“Más ahora traedme un tañedor, y mientras el tañedor tocaba, la mano de Jehová vino sobre Eliseo, quien dijo: Así ha dicho Jehová: Haced en este valle muchos estanques...” 2 Reyes 3:15-16
Según nos enseña el pasaje anterior, el profeta antes de ser profeta era adorador. El tañedor dirigió la adoración y hubo profecía, palabra de Dios. No se trata únicamente de tocar el instrumento sino de la unción que acompañó al tañedor. Podemos entender además que el tañedor ministró bajo una unción profética.
La adoración desata el fluir de la palabra profética. A través de la adoración tocamos el corazón de Dios y cuando eso se logra, de su trono desciende un rocío que refresca el ambiente y sale palabra que ministra la vida de todos los que están reunidos en su nombre.
Responsabilidad de un líder de adoración
El líder de adoración deberá entender que él no es la máxima autoridad en el servir de adoración sino su pastor después del Espíritu Santo.
El líder de la adoración deberá entender que si bien es cierto que él no es un líder que también es cierto que él obedece a la autoridad de Dios delegada en su pastor.
El líder de adoración debe procurar no extender la alabanza y la adoración más de lo necesario. No debe dar un concierto sino llevar al pueblo a la presencia de Dios y preparar el camino para recibir la Palabra de Dios.
Recuerda: Si logras meter al pueblo en la presencia de Dios con sólo dos coros, habrás completado tu tarea. Es tiempo de escuchar la Palabra.
El líder de adoración debe reunirse con los músicos, cantores y técnicos del sonido por lo menos una hora antes de cada servicio para orar y repasar lo que cada uno hará durante el servicio.
Recuerda: No temas en preparar un programa para el servicio de alabanza siempre y cuando sé es sensible al Espíritu Santo para cualquier cambio.
El líder de adoración deberá mantener una relación bien estrecha con el pastor general de su congregación. La relación que tenía Luzbel con Dios (antes de la caída) era buena.
El líder de adoración debe ser puntual en los ensayos y deberá exigir que sus músicos, cantores y técnicos del sonido también lo sean.
Recuerda:
En momentos tendrás que ser flexible. Tus músicos tienen otras responsabilidades y son personas con emociones, y como personas, deberán significar más para ti que sus talentos.
Satanás es el principio de la potestad del aire y le encanta producir problemas de audio precisamente en los momentos más sublimes en la adoración o cual el ministro esté predicando con mayor unción.
El líder de adoración no debe permitir que los instrumentos de sus músicos estén tan altos en volumen que no se pueda escuchar la lírica en un himno. De ser así, habrás perdido el propósito de la ministración. Cubre en oración a tus músicos y técnicos de sonidos constantemente.
Algunos estorbos en la adoración
Pistas:
Pistas de acompañamiento musical que no empiezan a tiempo.
El cantante está de pie esperando abochornado diciendo: ¡Aleluya, gloria a Dios, aleluya...” una y otra vez cada segundo parece una eternidad. Sé tu más listo que el diablo en esto, ten presente a mano un “plan b” por si acaso una pista no funciona o no comienza a tiempo.
La desventaja de cantar con pistas es que si se desea prolongar el himno no se puede. En lo posible, enseñe a sus músicos a tocar con pistas y estar preparados para fluir.
Los anuncios.
La monotonía.
La falta de autoridad espiritual sólida en la iglesia.
La falta de unidad entre el ministro de música y el pastor.
Algunas recomendaciones
No atesores himnos nuevos para un tiempo especial en el futuro.
Debemos complacer a Dios y no a los hombres.
No enseñes más de dos coros nuevos en un solo culto, de lo contrario los hermanos se concentrarán en aprenderse los coros en vez de adorar al Señor.
Conclusión
Mientras más aprendemos de adoración, más nos damos cuenta que hay más que aprender.