domingo, 10 de agosto de 2008

Mensaje de la semana: Lo que para el hombre es imposible, para Dios no es imposible (Testimonio del Evangelista Elso Eraldo Pérez):

Mateo 19:26
Pero Jesús, mirándolos, les dijo: Para los hombres eso es imposible, pero para Dios todo es posible.


Nací un 16 de febrero de 1988 en Tocache, San Pablo, Guatemala. Dios comenzó a manifestarse en mi vida desde mis 3 meses de nacido, por que iba a morir debido a una falta de calcio que tenia en ese momento. Como en todo país pobre de Latinoamérica, pase una niñez de mucha necesidad y aun a mi tierna edad, tenia que trabajar para ayudar a mantener la familia. Inclusive, aunque hoy día doy gracias a Dios por la conversión de mis padres, vengo de un hogar en el cual aunque decía ser católico romano, no reflejaban el carácter de la religión cristiana por que no se daba el fruto del Espíritu Santo en la casa-Gálatas 5:22-24. La religión era algo de tradición, pero no era un estilo de vida.
A los 12 años de edad, me fui de mi pueblo a la capital de Guatemala, a trabajar y a estudiar para obtener una mejor vida. Mi anhelo de niño era hacerme mecánico automotriz, es decir, poder arreglar carros. Pero no fue así, por que a esa edad las pandillas, para ser mas especifico, las Maras salvatruchas, por medio de unos “amigos” que estaban en la mara, me hicieron meterme obligado a la mara. Mi iniciación fue una pesada para un niño de 12 años, fue a puro golpe, me dieron una golpiza, y luego me quise salir por que le tenia miedo a la muerte, y pude hacerlo solo cuando regrese a mi pueblo.
De ahí, a los 15 años, me fui a Chiapas, México, ya que vivimos cerca de la frontera entre México y Guatemala, a trabajar en un Car Wash. Pero un día, sin yo esperarlo, me preguntaron si me quería venir en tren para Estados Unidos, algo que resulto ser una pesadilla, ya que por poco muero debajo del tren a consecuencia de que no pude agarrarme del tren por que iba muy rápido, ya que solo agarre el tren por debajo con una mano, y no pude agarrarlo bien y por poco me mata, pero logre entrar al tren, y así comencé mi travesía hasta los Estados Unidos, llegando por Tijuana y un tío mío me mando a buscar para acá para Los Ángeles.
Ya una vez acá en Estados Unidos, a los 17 años, comencé a trabajar en una lavandería china. Y marchaba normal, hasta que un día estaba en Santa Mónica, un sector muy exclusivo acá en Los Ángeles, y estando tomado, es decir, borracho, me vine en el autobús equivocado y llegue al centro de la ciudad. Cuando me baje del autobús, caminando en la madrugada, me encontré a un hombre y este me dijo: ¿Quieres un cigarro (cigarrillo)?, a lo cual accedí, pero estando con el, saco una pipa y en vez de darme un cigarro, me dio un pedazo de piedra crack. El crack, es el nombre vulgar de un derivado de la cocaína, en concreto del resultado de hervir clorhidrato de cocaína en una solución de bicarbonato de sodio y evaporar el agua. Es una de las drogas mas potentes que hay en todo el mundo y su adicción no es una normal, puesto no es como la heroína y la cocaína, que su dependencia es física, es decir, si no la usas tu cuerpo se enferma, esta droga no, esta droga es de dependencia mental, es decir, es un ataque satánico a la mente el cual te urge a ingerir crack sin motivo, pero no te causa enfermedad en tu cuerpo, solo es un dependencia mental. Esta dependencia mental te obliga a robar para seguir ingiriéndola y llegas al nivel en el cual ya quedas en la calle con enfermedad mental, en lo que se conoce como un viaje. Es tan fuerte que tienes delirios de persecución y literalmente ves demonios atacándote y brincándote encima y caminando a tu lado. La Biblia nos habla de esto cuando dice que nuestras armas no son carnales sino poderosas para vencer fortalezas, y estas fortalezas son en la mente, y esto es un ejemplo de la fortaleza que te sacude tu mente y no te hace actuar normal. Aquí en Los Ángeles hay muchas personas de los que viven en la calle, que han sido victimas de un viaje de crack, los cuales están esperando, como yo un día, que alguien vaya a hablarles de un Cristo que vino a romper las cadenas de vicio, de droga, de alcohol, de cigarrillo, y que no hay nada imposible para El, por que por Su Sangre vertida en la Cruz del Calvario fueron rotas todas las ligaduras del diablo.
El crack es tan fuerte que de la primera fumada me envicie. A los 2 o 3 meses abandone mi trabajo y termine en las calles robando para poder sustentar mi vicio de crack. Un día fui atrapado por la policía, y ahí mismo me preguntaron por mi nombre, y les conteste mi nombre y me esposaron. Y comenzaron a sacarme toda la droga que tenía encima de mí, y lo tiraron bajo mis pies, para que yo destruyera eso. Estos policías no sabían que ellos estaban haciéndome declarar proféticamente que ese vicio de crack estaba bajo mis pies y que el Cristo que me iba a rescatar me iba a poner a mi mismo a destruir las obras del diablo en mi vida, incluyendo el vicio de crack. Cuando las aplasté, me dijeron que si sabía cuantos años podía estar en la cárcel por posesión de drogas, de robo y de posesión de materiales relacionados a la droga. Ellos me dijeron que tenía 7 años seguros en la cárcel y una deportación de vuelta a mi país. Luego, se me quedo viendo a los ojos uno de los oficiales, el de mas alto rango, y me dejo ir, no sin antes decirme vete y busca ayuda.
Un día, estaba tirado en una calle lamentándome que esto que estaba pasando, en mi país no lo pasaba y mis padres pensaban que ya yo estaba muerto, por que el vicio era tan fuerte que gastaba hasta el mas mínimo centavo en el crack. Luego, paso un hombre, que resulto un pastor, y el me dijo que Cristo rompía las cadenas y podía libertarme de eso. Dios uso a este pastor para poder salir de este vicio, y luego vine a los pies de Cristo.
Todo iba muy bien, hasta que un día tuve una recaída en el vicio y me fui y robe e hice muchas cosas que no debí haber hecho. Pero luego, el enemigo me comenzó a acusar y como el Espíritu Santo ya moraba en mi y no se había de mi y como la Palabra dice que el justo cae siete veces, y vuelve a levantarse, pero me dieron de codo y los hermanos donde vivía me comenzaron a acusar y en vez de ayudarme a levantarme me hundieron mas y ahí fue que intervino la mano de Dios por medio del Pastor José Quintero, puertorriqueño, que cuando tu sabes que todo esta en el suelo, que sientas que no hay mas esperanza, siempre Dios tiene de su gente para El usarlos para levantarte de nuevo y seguir el blanco de la soberana vocación. En ese momento, el Pastor Quintero junto con otro hermano de Guatemala, llamado Edson, me levantaron, me hicieron bañarme, y me pusieron ropa y Dios, en su infinita misericordia, me vio cuando me postre en aquel altar en la iglesia ese día, y comenzó a manifestarse a nivel de que ese mismo día, luego de pedir perdón a Dios, termine embriagado en el Espíritu Santo, hablando en lenguas, algo que nunca había hecho, y cuando ya por esto que yo me iba a mudar a otro estado, Dios levanto 3 profetas a la misma vez diciéndome la misma palabra, que no me mudara de California.
Hoy día, Dios me esta levantando en niveles proféticos también y me esta usando en palabra profética y esta usándome para hablarle a las vidas y mis pastores y yo hemos notado una gracia especial para alcanzar vidas en las calles, que es algo que Dios pone, y ahora mismo persevero en el Centro Cristiano Presencia, aquí en Los Ángeles, California, una iglesia que apenas comienza, pero llena del amor de Dios, un pueblo que levanta al caído, en el cual la manifestación del Espíritu Santo fluye de manera sorprendente, las sanidades y milagros están pasando de manera impresionante y Dios, como dicen mis pastores, me tiene reservado el Pastorado Juvenil de esta iglesia y ya sabemos que los jóvenes vienen, aparte de ser parte del Ministerio Levítico de la Iglesia, es decir, de Adoración y Alabanza, en el cual toco la guitarra.
Oramos hoy día para que Dios traiga un avivamiento a la ciudad de Los Ángeles en la cual cientos de jóvenes vengan a los pies de Cristo para poder comenzar a ejercer lo que Dios ha entregado ya en mis manos. Y estamos haciendo lo que la Palabra de Dios dice desde ya:

Boga mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca.