viernes, 22 de febrero de 2008

Devoción Apostólica – Parte 2

Lección acerca de la Devoción Apostólica de la vida de Josías

La escena fué durante uno de los puntos más bajos en la historia de Israel. El rey Manasés habia estado en poder por 50 años durante los cuales él había llevado a Judá a la peor condición de paganismo y adoración de idolos que ellos habian experimentado. No solamente él hizo toda clase de mal que el Señor había llamado una abominación en Su ojos, él también llevó a Judá en toda clase de pecado; como el sacrificio de niños, brujería, adivinación, así como varias clases de adoración sexual perversa a ídolos. (2 Reyes 21)
En esta cultura inmoral vino Josías, que tipicamente hubiera seguido los pasos de su padre Amón y su abuelo Manasés, pero Dios tenía un destino profético que incluía a Josías. De hecho, Josías habia sido profetizado por nombre unos 300 años antes, y se habia dicho de él de que él hiba a ser un gran reformador. (1 Reyes 13:1-3)
Josías heredó el trono a la temprana edad de 8 años. A la edad de 16 años Josías comenzó a buscar radicalmente del Señor igual que su antepasado Rey David. “A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David, su padre;...” (2 Crónicas 34:3), y la manera de David de buscar de Dios era con un compromiso total. Note sus palabras en el Salmo 63:1-2 “¡Dios, Dios mío eres tú! ¡De madrugada te buscaré! Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela en tierra seca y árida donde no hay aguas, para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario.”
Por el celo de Dios que David mostró, y por su deseo de ver la casa de Dios construída, Dios había hecho un pacto con David de que su casa estaría establecida para siempre. Josías se encontró sirviendo el propósito de Dios en su generación, de acuerdo a las promesas del pacto de Dios a David. El celo de la casa de Dios es la espina dorsal de la reformación apostólica.
Josías fué encontra de la marea de la cultura popular de sus días, y vino a ser unos de los grandes reyes de Judá y dirigió una gran reformación en su generación. Él también se coloca como ejemplo a la juventud de nuestro días, de que Dios está levantando una generación que sirva al Señor de su juventud.
Hay varias claves para la reformación que podemos aprender del reinado de Josías y la reformación que él trajo a su nación, pero antes de que las veamos tenemos que entender que el Cuerpo de Cristo ha llegado a un tiempo similar en el propósito profético de Dios. En medio de la maldad por todos los lados, Dios tiene un pueblo escogido, previsto con un destino profético, que se presentará y se convertirá en instrumentos de la reforma en este momento crítico de la historia.
La primera clave para la reformación que él descubrió fue una devoción para buscar a Dios.
Josías fue un buscador; él descubrió que la recompensa viene al que diligentemente busca. “A los ocho años de su reinado, siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David, su padre;...” (2 Crónicas 34:3). Y él sabía que David fué un buscador pasionado de Dios. Solo un ejemplo de muchos de los Salmos muestran su corazón. “¡Dios, Dios mío eres tú! ¡De madrugada te buscaré! Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela en tierra seca y árida donde no hay aguas, para ver tu poder y tu gloria, así como te he mirado en el santuario.” (Salmo 63:1-2). Y en Hebreos 11:6 dice, “...porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que él existe y que recompensa a los que lo buscan (diligentemente).”
La segunda clave para la reformación era que Josías era devoto a “el Libro”.
“... el sacerdote Jilquías encontró el libro de la ley del Señor, dada por medio de Moisés. Jilquías le dijo al cronista Safán: «He encontrado el libro de la ley en el templo del Señor.» Entonces se lo entregó, y Safán se lo llevó al rey. Le dijo: 'Majestad,... el sumo sacerdote Jilquías me había entregado un libro', el cual leyó en presencia del rey. Cuando el rey oyó las palabras de la ley, se rasgó las vestiduras en señal de duelo”. (2 Crónicas 34:14-19). Josías cogió de corazón las palabras de “el Libro”. El regresar al “el Libro” siempre es parte de la reformación. Pasó de igual manera en los días de la reforma de Esdras y Nehemías. (Neh. 8:5-10)
La tercera clave para el éxito de Josías fué de que él no se desilucionó por la irreparable Casa del Señor, sino que se dió a la tarea de repararla.
“En el año dieciocho de su reinado, después de haber purificado el país y el templo, Josías envió a Safán hijo de Asalías y a Maseías, gobernador de la ciudad, junto con el secretario Joa hijo de Joacaz, a que repararan el templo del Señor su Dios... Luego entregaron el dinero a los que supervisaban la restauración del templo, y éstos se lo dieron a los trabajadores que estaban reparando y restaurando el templo del Señor.” (2 Crón. 34:8,10). Hay muchos que critican la iglesia como la conocemos hoy, pero necesitamos personas que estén comprometidas a construír la clase de iglesia de los últimos tiempos que Dios desea. Nota: Josías estaba dispuesto a construír un “ministerio de equipo”; para confiar el trabajo a otros fieles que compartieron la visión del trabajo.
La cuarta clave fué que Josías entendió el significado y propósito profético de la adoración.
“... Los levitas, que eran hábiles en tocar instrumentos de música, eran los jefes de los cargadores y de todos los que trabajaban en la obra, fuera cual fuera su tarea...” (2 Crón. 34:12-13) “Los cantores descendientes de Asaf ocuparon sus puestos, de acuerdo con lo que habían dispuesto David, Asaf, Hemán y Jedutún, vidente del rey.” ( 2 Crón. 35:15).
En cada movimiento de restauración, la música fué de gran importancia. En los días de David vemos el patrón inicial de la restauración de la autoridad apostólica para los últimos días (tabernáculo de David). David realizó una salida radical de la forma en que Moisés adoraba y estableció adoración las 24 horas en la presencia de Dios. Desde ese momento, siempre donde había reformación siempre incluía una restauración del patrón Davidico de la alabanza, adoración y guerra profética. En los días de Nehemías, la terminación de las murallas y la implementación de la nueva sociedad fué inagurada con dos coros masivos, tan grandes que ellos le daban la vuelta a la ciudad y era escuchado desde lejos. (Neh. 12)
La misma cosa fué caracterizada en la reforma de Esdras; el regreso al patrón de adoración Davidica. “Cuando los constructores echaron los cimientos del templo del Señor, los sacerdotes llegaron con sus vestimentas sagradas y los levitas descendientes de Asaf, con sus platillos, ocuparon su lugar para alabar al Señor, según lo establecido por David, rey de Israel. Todos daban gracias al Señor, y a una le cantaban esta alabanza: «Dios es bueno; su gran amor por Israel perdura para siempre.» Y todo el pueblo alabó con grandes aclamaciones al Señor, porque se habían echado los cimientos del templo.” (Esdras 3:10-11)
La quinta clave fué que Josías dirigió con ejemplo y llamado al compromiso.
“Entonces el rey mandó convocar a todos los ancianos de Judá y Jerusalén. Acompañado de todos los habitantes de Judá y de Jerusalén, de los sacerdotes, de los levitas y, en fin, de la nación entera, desde el más grande hasta el más pequeño, el rey subió al templo del Señor y, en presencia de ellos, leyó todo lo que dice el libro del pacto que fue hallado en el templo del Señor. Después se puso de pie, junto a la columna del rey, y ante el Señor renovó el pacto. Se comprometió a seguir al Señor y a poner en práctica, de todo corazón y con toda el alma, sus mandamientos, preceptos y decretos, cumpliendo así las palabras del pacto escritas en este libro. Después hizo que todos los que se encontraban en Jerusalén y en Benjamín confirmaran el pacto. Y así los habitantes de Jerusalén actuaron según el pacto del Dios de sus antepasados. Josías suprimió todas las costumbres detestables que había en todo el territorio de los israelitas, e hizo que todos los que se hallaban en Israel adoraran al Señor su Dios. Mientras Josías vivió, no abandonaron al Señor, Dios de sus antepasados.” (2 Crónicas 34:29-33)
Josías llevó a su pueblo a una gran reformación durante su reinado. Él reestableció el orden de Dios a través de su reinado justo. Por eso, él hoy sirve como modelo de un reformador apostólico. Su devoción a Dios y Su palabra cambió su generación. Cuando Josías redescubrió “el Libro”, cambió su vida. Lo hizo reevaluar las tradiciones de esos días y regresar al patrón y propósito de Dios. Él buscó a Dios, sacó el patrón de la Palabra de Dios y el patrón de Dios para la adoración; y una verdadera reformación tomo lugar a través de Su reino. Su devoción nos sirve como ejemplo para nosotros durante ESTOS tiempos de una reformación apostólica de acuerdo a el propósito predestinado de Dios.
Pastor Jim Wies
XPWebchurch
Traducido por:
Len Rodriguez
XP Spanish Department Overseer

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