MODULO I, LECCION II:
EL DON DE PROFECIA:
1ª Corintios 12:8-10
8 Porque a éste es dada por el Espíritu
palabra de sabiduría;
a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu;
y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu.
a otro, discernimiento de espíritus;
a otro, diversos géneros de lenguas;
y a otro, interpretación de lenguas.
Romanos 12:6-8:
6 De manera que, teniendo diferentes dones,
según la gracia que nos es dada,
si el de profecía, úsese conforme a la medida de la fe;
7 o si de servicio, en servir; o el que enseña, en la enseñanza;
8 el que exhorta, en la exhortación;
el que reparte, con liberalidad;
el que preside, con solicitud;
el que hace misericordia, con alegría.
INTRODUCCION:
Uno de los dones más maravillosos y a la vez
más cautivantes en el cuerpo de Cristo es el don de profecía. Y a la vez ha
sido uno de los más abusados y mal usados. Por eso es tan importante el que
conozcamos este don con el cual somos movidos dentro del oficio profético.
Lo primero que tenemos que entender es que los
profetas tienen que moverse en el don de profecía, eso es obligado, PERO
alguien que se mueva en el don de profecía no es necesariamente un profeta. Por
ende, es en definitiva que tenemos que entender que es el don de profecía.
A.
Definición e importancia del don de profecía:
Cabe destacar que el único don que
aparece en ambas listas es el de profecía, por eso es que la discusión habla de
que este don infiere la predicación del evangelio y el don de advertir de cosas
futuras en el ministerio profético:
1.
Definición:
Profecía en griego Profeteia
significa hablar a los hombres para “exhortarles, animarles y consolarles”.
Es el único que aparece en las 2 listas de los dones, la de Romanos y la de
Corintios. Este don implica comunicar la voluntad de Dios a los hombres, sea
predicando el evangelio o con una palabra de revelación en algún asunto
especial específico para cualquier persona. Dios usa la profecía para aliviar
nuestras almas de la aflicción para traer refrigerio a nuestros huesos, para
levantarnos, sostenernos, y así poder soportar con paciencia las dificultades
que debemos como hijos de Dios afrontar.
a.
Edificar: Es
construir buenos cimientos en la vida de una persona o congregación, infundir
buenas actitudes, es formar a la persona o a la iglesia a la medida, estatura y
plenitud de Cristo.
Dentro de la profecía encontramos palabra de dirección. Yo en lo personal he recibido esta clase de palabra algunas veces y en Hechos 9:10-18 vemos a un discípulo llamado Ananías, que recibe una visión de parte de Dios con instrucciones específicas, para que pusiera sus manos sobre Saulo y orara para que este recobrara la vista. Recordemos hermanos que en ese momento Saulo no era Pablo, el que después comenzaba sus cartas diciendo gracia y paz sea a vosotros, sino todo lo contrario, era un hombre que perseguía y encerraba a los miembros de la iglesia en la cárcel (Hechos 8:3), y fue el mismo que estuvo de acuerdo con la muerte de Esteban, el primer mártir cristiano de Hechos 8:1.
Dentro de la profecía encontramos palabra de dirección. Yo en lo personal he recibido esta clase de palabra algunas veces y en Hechos 9:10-18 vemos a un discípulo llamado Ananías, que recibe una visión de parte de Dios con instrucciones específicas, para que pusiera sus manos sobre Saulo y orara para que este recobrara la vista. Recordemos hermanos que en ese momento Saulo no era Pablo, el que después comenzaba sus cartas diciendo gracia y paz sea a vosotros, sino todo lo contrario, era un hombre que perseguía y encerraba a los miembros de la iglesia en la cárcel (Hechos 8:3), y fue el mismo que estuvo de acuerdo con la muerte de Esteban, el primer mártir cristiano de Hechos 8:1.
b.
Exhortar: Es
corregir cuando nos estamos desviando del plan de Dios, para nuestras vidas.
Siempre la palabra tiene que ser dada con amor y nunca si es personal delante
de otras personas, no se trata de humillar a la persona ni mucho menos herirla,
es únicamente con el fin de traer corrección, luz a la persona para que su vida
crezca y sea de bendición para otros.
c.
Consolar: Según
2ª Corintios 1:3 se dice lo siguiente: Bendito sea el Dios y el Padre de nuestro Señor Jesucristo,
Padre de misericordia y Dios de toda consolación. La palabra
consolación viene del griego parakleo que es similar a parakletos que es Espíritu Santo
quien es nuestro consolador. Esto que subrayan el aspecto de animar,
exhortar, sostener y confortar a quienes sufren, o mejor dicho, inculcar
esperanza en aquellos que la vida les parezca una carga insostenible. De hecho,
la consolación conlleva el sentido de confortar a aquellos en situaciones de
desolación, abandono, desamparo, entre otros.
Es verdad que la profecía suena a veces algo misterioso, no debemos
tener temor a una palabra profética, ni tampoco tomarla a la ligera. También
puede ser una palabra de comisión, para comisionar a una persona al ministerio.
Cuántos de nosotros recibimos alguna vez una palabra sobre lo que Dios va a
hacer en nuestro ministerio, en nuestras familias, tal vez en negocios que debemos
emprender.
B. Cuatro niveles de la profecía:
Es bien importante que entendamos en cuál de
los 4 niveles de la profecía nos movemos. Sería prudente que oremos para
confirmar como nos movemos o como opera en nuestros hermanos. Los niveles son
los siguientes:
1.
Espíritu de la profecía: Es la manifestación a través de la cual cualquier creyente actuando en
fe profetiza en la congregación en el momento de la adoración o en una
atmosfera donde los profetas están fluyendo en el don o el oficio profético.
Cualquier persona puede profetizar porque esto le place al Espíritu Santo en
ese momento (Génesis 50:24; Números 11:24-30; 1ª Samuel 10:10, 19:20-24;
Hebreos 11:22).
2.
El don de profecía: Es una de las manifestaciones como dijimos arriba mencionadas en 1ª
Corintios 12 y Romanos 12, así como en Hechos 2:18. Es una operación del
Espíritu dada a la iglesia nueva testamentaria que debe ser operado y
ejercitado con reglas y medidas establecida en las Escrituras (1ª Corintios
14:1, 3, 25-31; 1ª Tesalonicenses 5:20-21). Este es dado por fe y por gracia
(Hechos 19:1-6; Gálatas 3:5).
3.
El Ministerio u Oficio del Profeta: Es la manifestación de Jesucristo que deposito
en cinco ministerios de ascensión que como nos menciona (Efesios 4:11). En segundo
lugar es el profeta después del apóstol. La función del profeta es la de
activar impartición de dones y llamamiento al ministerio, confirmar, traer
revelación de la palabra y los sucesos que competen a la iglesia, predica la
palabra con el fin de preparar el camino del Señor, trae arrepentimiento al
pueblo establece fundamentos de la palabra, hace que el pueblo se vuelva a Dios
llevándolo hacer pacto con nuestro Señor, con el fin de madurar y capacitar la
iglesia para perfeccionar a los santos para llevarlos a la medida del varón
perfecto juntamente con los apóstoles, evangelistas, pastores y maestros.
(Hechos 13:1; Efesios 2:20). El profeta como los demás ministerio de ascensión
debe tener las cualidades de un anciano. El ministro profeta es también un
anciano para que pueda ser usado en todo lo que Dios desee. Debe ser un
ministro con el carácter necesario para enfrentar los problemas de la iglesia,
sin carácter expondría al pueblo de Dios, al tener ojos y boca y no tener el
carácter suficiente para la situación (Tito 1:5-13). Es parte activa en el
presbiterio, su consejo eran tomado en cuenta a la hora de las decisiones
importantes referente a ministros como el, envíos, imparticiones, imposición de
manos según la dirección del Espíritu Santo. (Hechos 13:1-3; 15:2-4).
4.
La Profecía
Inspirada en las Escrituras: Siendo que las escrituras son inspiradas, la profecía escrita es la más
alta inspiración de la revelación inefable de la voluntad de Dios. Este nivel
profético es el grado más alto; los tres niveles proféticos anteriores tienen
un margen de error pueden fallar porque son hombres, pero en este cuarto nivel
de la profecía escrita Dios es infalible. La expresión “palabra profética más
segura” en 2ª Pedro 1:19-20 es usada para referirse a los libros proféticos del
Antiguo Testamento. Siendo que las escrituras son inspiradas por Dios, las
Profecías en ellas son inspiradas e infalibles en revelación. (2ª Timoteo
3:15-16). Entonces debemos entender claramente que este nivel profético es el
más santo y por ello requiere la más cuidadosa y responsable interpretación
sistemática. Este tipo de profecía no es dado más hoy con el fin de escribir
revelaciones personales e incluirlo en los cánones bíblicos. Ya están escritos
los sesenta y seis libros de la
Biblia completa. Nada debe ser añadido a la palabra de Dios
(Hebreos 4:12; Revelación 22: 18-19).
C. Preguntas de la lección:
1.
Explique la importancia del don de profecía basado en Romanos 12 y 1ª
Corintios 12.
2.
¿Cuál es el propósito del don de profecía?
3.
De algunos usos y utilidades del don de profecía.
4.
Explique las diferencias entre edificar, exhortar y consolar.
5.
¿Cuáles son los 4 niveles de la profecía? Explique uno de ellos en un
máximo de 3 oraciones.