Hechos 1:8:
Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo ultimo de la tierra.
Lucas 24:49:
Y he aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; mas vosotros quedaos en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de potencia de lo alto.
Joel 2:28 (cumplido en Hechos 2):
Y será que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros viejos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo ultimo de la tierra.
Lucas 24:49:
Y he aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; mas vosotros quedaos en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de potencia de lo alto.
Joel 2:28 (cumplido en Hechos 2):
Y será que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros viejos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.
Una de las promesas mas esperadas por los Apóstoles era esta, la llegada del Consolador-Juan 14:16-17. El Espíritu Santo, como la tercera persona de la Trinidad, es Dios mismo, por eso Jesús les dice que no les iba a dejar solos-Juan 14:18. Ahora bien, analicemos el ministerio del Espíritu Santo en el Antiguo Testamento y como esto consta en diferencia con el Nuevo Testamento, después de los Evangelios:
A. El Espíritu Santo en el Antiguo Testamento:
El Espíritu Santo comienza a ser manifestado en Génesis 1:2, cuando habla del Espíritu de Dios que se movía sobre las aguas. Su relación en el AT se identifica con dar vida a lo creado (Salmos 104:30), promover orden (Isaías 40:12-13), adornar la Gloria de Dios (Salmos 33:6) y renovar continuamente o preservar (algo dado para Jesucristo, pero en Salmos 104:29-30 lo relaciona con el Espíritu Santo). Tenia morada selectiva, solo se revelaba a los profetas (Jueces 3:10, 1ª Samuel 10:9-10). El capacitaba para obras especiales, (Éxodo 31:3, 1ª Samuel 16:13) y restringe generalmente el pecado (Génesis 6:3, Nehemías 9:20). El Ruakj, como se conoce en Hebreo, es un nombre femenino, que implica no que el Espíritu Santo sea mujer, puesto es un espíritu y Dios mismo, pero sí su personalidad sensible (Efesios 4:30). Pero en el Antiguo Testamento solo bajaba sobre ciertas personas, no sobre todo el mundo.
B. El Espíritu Santo en el Nuevo Testamento:
· El amor y la vida son por Él (Romanos 15:30, Colosenses 1:8).
· Nos santifica (Romanos 15:16, 1ª Corintios 6:11, 2ª Tesalonicenses 2:13).
· Nos da poder para orar (Efesios 6:18, Romanos 8:26).
· Nos da esperanza (Romanos 15:13).
· Aniquila las obras de la carne (Romanos 8:13).
· Somos guiados por Él (Romanos 8:14, Gálatas 5:18).
· Adoramos por Él (Filipenses 3:3).
· Somos fortalecidos por Él (Efesios 3:16).
· Andamos por Él y según Él (Romanos 8:4, Gálatas 5:17).
· Somos enseñados por Él (1ª Corintios 2:13, 1ª Juan 2:20,27).
· Llevamos Su fruto (Gálatas 5:22-23).
· No nos deja solos (Juan 14:18).
· Nos llena de poder (Hechos 1:8).
Ahora bien, hablamos del bautismo en el Espíritu Santo. El bautismo en el Espíritu Santo es una experiencia subsiguiente a la salvación (Hechos 8:14-17, 10:44-47, 19:1-6), puesto es una manifestación de poder en nuestras vidas, como demuestra Hechos 2. La pregunta es: ¿Hay alguna manera de conocer a una persona que ha sido bautizada por el Espíritu Santo? ¿Cuáles son sus señales? ¿Hay una manera de conocer si una persona ha sido bautizada en el Espíritu Santo? Pues si, si la hay. He aquí varias de ellas:
· Poder para servicio de Dios y autoridad con los hombres (Hechos 1:8, 2:14,36, 7:51-60).
· Poder para testificar de Jesucristo y pasión por las almas perdidas (Juan 15:27, Hechos 1:8, 1ª Corintios 1:4-5).
· Señales de poder para testificar al impío (Marcos 16:17-18, Hechos 3:1-9, 4:14-16, Hechos 28:3-10).
· Deseo ardiente de una vida de oración y servicio (Hechos 2:42, 6:3-4, Colosenses 3:23-24).
Puede ser que nazca otra pregunta: ¿Cómo lo recibo? Pues también hay unas condiciones:
· Arrepentimiento de pecados (Lucas 24:46-47, Hechos 2:38,17:30). (OJO: El versículo de Hechos no implica que haya que bautizarse para ser salvo, lo que implica es que hay que aceptar a Jesucristo, algo que se discutirá en la próxima lección. Si hubiera que bautizarse para ser salvo, seria salvación por obras y esto seria una violación de Efesios 2:8-9).
· Haber nacido de nuevo (Lucas 11:13, Juan 3:3, Gálatas 4:6).
· Tener fe en Dios y en Su Palabra (Isaías 40:31, Gálatas 3:14).
· Tener hambre y sed de Dios (Mateo 5:6, Juan 7:37).
· Ser obedientes al Señor (Hechos 5:32).
Este bautismo se recibe como respuesta a la oración personal (Lucas 11:11,13, Juan 7:37), escuchando la Palabra de Dios (Hechos 2:14, 10:34-36), con ayuda de oración de otros (Hechos 8:15) o por imposición de manos (Hechos 8:17). Es algo esencial para el creyente, debido a esto:
· Por que es una promesa del Señor (Lucas 24:49).
· Para echar fuera la tibieza espiritual (Apocalipsis 3:14-15).
· Es un elemento importante para ser testigos de Jesucristo (Hechos 1:8).
· Contribuye a la edificación espiritual (1ª Corintios 14:4).
· Es necesario para poder en el servicio del Señor (Lucas 4:18-19, Hechos 1:8).
· Es muy importante para entender la Biblia (Juan 14:26, 16:13, 1ª Juan 2:27).
¿Y que si no lo recibo? Primero que nada, no confieses eso (Romanos 10:10), es promesa de Dios darlo para ti (Joel 2:28). Segundo, no debe frustrarte y mucho menos hacerte sentir mal (1ª Corintios 12:29-30). Lo más importante es que aunque aun, todavía, no lo recibas, eres parte del cuerpo de Cristo, ya que te salvaste por gracia (Romanos 8:1, 14:8). Y lo importante es perseverar hasta el fin, sirviendo al Señor fielmente hasta el fin (Mateo 24:13).