jueves, 17 de julio de 2008

Idolatria: El Gran Enemigo-Apostol Rony Chaves (Adoracion Continental)

1 Reyes 11:4
“ Y cuando Salomón era ya viejo, sus mujeres inclinaron su corazón tras dioses ajenos, y su corazón no era perfecto con Jehová, como el corazón de su padre David.”


La diferencia entre David y su hijo Salomón fue que, David sólo permitió en Israel un altar y un templo, para Jehová de los ejércitos. Salomón en su ancianidad permitió un altar pagano para cada mujer que tuvo y muchas casa para dioses falsos en los lugares altos. Idolatría fue la diferencia y lo que determinó la caída de Israel.

El pecado aleja a Dios
La idolatría vino porque Salomón quiso agradar a sus mujeres. El edificó casa a los dioses falsos de ellas y sus naciones paganas: Astoret, Milcom, Quemos, Moloc. etc.
Esta idolatría que trajo como disciplina de Dios la ruptura y división del reino; llegó primero por el pecado y la desobediencia a la Palabra del Señor. Salomón pecó e Israel le siguió.
1 Reyes 11: 1,2
“Pero el rey Salomón amó, además de la hija de Faraón, a muchas mujeres extranjeras; a las de Moab, a las de Amón, a las de Edom, a las de Sidón y a las heteas; gentes de las cuales Jehová había dicho a los hijos de Israel: No os llegaréis a ellas, ni ellas se llegarán a vosotros, porque ciertamente harán inclinar vuestros corazones tras sus dioses. A éstas, pues, se juntó Salomón con amor.”
El pecado es el gran enemigo de la adoración de alto nivel. David lo entendió y cuando pecó, se humilló y pidió a Dios un nuevo corazón y una transformación total de su interior.
David confesó arrepentido y Dios le restauró. Amén. Hoy el pecado no confesado en la Iglesia puede afectar la restauración de ésta como Casa de Dios. La falta de arrepentimiento sincero, la promiscuidad y el orgullo entorpecen la labor de reconstrucción del Espíritu entre el pueblo de Dios.
Isaías 59:1,2
“He aquí no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oir; pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oir...”.

El pecado en todas sus formas aleja a Dios. La transgresión de la ley de Dios lo aleja a El y lo separa del pecador; mas la idolatría lo irrita y enciende su ira. Idolatría implica hacerlo a un lado; es despreciarlo y darle nuestro amor a otro. Idolatría es abominable ante los ojos de Dios, y trae juicios generacionales y territoriales terribles.
El antídoto contra el pecado y la idolatría es la Adoración.

Mateo 4:10,11
“Entonces Jesús le dijo: Vete, satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él solo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.”