sábado, 16 de febrero de 2008

¡Rompiendo la Espalda del Cáncer!

La Compasión es la Llave para la Sanidad y la Libertad de la Enfermedad
Quisiera tomar un momento para compartir de la guia de estudio “La Unción de Sanidad,” Lección 9 – La Compasión: Un Ingrediente Necesario.
I. COMPASIÓN DEFINIDA
A. Del Diccionario
Sentimiento de tristeza que produce el ver padecer a alguien y que impulsa a aliviar su dolor o sufrimiento, a remediarlo o a evitarlo.
B. Del Diccionario Expositorio Vine's de Palabras del Nuevo Testamento
1. Verbos:
a. OIKTERO: tener simpatía, una sensación de señal de socorro con las enfermedades de otros, se utiliza de la compasión de Dios - Rom. 9:15.
b. SPLANCHNIZOMAI: para ser movido como hacia adentro, para ser movido con la compasión, para anhelar con compasión, se registra con frecuencia de Cristo hacia la multitud y hacia las víctimas individuales - Mat. 9:6 y Lc.. 7:13.
c. SUMPATHEO: para sufrir con otros, para ser afectado semejantemente (simpatía), para tener compasión sobre, Heb. 10:34, de compasión para ésos en la prisión, se traduce “es tocado con” en Heb. 4:15, de Cristo como el Sumo Sacerdote.
d. EELEEO: tener misericordia, mostrar amabilidad, por beneficencia, o ayuda Mat. 18:33.
2. Sustantivo
a. OIKTRIMOS: las piezas internas, el asiento de la emoción, el “corazón,” Fil. 2:1; Col. 3:12; “un corazón de compasión.” Es traducido “misericordia” en Rom. 12:1.
b. SUMPATHES: denota el “sufrimiento con,” o “compasivo,” 1 Pedro 3:8.
C. Declaración por el Autor Ken Blue
“La clase de compasión que fue dicha que Jesús tenia para la gente no era simplemente una expresión de Su voluntad sino algo como una erupción desde lo profundo de Su ser. De ésta compasión de Jesús salían Sus obras poderosas de rescate, de sanidad y de liberación.”
¡Muchos de ustedes pueden sentir que la oración por el enfermo es el trabajo de los pastores o quizás de los ancianos, pero no lo es! Es tu llamado el hacerlo. Nos podemos sentir intimidados para hacerle frente a una persona desfigurada, seriamente impedida o de muerte. Nuestro miedo de no verlos sanos nos impide el intentar de “sanar a los enfermos” para mantenernos obedeciendo el mandamiento de Jesús. El temor controla nuestras acciones, pero no debe ser de esta manera porque la Compasión debe conducirnos a los brazos del enfermo, del que está muriendo y desfigurado. Debe movernos para orar con el corazón quebrantado del Padre para el lastimado y solitario. Quiero compartir un extracto del testimonio de John Wimber:
D. Testimonio de John Wimber – tomado del Poder Sanador
“Señor, te pregunto, ¿La mayoría de la gente (me incluyo) están asustada (temerosa) por orar por el enfermo porque no entendienden Tu naturaleza, quien eres y de cómo trabajas? " Una vez más, sentí que decía, " Sí; la mayoría de la gente no están seguras, incluso temerosa, para orar por la sanidad de otros porque ellos no entienden mi compasión y misericordia. Saben acerca mí, pero no me conocen."
Más Dulce que Miel
Trabaja verdaderamente, pensé mientras iba hacia mi hogar, y Dios me utilizó como un vehículo de su misericordia sanadora. Entonces una visión increíble me sacudió fuera de mi humor jubiloso.
Repentinamente en los ojos de mi mente allí aparecido ser un banco de nubes sobrepuesto a través del cielo. Pero nunca había visto un banco de nubes como éste, así que pare mi vehículo al lado del camino para tomar una mirada más atenta. Entonces realicé que no era un banco de nubes, era un panal de miel que goteaba sobre la gente abajo. La gente estaba en una variedad de posturas. Algunos estaban en reverencia; llorando y con sus manos extendidas para coger la miel y para probarla, incluso invitando a otros a que tomaran algo de su miel. Otros actuaban irritados, limpiando la miel de sí mismos, quejándose por el embarre. Estaba maravillado. No sabiendo qué pensar, oré, “¿Señor, qué es esto?”
Él dijo, “Es mi msericordia, John. Para algunos es una bendición, pero para otros es un obstáculo. Hay suficiente para todos. Nunca más me mendiges para que sane. El problema no está en mi parte, John. Esta allá abajo. (Para los lectores que nunca han tenido una visión o sobrenaturalmente escuchado a Dios de este modo, no escuché físicamente a Dios hablar. Experimenté como una impresión, un sentido espiritual de Dios que me hablaba. El tiempo probó que lo que yo pensé que había escuchado fué verdad.)
Esa fue una experiencia conmovedora y profunda; revolucionó ciertamente mi vida más que cualquier otra experiencia que tuviera en mi vida cristiana. Nunca he mirado a la sanidad de la misma manera desde ese día.
Lo que hizo esta experiencia tan poderosa fue que confirmó mi nueva convicción, arraigada en las escrituras, que la gracia abundante de Dios incluyó sanidad divina, si solamente le creemos por eso. Aprendí esta lección de la historia en Marcos 9:14-32 de Cristo sanando al hijo de un hombre que fue poseído por un espíritu inmundo y por consiguiente era mudo. Después de que los discípulos no hubieran podido sanar al muchacho, el padre se acercó a Jesús y le preguntaba si él podría ayudar. Jesús no perdió tiempo en identificar la razón por el fracaso de los discípulos: incredulidad.
Después de explicarle a Jesús de que su hijo habia estado poseido por el espíritu inmundo desde su niñez, el hombre le preguntó, “Pero si puedes hacer algo, ten misericordia de nosotros y ayúdanos” (v. 22). Jesús le dijo: “Si puedes creer, al que cree todo le es posible” (v. 23). La clave para experimentar la misericordia sanadora de Dios era el creer, cree en el Dios que sana. Inmediatamente el padre del muchacho clamó y dijo: “Creo; ayuda mi incredulidad” (v. 24). Con esta confesión, lo que Jesús llamó fe como un grano de mostaza en Mateo 17:20, Él sacó el espíritu sordomudo del niño y el fue sano inmediatamente.
Lo que Dios me demostró a través de las escrituras como en Marcos 9, mi primera sanidad, y la visión del panal eran que Él es mucho más grande de lo que me imaginaba que Él es, y con solamente un pequeño acto de fe podría experimentar Su compasión y misericordia. También realicé que la misericordia de Dios está cayendo constantemente sobre nosotros, porque todo lo que Él hace se relaciona con quien Él es: el Padre de la compasión (misericordia, oiktirmon) y Dios de toda consolación, que nos conforta en todos nuestros problemas. (2 Cor. 1:3; Ex. 34:6, Neh. 9:17). Salmo 145:9 dice, “El Señor es bueno con todos; él se compadece de toda su creación”. Tito 3:5 que “él nos salvó, no por nuestras propias obras de justicia sino por su misericordia”.
Pero a menudo no vi a Dios en la plenitud de su misericordia y gracia.
Confiaba que Él me dirijiera, pero no confiaba de que Él fuera mi provehedor; tenía fe para recibir el perdón de pecados y la salvación, pero no tenía ninguna fe para la sanidad divina. Nunca realicé que la misericordia de Dios estaba tan fácilmente y abundantemente disponible para mí como la miel estaba disponible para todos los que estaban debajo del panal.
A través de la visión del panal de miel entendí que mi primera sanidad era solo el principio de mi experiencia de la misericordia de Dios si solamente escogia creerla y recibirla. En la visión, algunos se regocijaban, por gracia recibieron y por gracia lo compartian. Mientras más ellos daban, más recibian. El Señor dijo, Hay suficiente para todos. Nunca más me mendiges para que sane.
Pero otros, llenos de incredulidad y de escepticismo, no podían recibir la gracia, las bendiciones, y los regalos de Dios. No podían ver que la misericordia y sanidad de Dios son mayores que la comprensión de ellos de cómo Él trabaja. El problema no está de mi parte, dijo el Señor. Está allá abajo. Somos nosotros y no Dios que ponemos limitaciones e incredulidad en la compasión y la misericordia de Dios. Estamos invitados a cooperar con el Espíritu entrando en una colaboración divina, una colaboración la cual Él trae dirección y provee para la sanidad.
E. ¡Sabiendo Quién Eres - Entonces Sabrás Qué Hacer!
Cuando comenzamos a ser sensitivos a las necesidades de otros y a ministrarles de esta manera, las ruinas del Cuerpo de Cristo comenzarán a construirse y repararse y el cuerpo el cual ha sido desolado por muchas generaciones será restaurado. Este tipo de ministerio requiere un rendimiento total de nuestras vidas, deseos y de lo que para ti es conveniente para ayudar y minisrarle a alguien mas.
F. Quisiera dejarte con este pensamiento que es una cita de el libro de mi esposa “La Compasión”:
Actúa Justamente y Ama Misericordia: Miqueas 6:8
En el libro “La Justicia que Dios Busca”, el autor y nuestro amigo David Ruis escribe, “Entra en la humildad, somos llamados a actuar justamente y amar msericordia. ¡No te pierdas esto! La justicia es una acción, para hacerce en y a través del poder de la comunidad cristiana, pero la misericordia es para amarla. No es una acción; es una pasión.”
La compasión y la misericordia verdadera provienen de una pasión para el corazón del Padre. ¿Amas misericordia? Cuando aprendemos a amar verdaderamente la misericordia y la compasión, de nuestra propia pasión para el corazón de Dios, estaremos entonces motivados para actuar justamente. La justicia y la rectitud forman la fundación del trono del Padre. El salmista escribe, “Justicia y juicio son el cimiento de tu trono; Misericordia y verdad van delante de tu rostro”. Salmo 89:14.
La compasión abrirá los pozos de sanidad y las zonas libre de cáncer. Revolverá el cielo para que derrame la unción sanadora en los hombres y las mujeres autorizandolos para completar la comisión de “...Sanar a los Enfermos” Mat. 10:8, Lucas 9:2 y 10:9.
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También estamos pidiendo a las personas que oren y ayúnen en el Día de la Amistad para romper la espalda del cáncer (sólo durante el día)
Lo siguiente son varias formas que usted puede interceder con nuestra iniciativa de La Tormenta de Oración esta semana:
Oren por un desatar grande de los dones del Espíritu Santo de fe, sanidad y milagros especialmente sobre el cáncer.
Oren por descubrimientos médicos y cientificos que sean desatados AHORA sobre toda clase de cáncer.
Cancélen todo espíritu generacional de enfermedad (por otros espíritus generacionales como el Espíritu Santo te dirija) sobre tu familia en el nombre de Jesús.
Tráe los miembros de tu familia o amigos por nombre al Señor y declara la palabra del Señor sobre ellos.
Ore con nosotros que le Señor hará un gran milagro en la vida de Michal Ann y que un gran testimonio salga alrededor del mundo para la gloria de Cristo.
Dios le bendiga,
James W. y Michal Ann Goll