“Y delante del trono había como un
mar de vidrio semejante al cristal;
y junto al trono, y alrededor del trono,
cuatro seres vivientes llenos de ojos
delante y detrás.
El primer ser viviente era semejante
El primer ser viviente era semejante
a un león; el segundo era semejante a
un becerro; el tercero tenía rostro
como de hombre; y el cuarto era
semejante a un águila volando.
Y los cuatro seres vivientes tenían
Y los cuatro seres vivientes tenían
cada uno seis alas, y alrededor y por
dentro estaban llenos de ojos; y no
cesaban día y noche de decir: Santo,
Santo, Santo es el Señor Dios Todopoderoso,
el que era, el que es, y el
que ha de venir”.
Apocalipsis 4:7-11
Adoración es esencial, fundamental e imprescindible para el Mover Apostólico y Profético para la Iglesia en este nuevo milenio. Voy a recalcar en este capítulo algo que considero importantísimo en la operación inteligente de nuestro don ministerial: La Adoración activa lo Profético.
El Apóstol Juan, en el libro del Apocalipsis, nos describe magistralmente lo que ocurre en el Tercer Cielo ante el Trono del Padre. Allí los ángeles adoran al Creador y Dios del Universo, pero especialmente los querubines exaltan día y noche al Todopoderoso. Ante Su Trono y ante Su Presencia ellos reflejan la gloria y naturaleza del Señor a través de sus rostros y cuerpos espirituales. No es que necesariamente la descripción dada por Juan de los seres vivientes nos indica que literalmente son así; el Apóstol nos da una descripción simbólica de la naturaleza de Dios reflejada a través de ellos. Los seres vivientes absorben de la Gloria del Señor y luego la reflejan maravillosamente. Juan describe este absorber y reflejar de Gloria en el capítulo 4 del Apocalipsis.
Es muy impresionante lo que sucede ante el Trono; los querubines sólo pueden adorar al Padre ante la revelación constante a ellos de la Majestad de Dios. Al adorar constantemente también continuamente el Señor les asombra revelándoles rasgos gloriosos de Su naturaleza. El Apóstol Juan nos da una enseñanza profunda de la transformación que le ocurre al que está permanentemente adorando a Jehová ante Su divina Presencia. Lo que ocurre a los seres vivientes que adoran ante el Señor es un bello ejemplo de transformación por la cercanía ante Dios. Los símbolos usados por Juan para describir detalles de la naturaleza divina absorbidos por estos ángeles y luego reflejados a través de ellos, es extraordinaria.
Hay algunas cosas que suceden cuando un adorador está constantemente adorando al Padre ante Su Trono Celestial:
1-Le es impartida la autoridad y la realeza de Dios (simbolizado en el rostro de león).
2- Le es impartida Su espiritualidad y Su naturaleza divina;( simbolizado en el rostro del águila).
3-Le es impartido Su amor y don de servicio; ( simbolizado en el rostro del buey).
4- Le es impartida la madurez y responsabilidad de Dios; (simbolizado en el rostro del hombre).
5- Le es impartida Su habilidad de ver el pasado, el presente y el futuro; (simbolizado en los ojos por delante y por detrás). En la adoración Dios habilita tu capacidad profética y activa tus dones de revelación.
6- Es activada la capacidad de obediencia inmediata; (simbolizado a través de las alas en movimiento).
7- Es activado al máximo el potencial espiritual y profético de la Iglesia; esto acelera los tiempos de cumplimiento de la profecía y acerca el futuro al presente. Amén.
Las líneas anteriores nos ayudan a mostrar al lector no sólo lo que nos puede ser impartido al estar frente a la Presencia de Dios, sino mostrar cómo la adoración profética toca a otros y éstos son también activados para fluir en alabanza, en adoración y proclamación profética.
“Y siempre que aquellos seres vivientes
dan gloria y honra y acción
de gracias al que está sentado en el
trono, al que vive por los siglos de
los siglos,
los veinticuatro ancianos se postran
los veinticuatro ancianos se postran
delante del que está sentado en
el trono, y adoran al que vive por
los siglos de los siglos, y echan sus
coronas delante del trono, diciendo:
Señor, digno eres de recibir la
Señor, digno eres de recibir la
gloria y la honra y el poder; porque
tú creaste todas las cosas, y por tu
voluntad existen y fueron creadas”.
Apocalipsis 4:9-11
Adoración activa los Rhemas de Dios
La Adoración al Señor en el Trono, esto es la Adoración intensa y profunda, establece una manifestación de la plataforma profética. La Adoración toca a Dios y Él siempre responde, llevándonos a la profecía o a la activación de la proclamación y cánticos proféticos .La adoración activa poderosamente el fluir de los Rhemas de Dios, la revelación sobre “los tiempos, lugares y personas de Dios “ viene profusa como un río caudaloso de parte del Señor. Amén. La Adoración activa el fluir de los Rhemas del Altísimo y esto, ineludiblemente afectará positivamente a personas, a naciones y a reinos. Amén
“Más ahora traedme un tañedor. Y
mientras el tañedor tocaba, la mano
de Jehová vino sobre Eliseo,
quien dijo: Así ha dicho Jehová:
quien dijo: Así ha dicho Jehová:
Haced en este valle muchos estanques”.
2 Reyes 3:15,16