domingo, 13 de julio de 2008

Los profetas del miedo

Nehemías 6:14:
Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sanbalat conforme a estas obras suyas, también de la profetisa Noadías y de los demás profetas que estaban atemorizándome.


Nehemías fue llamado a ser un restaurador. Fue el hombre al que Dios llamó para levantar algo caído: El muro de Jerusalén. Esto le hizo un llamado fuerte para interceder por su nación (1:1-2:8), en la cual se instala un concepto conocido dentro de la intercesión como la oración flecha (2:4), una oración breve pero que conmueve los cielos.
Esto hizo que este hombre subiera de puesto: Fue promovido de ser copero del rey (que era un puesto importante, ya que era la persona que probaba todas las bebidas que el rey iba a tomar antes que el rey tan siquiera pusiera sus labios en la copa, y esto lo hacia para ver si estaba buena para tomar o si tenían algo malo) a ser Gobernador de Israel, bajo el mandato del Rey Artajerjes I de Persia. Nehemías y Esdras fueron contemporáneos, y ambos fueron restauradores. Esdras restauró el templo, mientras Nehemías restauró el muro. El cambio de Esdras fue religioso y el de Nehemías fue político. Pero ambos ejercieron un papel importante dentro de la historia del pueblo de Israel y fueron restauradores.
Nehemías fue el último tiempo cronológico en la historia de Israel como historia bíblica, antes de la llegada del Mesías Jesucristo. Este tiempo fue en el que se levantó Malaquías a predicar. Estos eran contemporáneos, e inclusive, cuando Malaquías se levanto con la palabra en torno a los diezmos (Malaquías 3:8-10) fue en los tiempos de Nehemías y Esdras. Eso paso en los tiempos de Nehemías y Esdras (y esto implica y lo creo, que parte de la restauración de la adoración es la restauración de los diezmos para estos tiempos).
Pero como toda promoción, esto trajo enemigos que se levantaron contra el: Sanbalat, Tobías y Gesem. Y ahí algo que tenemos que notar aquí:
a. Gesem: Este nombre era de origen árabe. El es el mismo Gasmu que se menciona en el verso 6, y esta forma era de origen asiria. Era el jefe de una tribu árabe establecida en Palestina.
b. Sanbalat: Este nombre era de origen persa, pero este era un sátrapa, que no era otra cosa que el Virrey de Samaria, que era un cargo mayor que el de Nehemías, puesto este titulo implicaba que estaba a cargo de varias provincias que tenían su gobernador.
c. Tobías: Este nombre era de origen judío. Significa bondad de Jehová, pero en este caso lo menos que este tenía era bondad hacia Nehemías. Pero el no era judío, sino amonita (el pueblo que salio del acto incestuoso entre Lot y su hija menor).

Viendo todo este trasfondo, tenemos que ver que el enemigo de la restauración venia de 3 frentes diferentes, pero con un fin en común. Es decir, muchas veces los enemigos entre si se hacen amigos comunes para hacerte la guerra, como sucedió con Nehemías, ya que estos 3 pueblos no se llevaban entre si tampoco y tenían su guerra entre ellos, pero se levantaron en contra de la restauración del muro. Por eso hoy día tenemos estos frentes en común que se levantan en contra de lo profético y lo apostólico para hoy, que aunque ellos no se llevan entre si, pero como Sanbalat, Tobías y Gesem, se unen para hacerle la guerra a los Nehemías de hoy, a los restauradores, a los que levantamos lo apostólico y lo profético para hoy, a los que hemos recibido este llamado de parte de Dios.

Pero como todo enemigo, estos enemigos tienen sus profetas, o es decir, sus anunciadores de noticias:
Profeta: Persona a la cual Dios le da visiones y sueños del futuro y le revela sus planes para el futuro. Edifican, exhortan y consuelan al pueblo

Pero así como Dios tiene profetas, los hombres tienen profetas también:

Tito 1:12: Uno de ellos, su propio profeta, dijo: Los cretenses son siempre mentirosos, malas bestias, glotones ociosos.

Y el diablo también tiene sus profetas:

2ª Pedro 2:1: Pero se levantaron falsos profetas entre el pueblo, así como habrá también falsos maestros entre vosotros, los cuales encubiertamente introducirán herejías destructoras, negando incluso al Señor que los compró, trayendo sobre sí una destrucción repentina.

Es decir, lo que Dios hace, el hombre lo quiere imitar (ejemplo de esto es Simón el mago que quería comprar la unción de los Apóstoles en Hechos 8 y los hijos de Esceva en Hechos 19:13-16) y el diablo lo imita también, para traer engaño a las naciones.

Y cuando Dios hace trabajo de restauración, el enemigo usa al hombre para levantarse contra lo que Dios tiene. Y este fue el caso de Sanbalat, Tobías y Gesem, que se levantaron contra Esdras y Nehemías, los hombres que Dios había puesto para restaurar el muro y el altar en Jerusalén.

Por esto, ellos se hicieron de una táctica usada anteriormente y era la del profeta por paga. Tenemos el ejemplo bíblico por excelencia en el caso de Balaam:
a. Balaam: En el Antiguo Testamento, profeta gentil de Pethor, en el valle del Éufrates. Según el libro de los Números (22-24), Balac, rey de los moabitas, alarmado por la entrada de los israelitas en sus territorios, pidió al profeta que fuera a Moab para maldecir a los invasores. Balaam aceptó el encargo, pero en el viaje se le apareció el ángel del Señor en el famoso incidente de la burra que hablaba, tras lo cual se convirtió en portavoz de Dios (Núm. 22: 21-33). De este modo Balaam profetizó la felicidad para Israel y previó la futura ascendencia de la casa de Jacob, patriarca de Israel (Núm. 24:17). Sin embargo, Balaam llevó a los israelitas al pecado al aconsejarles que se unieran a las mujeres moabitas y por hacerles comer carne sacrificada a los ídolos (Núm. 25:1-3; 31:16). Algunos autores del Nuevo Testamento recuerdan la figura de Balaam por estos hechos (Judas 11; Ap. 2:14). El profeta murió en la lucha que más tarde tuvo lugar entre los madianitas y los israelitas (Núm. 31:8). La historia de Balaam viene a confirmar la idea de que incluso los extranjeros daban testimonio de la grandeza de Israel.
Ahora bien, en el caso de Nehemías, este tuvo que enfrentar varios profetas por paga también. Uno de estos fue Semaías (verso 10), por eso es que tenemos que probar a los profetas, por que un ministro ordenado por Dios no va buscando su propia gloria y prosperidad, sino que siempre va dando gloria a Dios. Este se dejo sobornar, es decir, recibir dinero por algo a cambio, de parte de Sanbalat y Tobías, para infligir miedo a Nehemías. Y Nehemías discernió que este no le hablaba de parte de Dios.
Ahora bien, también vinieron otros profetas los cuales trataron de dar palabra a Nehemías la cual no venia de parte de Dios, y estos se mencionan en el verso 14. Pero estos tiene una peculiaridad y era que trataron de infundir miedo en Nehemías. El sufrió el ataque de estos falsos, que, aunque afirmaban que trabajaban para la obra de Dios, en verdad estaban aliados con los enemigos de Dios (más ejemplos en Hechos 20:28-31 y 2ª Corintios 11:26).
Es decir, la característica principal de estos falsos profetas era infundir miedo en la gente del pueblo de Dios. Y el miedo no viene de Dios:

2ª Timoteo 1:7: Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.

Y el miedo en griego viene de la palabra que significa falta de fe, es decir, lo contrario a la fe, lo que necesitamos para creer en Jesucristo. La fe es lo que necesitamos para alcanzar nuestro milagro, nuestra sanidad, nuestra liberación, nuestra prosperidad, para alcanzar la restauración de nuestra familia, de nuestra vida, de nuestra casa.
Cuando Dios te habla te da un sentido de seguridad, de paz, aunque El diga no, estas seguro que es no, cuando El dice si, estas seguro que es si, no te da miedo, te da paz. El miedo es lo que produce que la gente no prospere, no eche para adelante, no camine en prosperidad, no camine en la gracia, no camine en libertad, no camine de la mano de Dios.
Dios produce poder para deshacer las obras del diablo, amor para amar a los demás y a los tuyos propios pero para amarte a ti mismo también, y dominio propio para poder lidiar con las situaciones que a diario se vienen a ti y poder tomar las decisiones apropiadas en torno a estas situaciones.
¡Cuando vengan personas a inflingirte miedo, repréndeles en el nombre de Jesús, por que estos no vienen de Dios, el miedo no es para ti, no es de Dios, el Espiritu Santo de Dios produce paz, seguridad, no miedo, y tienes que estar seguro que Dios tiene lo mejor para ti, por eso el miedo no es de El!