martes, 9 de febrero de 2010

COMPARANDO LAS PERSPECTIVAS PASTORALES Y APOSTÓLICAS: Imparticion 8 de febrero 2010 Red Ministerial NVI-Apostol Jose Hernandez

Hay mucha discusión acerca del liderazgo en nuestros días. El Cuerpo de Cristo ha sido retado a entrar en una nueva etapa de liderazgo que transformará primero a la Iglesia y después al mundo. Este reto especialmente ha provenido a través de los escritos y las investigaciones de John Maxwell y George Barna.
Uno de los problemas preponderantes en la Iglesia de hoy es como relacionar y recibir la perspectiva apostólica, y a la vez la pastoral, en el liderazgo. Obviamente ambos son ministerios dados en la ascensión del Señor Jesús, y ambos son absolutamente necesarios (en conjunto con el profeta, el evangelista, y el maestro) para traer al Cuerpo de Cristo a la madurez, el ministerio y la unidad. (Efesios 4:7-16).
En este artículo, quiero definir las diferencias de perspectiva que tienen estos dos ministerios, en como perciben la vida en la Iglesia y el ministerio. Nuestro objetivo es que ambos ministerios se puedan comprender mejor el uno al otro, para que la Iglesia esté fortalecida tanto en lo apostólico como en lo pastoral. Al identificar las diferencias de perspectiva, esperamos lograr que ambos dones se abracen en la Iglesia del siglo 21.
A través del proceso progresivo de la restauración Divina para la Iglesia de Dios, existe una tendencia a exagerar ciertas verdades que han sido ignoradas por generaciones. Un énfasis exagerado puede enajenar a algunos, ¡y eso es exactamente lo que no queremos! Tanto es incorrecto ignorar el ministerio apostólico, como lo es minimizar el ministerio pastoral. ¡Cristo no está dividido! ¡Los cinco aspectos del ministerio de Cristo no están fragmentados!

Aquí hay siete comparaciones: llamamiento pastoral, llamamiento apostólico:

1. Lo pastoral se enfoca en el cuidado personal de cada creyente en lo individual. Lo apostólico se enfoca en la visión corporativa de la iglesia local. Así como un buen pastor revisa minuciosamente a cada oveja cuando va entrando al redil por la noche, así tiene cuidado personal el pastor por cada oveja. Cada uno es revisado para ver si requiere de alguna atención, después de un largo día en el monte o en el valle. Entonces el rebaño podrá descansar hasta que salga de nuevo por la mañana siguiente. Por el otro lado, los apóstoles se dan cuenta que, cuando una oveja se aparta y se aísla del rebaño, esto no sólo pone en peligro a esa oveja, sino que detiene a "toda la iglesia" de moverse hacia adelante en la visión corporativa de Dios.

2. El pastor se enfoca sobre la congregación local, mientras que el apóstol se enfoca mas sobre la iglesia a nivel ciudad y regional. El pastor se puede reunir con otros para orar y desayunar juntos, y las congregaciones locales pueden unirse para una reunión unida u otro gran 'evento cristiano', pero él está primordialmente preocupado por la congregación local que ha sido llamado a pastorear. Un líder apostólico se percibe a sí mismo pastoreando a la ciudad. El apóstol ve que su tarea es conectar a las iglesias para más que unos 'eventos'. Él desea conectar el Cuerpo como estrategia para transformar a toda la ciudad y la región. Esta conexión y la estrategia van más allá del compañerismo; es necesaria para que orden Divino y el gobierno Divino del Reino emerjan en esa región.

3. Los pastores necesariamente se enfocan en el mantenimiento de la iglesia; los apóstoles en la misión de la Iglesia. Obviamente la Iglesia requiere de ambas cosas. ¡Pero es demasiado frecuente ver que el mantenimiento ha vencido a la misión! A manera de ilustración, nos referiremos a la congregación que Moisés guió en el desierto entre Egipto y Canaán. Aquel fue el rebaño mejor atendido y mantenido que el mundo haya visto. No tenían necesidad alguna. El Señor Dios proveyó su pan diario, el agua, el calor por la noche, y el fresco de la nube por día. Pero como usted sabe, aquella "congregación" no fue a ningún lado por cuarenta años. Desgastaron la arena, en su circular continuo por el desierto. ¡Ellos caminaron por donde siempre habían caminado! Pero no lograron progreso alguno. De hecho, ¡se murieron dando vueltas en círculo! La Iglesia no es un taller de reparaciones; es un pueblo destinado a avanzar hacia su herencia y destino en el Reino de Dios. La Iglesia es una compañía de discípulos que siempre está aprendiendo y siempre está progresando. Cada uno de nosotros necesita ser discipulado, y cada uno de nosotros necesita discipular a otros. En el principio, Adán y Eva fueron llamados a lago más que mantener y cultivar el Huerto del Edén; ¡ellos fueron llamados a extender y exportarlo por toda la tierra! ¡Ésta fue su misión!

4. Los pastores en su mayoría perciben a la Iglesia como la Familia de Dios; los apóstoles ven a la Iglesia como el ejército de Dios. Las familias socializan en convivencia; los ejércitos arman estrategias de guerra. Las familias cuidan de la siguiente generación, y la crían. Los ejércitos llaman a los hijos a salir a la batalla. Isaí tuvo ocho hijos, de los cuáles el último fue asignado a labores pastorales. Samuel el profeta proclamó la tarea de Dios para David. Esto resultó en que el joven guerrero derrotara a Goliat y a miles de filisteos. Al mirar a la Iglesia como familia, surge la tendencia de una identificación denominacional. Ver a la Iglesia como ejército nos lleva a las relaciones entre redes apostólicas, que trabajan juntos para los propósitos del Reino que trasciende las afiliaciones denominacionales.

5. Los pastores se enfocan sobre el pasado y el presente; los apóstoles se enfocan hacia el futuro. Regresamos con el Pastor Moisés. Él tenía que repasar de manera continua el pacto del Sinaí, para que la gente obedeciera al Señor Dios. Por el otro lado, Josué fue ungido para llevar a Israel hacia su futuro, donde su herencia y destino estaban ubicados. Mientras Moisés repasaba, Josué, su sucesor escogido, estaba avanzando. En ocasiones, los apóstoles miran tanto hacia el futuro, que la gente pregunta: "¿Por qué es que vamos en esta dirección, y cómo es que vamos a llegar allí?" Mucha gente prefiere hablar de lo que ya conocen, que avanzar hacia lo desconocido. La obediencia soltará el entendimiento y la definición [de la visión], cuando Dios lo crea necesario.

6. Los pastores tienden a conectarse con los maestros, y los apóstoles se conectan con los profetas. Una de las preocupaciones principales del pastor es dar una buena dieta de la Palabra de Dios al rebaño, y esto muchas veces entra en el don del maestro. De hecho, la mayoría de los pastores sí son maestros, aunque la mayoría de los maestros no son pastores. Por el otro lado, los apóstoles se enfocan más sobre asuntos fundamentales (Efesios 2:20), y su mentalidad es ir hacia adelante. ¡El viento del Espíritu Santo debe soplar a través del ministerio de los profetas, para mover a la Iglesia hacia delante, hacia los nuevos logros y las conquistas espirituales! Los maestros deberían ser el puente para unir a los pastores y a los apóstoles. (I Corintios 12:28)

7. Los pastores prefieren evitar toda controversia, para que no se agiten las ovejas. Los apóstoles prefieren enfrentarse directamente a las controversias, para llegar a una solución. En Hechos 15, fue una agrupación de apóstoles, tales como Bernabé, Pablo, Pedro, y Santiago, que decidieron definitivamente la controversia sobre la circuncisión y la Ley de Moisés, y enviaron la palabra a las iglesias que dio solución y dirección. Confrontar la controversia puede ser difícil, pero es mejor la confrontación que dar lugar a los chismes, los celos, las críticas destructivas, y el orgullo espiritual (¡o ministerial!). El poder de la unidad inicia, cuando nos reunimos y confrontamos los que debemos confrontar. ¡Ese poder continua, cuando permitimos que el Espíritu Santo y la Palabra tengan autoridad sobre nosotros!

En conclusión, permítame apelar a los pastores y a los apóstoles para que busquen comprender la perspectiva de los otros, y sus énfasis. Esto traerá Gloria a Iglesias del Señor.