miércoles, 9 de julio de 2008

Los beneficios de la adoracion: Apostol Jaime Yupanqui Lopez

Apocalipsis 4:11; 5:9-10
Señor, digno eres de recibir la gloria, la honra y el poder, porque tú creaste todas las cosas, y por tu voluntad existen y fueron creadas... Digno eres de tomar el libro y abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios de todo linaje y pueblo y nación; y nos has hecho para nuestro Dios.


La adoración es eterna y tus beneficios también son eternos. Hablar sobre la adoración y sus beneficios, es hablar de experiencias que van más allá de nuestros propios razonamientos. Una simple teología jamás podrá explicarlo; el hombre natural difícilmente podrá comprender que la adoración es lo más hermoso y sublime de todo lo creado. Pablo, el apóstol de Dios, sabiamente pudo discernir y decir, que las cosas espirituales de Dios están reservadas para los espirituales ¡Si! mi hermano, el comprender los grandes beneficios de la adoración es una experiencia reservada para ti y todos aquellos que aman al Señor y se deleitan en Su presencia, ¡Aleluya!.
A través de las páginas de las Sagradas Escrituras, veremos los beneficios que todo hombres puede encontrar al adorar a Dios. En Apocalipsis capítulos 4 y 5, encontramos grandes riquezas que nos da Dios cuando le adoramos. Uno de estos grandes beneficios es que Dios al formar Su carácter en nosotros, podemos vivir como vivió nuestro Señor Jesús en la tierra, en victoria ¡Aleluya! ¡Gloria a Dios!.

Semejante a un León

Nos habla de Jesucristo el Rey.
El león es figura de autoridad, poder, dominio y gobierno.
Cuando adoramos a Dios, podemos experimentar con más claridad Su autoridad en nuestras vidas. La autoridad de Dios se hace más real en nosotros y podemos gobernar; aún en circunstancias adversas hacemos que nuestros enemigos sean sometidos en el Nombre de Jesús y así hacer realidad las palabras de Jesús al referirse a Su Iglesia: las puertas del infierno no prevalecerán contra mi iglesia, ¡Aleluya!.
Por mucho tiempo la Iglesia ha vivido ciega, sorda y muda, sometida a tradiciones y mandamientos de hombres, y lo peor, vacíos del poder de Dios. Pero gracias a nuestro Dios, a través de la adoración, Dios está trayendo revelación de Su Palabra, y nos está diciendo que no somos vencedores, SOMOS MAS QUE VENCEDORES, ¡Aleluya!.
Tú tienes las autoridad de Dios y puedes ser un vencedor. Atrévete a adorar a Dios y serás un vencedor y vivirás como Dios quiere que vivas ¡Aleluya! ¡Gloria a Dios!.
La adoración trae victoria espiritual, trae liberación y libertad a un pueblo oprimido (Hechos 16).

Semejante a un becerro (buey)

Nos habla de Cristo como siervo suficiente (Isaías 42).
El becerro (buey) nos habla de un carácter dócil, domado, callado, obediente, abnegado y entregado totalmente en el logro de la meta de su amo.
Cuando adoramos a Dios, el carácter manso, humilde y obediente es formado en nosotros y nos libra de gran rebelión y sólo anhelamos hacer la perfecta voluntad de nuestro Dios ¡Aleluya!.
Satanás antes de rebelarse contra el Padre, dejó de hacer sonar las flautas y tamboriles. Dejó de adorar a Dios.
Hoy hay en nuestras Iglesias gente que se cree más sabia que Dios; sobre todo que se oponen al fresco mover del Espíritu Santo, argumentando con filosofías huecas y vacías. Lo más seguro es que estos hombres nunca se humillan a Dios ni entienden lo que es adoración. Humillaos bajo la poderosa mano de Dios y El os exaltará cuando fuere tiempo.
Si adoramos a Dios, El nos librará de gran rebelión y nos librará de las consecuencias de Coré.

Rostro como de hombre

Nos habla de Jesucristo en su humanidad.
Nos habla de pureza, integridad, perfección, fidelidad, verdad, santidad y responsabilidad.
Dios dice: Sed santos como yo soy santo. La adoración nos santifica. Nada inmundo podrá estar frente a su Presencia. Dios es santo y Su santidad escudriña lo más profundo de nuestros corazones. No podemos estar delante de Dios en pecado; exclamaremos como el profeta Isaías: “¡Ay de mi soy hombre muerto!”.
El pecado nos aparta de la presencia de Dios, más la sangre de Cristo nos restaura Su comunión ¡Aleluya!. El mundo, Satanás y el pecado están llamando la atención de la Iglesia en el presente siglo. Necesitamos predicar y vivir una vida de santidad. Necesitamos en nuestros púlpitos hombres íntegros, fieles, santos y responsables. Oremos a Dios para que ellos ocurra.

Semejante a un águila

Nos habla de la claridad de la clase de vida que Jesús vivió en la tierra.
El águila es un animal que vive y se remonta a las alturas como pocos. Su morada es en los montes más elevados, tiene ligereza de acción, rapidez de movimientos, una gran capacidad visual, así como una destreza increíble para cazar sus presas; siendo además el enemigo más temible para las serpientes.
Representa a Cristo en su gran capacidad visual, natural y espiritual, así como su poder para dejar vencido, como lo hizo en el Calvario, a Satanás, la serpiente antigua.
Cuando adoramos a Dios, nos es fácil vivir la clase de vida que vivió nuestro Señor en la tierra. Además cuando vivimos una vida de continua adoración podemos ver como Dios ve.
La Biblia menciona que un pueblo sin visión perece. Hay pastores e iglesias que no saben a dónde van o cuál es el propósito de Dios para sus vidas. Simplemente no se han remontado a las alturas en adoración, cual águila, y ver el propósito de Dios para sus congregaciones. Frecuentemente encontramos hermanitos que no saben cuál es la voluntad de Dios para sus vidas, no saben cuál es su ministerio. Sencillamente os exhorto y os digo: Remontaos a las alturas en adoración y encontrarás la voluntad de Dios para tu vida ¡Aleluya!.

Otros beneficios

Cobertura (Salmos 91)
Adopción, Abba Padre (Rom. 8:15)
Presencia divina (Ex. 13:17-22)
Provisión sobrenatural (Mt. 6:33; Ex. 16)
Protección angelical (Salmos 91:11)
Llegar a ser amigo de Dios y no siervo (Jn. 15:15)
Sanidad al alma y al cuerpo (Salmos 103)
Plenitud de gozo (Salmos 16:11)