domingo, 4 de mayo de 2014

¿CAPELLANES DE PLACAS Y UNIFORMES BONITOS?, ¿PINTURA Y CAPOTA…?: UN CAPELLAN Y SUS RESPONSABILIDADES… Por Manuel Jordán, PhD



¿Sabrán realmente los capellanes cuáles son sus funciones? Pregunto, pues, me da la impresión que muchos (aunque buenos creyentes), no entienden cuál es su responsabilidad. Entiendo que hay quien peca porque quiere, pero otros pecan por ignorancia. Creo que esto último aplica a los capellanes modernos. Mientras viví en NJ fui testigo de organizaciones de capellanía, que en mi opinión su interés mayor era vender “placas y credenciales”, a precios costosos, para lucro de sus líderes. Les entregaban una placa en una carterita “bi-fold”, idéntica a la de un detective. Por esta pagaban $400 dólares o más. A veces le daban un entrenamiento de varios días y “¡fua…! Ahora eres un ministro con pinta de policía”. Conocí a uno que parecía un capitán de la policía, con un tremendo uniforme. Otros, pagando más, recibían bachilleratos y maestrías. El Instituto bíblico Alpha & Omega reclutó a uno de ellos con maestría, como maestro. Un día fui de oyente a su clase, me quedé boquiabierto cuando me di cuenta de su increíble incapacidad. ¡Otro bachiller no sabía ni leer, sólo sabía escribir su nombre…! 
Cuando estudié capellanía en los 80s lo hice por un año completo, y tener un año de práctica en el Hospital Episcopal de Philadelphia. No digo esto para humillar ni degradar a los que estudian menos tiempo, sino resalto el hecho que tuve que estar asistiendo al hospital por un año entero, para ir adquiriendo ciertas destrezas necesarias. Allí era supervisado por el Capellán oficial del hospital. Si mal no recuerdo, tenía que darle un reporte escrito semanal de mi trabajo voluntario. 
Definición del término “Capellanía”. El termino capellán proviene del vocablo latín “capellanes”. Se aplica a la persona que ejerce el oficio de ministrar y dar apoyo espiritual a la persona que sufre, guiándole en el cultivo de la fe en Dios y de una autoestima saludable, para afrontar la situación de crisis que está viviendo. K.W. Smith, define la palabra capellán como: “aquella persona (ministro o laico), que ha sido comisionada por el grupo de su fe u organización, para proveer el servicio pastoral en una institución, organización, o entidad gubernamental. …, puede ser provista por una institución como hospitales generales o mentales, prisiones, escuelas o colegios, organizaciones de negocios; las fuerzas armadas, la policía, instituciones públicas o privadas”. O sea que la capellanía no es para exhibir una placa u uniforme similar a la policía de cualquier estado, sino que un capellán es un ministro adiestrado y capacitado para actuar en tiempos de crisis. Siendo un líder en la ciudad donde viví por muchísimos años, logramos que el jefe de la policía nos permitiera viajar en los carros patrullas, con los “troopers”, para atender casos de violencia doméstica y otros. Se dice que no es lo mismo llamar al diablo que verlo venir, y en esa ocasión experimenté este dicho, cuando los autos policiacos iban a las millas de Chaflán. Puedo decir que al llegar al lugar de los hechos mi corazón se apretaba por la conmoción. Créeme, no es fácil este tipo de función, pero es parte del trabajo.
¿Qué en cuanto a las crisis de las iglesias locales? ¿Qué cuando hay algún enfermo o una familia en necesidad en la iglesia local donde asiste un capellán como miembro? Bueno, simple, el capellán se tiene que constituir en un colaborador del ministerio local. Este no tiene que esperar un nombramiento por el pastor de la iglesia. Es su deber actuar lógica y responsablemente, siendo guiado por los postulados bíblicos de amor al prójimo, tomando en cuenta que al que más se le da, más se le demandará… “La religión pura y sin mácula delante de Dios y Padre es ésta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo”, Santiago 1:27.
“Aquel siervo que, conociendo la voluntad de su señor, no se preparó ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. 48 Pero el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco, PORQUE A TODO AQUEL A QUIEN SE HAYA DADO MUCHO, MUCHO SE LE DEMANDARA, Y AL QUE MUCHO SE LE HAYA CONFIADO, MAS SE LE PEDIRA (DEMANDARA)”, Lucas 12:47,48.
“Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna”, Mateo 25:31-46.