países y regiones pues considera factores que nos diferencian con respecto a razas, clima, fundación, ubicación, antigüedad, tipos de gobierno, factores culturales, etc. Dios tiene un Plan específico y perfecto para cada zona del mundo. ¡Amén! Ese plan específico es el que Él le revela a Sus siervos los Profetas. En Su bendita Palabra El declara que no hará nada sobre la tierra sin que ante les haya revelado estos eventos porvenir a Sus profetas. La gran búsqueda de Sus apóstoles y ministros proféticos es hallar en Su Presencia esos planes y diseños específicos para cada pueblo, tribu o nación. Es esencial tenerlo siempre presente en nuestra tarea de intercesores que Dios tiene un Plan específico para cada rincón de este mundo.
La gran labor de los profetas maduros es bajar esos diseños y planes específicos del Cielo para darlos a conocer entre los pueblos y profetizar la determinado por el Señor. Ese constante trabajo de profetizar la palabra y visión del Altísimo, es lo que preparará cada te-rritorio para establecer allí su “escenario profético”que servirá de plataforma para un poderoso avivamiento.
Dios es un Dios de tiempos específicos
Así como dentro del Plan Global del Eterno con los humanos y Su planeta, El tiene procesos y planes específicos para ellos, también tiene “tiempos específicos y concretos” para ejecutar esos planes y procesos de avivamiento.
Dios es un Dios de tiempos específicos. ¡Aleluya!
En el idioma griego existen dos vocablos que en español se traducen igual, estos son “Cronos” y “Kayros”.
Ambos términos significan tiempo. Mas en la Escritura su ubicación en el texto define tiempos distintos. “Cronos” significa tiempo medible, circunstancial e identificable. De este vocablo viene la palabra cronológico, que define ese espacio de tiempo que puede ser medido a través de un reloj. Este tiempo “cronos” puede ser programable y calendarizado; es el tiempo que concierne a la historia de los humanos. Este “cronos” nos ubica, nos limita y nos delimita. Más la palabra griega Kayros significa otra cosa. Es el tiempo de Dios; es Su tiempo profético. Este Kayros sólo puede ser definido y establecido por Jehová. Es el tiempo exacto del Altísimo; planeado y desencadenado sobre los pueblos solo por El. Dios lo envía y lo anuncia a las naciones por Sus profetas. Algunos lo pueden percibir, otros simplemente lo ignoran y hasta lo menosprecian. Este tiempo kayros es el “tiempo específico” del que hablamos para naciones y pueblos. Ese “tiempo específico” es la “hora” de Dios para un hombre o nación, es el tiempo kayros para un determinado país. Ese tiempo no se atrasa, no se adelanta como las manecillas de un reloj controlado por el hombre. El tiempo kayros del Señor no se puede programar carnalmente, no lo establece el hombre, es el “tiempo específico” de Dios.
Cuando ese tiempo Kayros llega a una región es porque el “escenario profético” de Jehová ya ha sido establecido y edificado. Eso implica también que Dios ha hecho emerger una nueva generación profética que asumirá su papel en el establecimiento del destino de su territorio y Familia. Dios es un Dios de planes y tiempos específicos.
¡Amén!
